Fallece el último superviviente español de Mauthausen

Ayer, la vida de un hombre cerró el capítulo más desgraciado de la vinculación entre España y Austria.

5 de Octubre.- Si les digo a mis lectores que ha fallecido Juan Romero, probablemente el nombre no les diga nada. Y si les digo que ha fallecido a la edad de 101, probablemente lo que les venga a la cabeza es alegrarse porque el hombre tuviera una vida tan larga. Y sin embargo, Juan Romero tuvo una vinculación (probablemente más de la que él hubiera querido) con Austria, ya que le quedaba el honor de ser el último superviviente del campo de exterminio de Mauthausen. Lugar de infamia que, afortunadamente desactivado, se encuentra en las cercanías de Linz.

El fallecimiento de Juan Romero se produce poco más de mes y medio despues de que el Gobierno español reconociese su larga lucha contra el totalitarismo. Primero, durante la guerra civil, en donde combatió en el bando republicano y más tarde durante la guerra mundial en donde luchó del bando aliado contra los nazis.

Juan Romero vivía en Francia desde después de la segunda guerra mundial, en la localidad de Ay Champagne. Después de la contienda general no había podido regresar a su país, porque Franco continuó treinta años más en el poder. Personalidades del Gobierno español, como la vicepresidenta Carmen Calvo y el presidente Sánchez han expresado sus condolencias po resta muerte.

Romero nació en 1919 en un pueblo de Córdoba (Torrecampo) y en 1936, siendo apenas un adolescente, empezó su carrera militar que le llevó a combatir en la Sierra de Guadarrama, en Brunete, en Guadalajara, en Teruel z en la batalla del Ebro, aquel moridero infernal que demuestra lo bien que se nos da a los españoles hacernos la vida imposible cuado nos ponemos. Romero huyó a Francia en 1939 cuando se acabó la guerra, junto con otro medio millón de personas.

Muchos de ellos fueron internados en el campo de Vernet d´Ariege . En abril de 1939, Romero se alistó en la Legión Extranjera para luchar contra el nazismo, lo que le llevó a Argelia. Allí, le hicieron prisionero y le trasladaron a un campo de prisioneros a cincuenta kilómetros de Berlín. Allí salvó la vida de milagro, y en 1941 le mandaron a Mauthausen.

Primero estuvo en la cantera de donde los nazis sacaban piedra para sus monumentos y luego le trasladaron al servicio de acogida de nuevos prisioneros. En Mauthausen, los españoles llevaban un triángulo azul, lo cual los identificaba como apátridas, ya que el franquismo, entonces alineado con el nazismo, no les reconocía la ciudadanía.

Terminada la guerra se trasladó a Ay, en Champagne, en donde terminó haciendo su vida y fundando una familia. Francia le condecoró con la legión de honor en 2016 y el gobierno de su país también le condecoró en este 2020.

Muy emocionado, Juan Romero escuchó las palabras de agradecimiento de Carmen Calvo por haber luchado contra el fascismo y por la democracia.

Ayer, la vida de Juan Romero se apagó, pero lo que no debe apagarse es el recuerdo ni de la infamia de Mauthausen ni el de las personas que, como él, padecieron lo que nadie, nunca más, debería volver a padecer.


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