Certificados a veinte euros la pieza – el paro se ceba con la economía austriaca- el semáforo vuelve a cambiar
CERTIFICADOS A VEINTE EUROS LA PIEZA
1 de Octubre.- Por esas casualidades de la vida, uno tiene en Austria muchos conocidos y amigos médicos.
A base de observarles, este humilde cronista ha llegado a la conclusión de que para ser médico uno tiene que ser de una pasta especial. Todos los médicos que yo conozco tienen en común una cierta distancia, no diría que frialdad, pero sí que una cierta distancia, con respecto a lo que nos pasa por el cuerpo a los demás. Supongo que es una medida higiénica, de salud mental, porque si se tuvieran que llevar a casa todos nuestros achaques, los pobres no vivirían.
Otra cosa que uno aprende observando a los médicos es que a muchos les pesa ese cierto deber de ejemplaridad que parece que conlleva su oficio. Los hay que se lo toman muy a pecho y si te ven comerte, pongamos por caso, un trozo de torrezno, bien crujientito, parece que se les pone mal cuerpo pensando en tu arterioesclerosis futura. Como misioneros de una religión que no tuviera más dios que la salud, ellos, mientras te ven atiborrarte de grasas saturadas, mordisquean una lechuguita.
Los hay en cambio que hacen suyo el lema „para morir nacemos“ y fuman como carreteros (yo conozco un médico al que los purazos habanos y los platos con bien de callos le han llevado al quirófano) o actúan como si fueran inmortales.
Y es que, señora, con todos los respetos, hay que estar muy centrado para que no te afecten unos estudios que se hacen abriendo cristianos difuntos (enteros o a trozos). Por cierto, aunque la aclaración sobre, yo también conozco médicos que están muy en sus cabales y que son unos grandes profesionales de lo suyo.
Nuestro protagonista de hoy, sin embargo, parece ser uno de estos a los que andar cotilleando por las vísceras ajenas les ha venido mal.
Ejercía en Estiria (no diremos el pueblo) y se dedicaba a extender certificados falsos a veinte euros la pieza, para aquellos (idiotas) que querían evitar el tema de la mascarilla. Parece ser que el galeno tenía hinchada la mano de tanto firmar certificados de pega (contaba Camilo José Cela que a él le pasó lo mismo durante la semana que tardó en escribir -a mano- el Viaje a la Alcarria).
Tanto ha ido el cántaro a la fuente que el Colegio de Médico le ha quitado la licencia a este hombre, el cual, debido al título que tenía colgado en su despacho, combinado con estos timos de medio pelo, se había hecho una reputación entre los elementos menos inteligentes de nuestra ciudadanía (negacionistas y cosas así).
Así lo demuestra también que el FPÖ invitaba al piernas este como „experto“ en charlas en las que calificaba la pandemia como „pánico injustificado“. Al saberse la retirada de la licencia una de las dos cabezas de la ultraderecha austriaca, Norbert Hofer, ha calificado el asunto como „increíble“ y ha dicho que, por lo visto „la crítica no está ya permitida“ (en féisbul). El médico también se ha manifestado a través de su web y (con todo el morro del mundo) ha declarado que „por lo visto el colegio de médicos no quiere que ayudemos de verdad a la gente“ (hombre, a veinte laureles el papelico, y eso desde mayo, el tipo se ha debido de hacer de oro).
Antes de pasar a otro tema, quisiera repetir aquí algo que he dicho insistentemente a lo largo de estos meses.
LA CIENCIA Y EL ARGUMENTO DE AUTORIDAD
La diferencia entre la ciencia y la charlatanería es que en la ciencia no importa lo que los antiguos llamaban „el argumento de autoridad“. O sea el „esto es verdad porque lo ha dicho Perico el de los palotes“ sino que las cosas son verdad y tienen peso por sí mismas. Un médico puede decir que dos y dos son cinco o que llevar mascarillas es una idiotez, pero ninguna de las dos cosas es verdad y no se hacen verdad porque las haya dicho un médico
Una de las maneras de los negacionistas o, simplemente, de la gente sin dos dedos de frente, para intentar que las teorías que propagan den el pego es acudir, precisamente, al argumento de autoridad.
Esto es, antes de soltar la gilipollez („las mascarillas producen falta de oxígeno“, un suponer) sueltan una ristra de los supuestos títulos que tiene la persona que dice la idiotez y, si es posible, no se cortan en sacarle vestido con bata blanca y llevando un fonendoscopio colgado del cuello.
Con ello, es evidente, pretenden engañar a los incautos. Otro tanto de la pandilla de chamanes supersticiosos que se hacen llamar „médicos por la verdad“ o similares. Hoy, tapándome la nariz, he estado escuchando una de las charlas de esa gente en YouTube y, naturalmente, eran una sarta de tonterías hiladas con un lenguaje supuestamente científico que solo pueden engañar a aquellos de nuestros conciudadanos más aficionados a Forocoches (de hecho, uno piensa si no serán todos comentaristas de Forocoches).
EL CORONAVIRUS SE CEBA CON EL EMPLEO AUSTRIACO
Pasando a otro tema, desgraciadamente también relacionado, la economía austriaca no se está librando de las graves secuelas económicas del coronavirus sobre todo en el mercado de trabajo.
La economía austriaca es pequeña y hay sectores (servicios) que dependen fuertemente del movimiento de personas. El coronavirus ha cerrado las fronteras y ha suspendido el movimiento del turismo, de manera que el resultado previsible, el desempleo, no ha tardado en aparecer.
Con relación al año anterior, el desempleo ha crecido un 22%. 408.853 personas están buscando trabajo en Austria o estaban haciendo cursos de formación, lo cual representa 74.389 más que el año pasado. Son de todas maneras 180.000 menos que en el punto álgido de la crisis, a mitad de abril.
La tasa de desempleo en Austria está ahora mismo en el 8,4%, 1,7 puntos más alta que en Septiembre de 2019 (informaciones todas estas procedentes del Servicio Público de Empleo austriaco, AMS). En este momento hay 67.119 puestos de trabajo libres. La diferencia es más que elocuente.
Especialmente los extranjeros hemos sido los más golpeados por esta subida del desempleo en Austria y también los trabajadores cualificados. En cambio, el paro subió menos entre las personas con minusvalías o entre los jóvenes menores de 25 años.
En estos momentos hay 295.000 personas en ERTES (Kurzarbeit) o sea, el Estado les paga una parte del sueldo. 157.300 salieron en Agosto de esta situación. En total, el AMS ha pagado por este concepto 4,8 millardos de Euros a las empresas. A partir de mañana las empresas podrán solicitar una prórroga (la tercera) de los ERTES que estén en curso.
EL SEMÁFORO CAMBIA DE COLOR OTRA VEZ
Mañana también se sabrán los cambios en el semáforo del coronavirus. De amarillo a naranja pasarán Sankt Pöllten, Neusiedl am See, Hermagor, Mistelbach, Scheibbs y Hallein. De verde a amarillo pasarán Oberpullendorf, Oberwart, Villach Land, Sankt Pöllten Land, Braunau am Inn y Voitsberg.
Kufstein estaba en naranja y volverá a ser amarillo.
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