Desarticulado un comando terrorista en Baja Austria

Incautado espectacular arsenal de armas vinculadas con el terrorismo ultraderechista- ¿Debe ser la vacunación obligatoria?

13 de Diciembre.- Ayer estuve paseando, por primera vez en mucho tiempo, por el centro de Viena. Casi sin sentir, terminé por los lugares en los que se desarrolló el atentado islamista del día 2 de noviembre pasado.

Aquellos puntos en donde cayeron las víctimas, están alfombrados de velas y nadie ha reparado aún los agujeros de bala en las lunas de algunos restaurantes. Las calles estaban ayer casi desiertas bajo el cielo gris y lo que suele ser una zona de Viena en la que reina cierta animación (más en navidad, más en un sábado por la mañana) presentaba un aspecto inusualmente dominical. En la Ruprechtskirche había algunos policías que fumaban un cigarro y charlaban con las armas bien a la vista.

EL ARSENAL DE ARMAS MÁS GRANDE ENCONTRADO EN VARIAS DÉCADAS

En esos mismos momentos en los que yo meditaba y leía los mensajes de condolencia dejados por los ciudadanos en las escenas del crimen, el Ministro del Interior, Karl Nehammer, presentaba los resultados de una espectacular operación (espectacular por las dimensiones y por los resultados) que estaba, de alguna forma, conectada con los atentados del dia dos de noviembre y, sobre todo, con los operativos policiales subsiguientes.

Recordarán quizá los lectores de Viena Directo que, muy poco tiempo después de los atentados terroristas de noviembre se desarrolló una operación policial contra el extremismo islámico en Austria y contra los llamados Hermanos Musulmanes, en el curso de la cual las fuerzas del orden se incautaron de importante material y de varios millones de euros contantes y sonantes.

Esta operación oscureció a otra paralela, cuyo objetivo era el terrorismo de extrema derecha. Un fenómeno creciente, tan peligroso como el terrorismo yihadista.

Ayer quedó demostrado.

La policía austriaca encontró en un almacén de Baja Austria (en las cercanías de Korneuburg) y en una dirección de Viena un enorme arsenal, el más grande encontrado en varias décadas, que había sido financiado por la extrema derecha a través del tráfico de drogas. Veinticinco armas automáticas y semiautomáticas Karlaschnikovs, Uzis y Skorpions, así como pistolas con silenciador, cienmil cartuchos de munición, granadas de mano y explosivos.

Las armas estaban empaquetadas y listas para ser vendidas a través de la Dark Net (la red „oscura“ con un cifrado más estricto del normal y que es usada por todo tipo de malhechores). Procedían en su mayoría de las guerras de la antigua Yugoslavia. La policía va a someter estas armas a diferentes pruebas y se espera que se podrá completar las investigaciones de casos que, en la actualidad, están abiertos.

Los investigadores se pusieron sobre la pista de lo que parece los primeros pasos de un comando de terrorismo ultraderechista investigando una trama de tráfico de drogas. Parece ser que las armas se financiaron con el dinero obtenido de la venta de estupefacientes. No es un procedimiento inusual en estos ambientes (el terrorismo islamista también se ha financiado así en muchas ocasiones) pero sí en el terrorismo ultra.

Entre los investigados hay miembros de organizaciones neonazis de Austria (de hecho, el principal sospechoso es un austriaco) y del sur de Alemania (Baviera), aunque en la trama parecen estar también vinculados algunos „bikers“ o moteros (Ángeles del Infierno y cosas así).

Como decía más arriba, el principal sospechoso es un viejo conocido de la policía, un neonazi que ya fue sospechoso en los noventa por una serie de cartas bomba contra personalidades que se habían hecho famosas por ayudar a los inmigrantes (en el curso de esta cadena de atentados detrás de los cuales, al final, se supo que estaba un tipo desequilibrado llamado Franz Fuchs, el entonces alcalde de Viena, Helmut Zilk, perdió varios dedos de una mano).

Según la policía, el comando desarticulado estaba preparando, posiblemente, algunos atentados.

¿DEBE SER LA VACUNACIÓN OBLIGATORIA?

Mientras Alemania se prepara para un nuevo confinamiento estricto hoy, como suele ser habitual los domingos, en Austria se registra un número relativamente bajo de nuevas infecciones por coronavirus.

Entre las nueve y media de ayer y las nueve y media de hoy, 2641 personas se enteraron de que estaban infectadas.

El número oficial de muertos por coronavirus es de 4473 y 3444 personas están en este momento tan enfermas que necesitan pasar la CoVid en el hospital. 577 de ellas se encuentran en cuidados intensivos.

La gran esperanza que todos tenemos (particularmente las personas razonables) es que la vacuna sea aprobada y comercializada cuanto antes, al objeto de poder, gradualmente, empezar a atajar la pandemia y poder, también gradualmente, volver a una vida normal en la que podamos dejar de estar pendientes de las nuevas infecciones.

Naturalmente, esto se podrá conseguir tanto más rápido como más deprisa la gente se vacune.

Y aquí llega, naturalmente, el dilema.

¿Debería ser obligatoria la vacunación? (mi pregunta, sin embargo, sería otra o sea ¿Por qué no debería querer alguien vacunarse? Pero esa es otra historia, naturalmente).

Es un tema, naturalmente, que a nadie deja indiferente.

Porque, por un lado, cualquier persona que se haya molestado en informarse bien sabe que la inmunización por medio de una vacuna es la manera más factible de atajar la pandemia pero por otro lado también es cierta la desoladora evidencia de que hay una parte nada despreciable de la población que carece de conocimientos científicos necesarios para darse cuenta de esta verdad incontrovertible. Y ya se sabe que el desconocimiento produce, lógicamente, aprensión. Una aprensión que es, naturalmente, comprensible pero que, en este caso, conduce a que la conducta de los que se niegan a vacunarse no sea la más inteligente, precisamente.

¿Qué hacer?

Lo ideal sería que una labor pedagógica llevase a que la gente se convenciese de que las vacunas no son peligrosas (o no son más peligrosas que otros preparados médicos que nos tomamos, en algunos casos, como si fueran gominolas) sino que son el mejor medio disponible para evitar que las personas que enfermen se pongan graves.

Visto que no es así ¿Habría que obligar a los reacios a vacunarse, convirtiendo a los Gobiernos en remedos de lo que fueron los déspotas ilustrados? (o sea, los de „todo para el pueblo pero sin el pueblo“).

Dos hombres públicos austriacos se han manifestado en las ultimas horas en los dos sentidos. Estos son sus argumentos.

El Presidente de Estiria, Sr. Schützenhöfer (Partido Popular) no solo está a favor de que sea obligatorio vacunarse, sino también a favor de que sea obligatoria la mascarilla en el exterior.

El Presidente de Carintia, Peter Kaiser (Partido Socialista) se ha pronunciado a favor de la pedagogía y la concienciación. Según Kaiser la gente debe poder decidirse (se sobreentiende que a vacunarse, claro) pero para ello debe contar con la información necesaria y transparente. Según Kaiser (y creo que tiene razón) la vacunación obligatoria podría aumentar la desconfianza hacia la vacuna. Las encuestas demuestran que en los países en donde las vacunas son opcionales la gente confía más en ellas.

Las críticas han venido desde la extrema derecha (!Que chorprecha!).

Hofer ha pedido en un comunicado que la decisión de vacunarse o no se deje a cada indivíduo y su correligionario Herbert Kickl ha acusado al Partido Popular austriaco de „seguir apretando las tuercas de una dictadura del coronavirus“.


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