Felix Salten: el padre de Bambi (1)

Viena, a finales del siglo XIX era una ciudad efervescente y Felix Salten, el padre de Bambi, supo disfrutar de todas sus facetas.

8 de Octubre.- Durante la segunda guerra mundial, en 1942, la Disney introdujo en sus mundialmente famosos largometrajes de dibujos animados un elemento que, hasta entonces, había estado ausente : la muerte. Básicamente, se trataba de explicarles a los niños de la infancia que sus padres podían volver del frente con los pies por delante, como suele decirse. Para explicarles a las criaturas esta verdad de la vida, encontraron una historia de un escritor que, aunque no nació en Viena, si que vivió aquí : el libro se llamaba, se llama, Bambi y el escritor Felix Salten.

La ironía de todo este asunto es que, sin duda, Felix Salten, como cazador que era, seguramete dejó huérfanos durante su vida a varios cientos de cervatillos. Y, como veremos más adelante, no solo eso, sino que no toda su producción literaria fue tan apta para críos como la obra que le hizo mundialmente famoso.

Felix Salten, que se llamaba en realidad Siegmund Salzmann (tocayo, por tanto, del famoso psicoanalista) nació en 1869 en Pest (la mitad de la capital de Hungría). Cuando tenía cuatro semanas, un mesecillo, sus padres se mudaron a Viena. Salten tuvo una infancia común y silvestre. Lo único destacable es que a los dieciséis tuvo que dejar de estudiar, debido a apuros económicos de su familia y se empleó en una aseguradora. Parece ser que la familia Salten (Salzmann) llevaba la vida que entonces llevaban muchos judíos de su época en Viena. O sea, personas no especialmente religiosas que se dedicaban a profesiones liberales.

El 15 de Enero de 1889 publicó su primer poema y lo hizo bajo el pseudónimo que le hizo famoso (en aquellos momentos lo de ser escritor no era muy aceptable en determinados ambientes). No tardó en trabar amistad con otros literatos de su época, como Arthur Schnitzler, Hugo von Hofmannsthal y Karl Kraus. Estos caballeros eran bastante pijos y podían dedicarse solo a la literatura, en cambio, nuestro hombre tenía que ganarse el pan con el sudor de su frente (en este caso, con la tinta que se le pegaba a sus manguitos de oficinista). La primera etapa literaria de Salten se adscribe a un cierto realismo impresionista y sus libros se basaban en las experiencias que iba acumulando en la efervescente Viena de entonces. Precisamente les reprochaba a sus conmilitones de la bohemia literaria de entonces, citados más arriba, que cuando hablaban de ciertas cosas no las habían visto en su vida de cerca y, por lo tanto, cometían serios errores de bulto.

Como buen moderno de aquella época, Salten era un gran aficionado a un invento nuevo que entonces hacía furor : la bicicleta, placer que compartía con Arthur Schnitzler. No era lo único, po cierto. Arthur Schnitzler estaba liado con una dama llamada Adele Sandrock, pero debía de estar ya un poco hasta el Schnitzler de ella, de manera que no puso ningún obstáculo cuando la buena de Adele inició una relación con Salten.

Otra novia de Salten, Lotte Glas, fue la base sobre la que Schnitzler construyó el personaje de Therese Golowski en su novela Der Weg ins Freie. Salten conoció a Lotte Glas a través de Karl Kraus y la dejó embarazada. De esta relación nació un bebé que fue entregado a una nodriza en Baja Austria, como era práctica común. En este momento, Karl Kraus y Salten se pelearon, primero por rencillas literarias y después porque no se podían soportar. El 14 de Diciembre de 1896, Salten le arreó un guantazo en público a Karl Kraus, por haber divulgado su relación con una mujer llamada Ottilie Metzl.


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