Cómo ha sido la experiencia de mi test de coronavirus

¿Positivo o negativo? Así he participado en los tests masivos – la vacuna llega antes de lo previsto – las vacaciones de navidad serán más largas este año

15 de Diciembre.- Mañana por la tarde, a partir de las siete, volverá La Tarde en Directo en su edición de los miércoles (durante este mes de diciembre, para no coincidir con las fiestas, nos veremos los miércoles). Mañana tendré, además, una invitada muy especial, con la que charlaré de ahora en adelante: mi compañera Ana María, presentadora del programa Latino TV.

Espero que nos veamos mañana.

ASÍ ME HE HECHO EL FAMOSO TEST

En parte por saber cómo era y así contárselo a los lectores de Viena Directo y en parte, naturalmente, por deber cívico, me apunté ayer a la iniciativa de los tests masivos.

Fue muy fácil. En primer lugar, pedí cita por internet. Como estoy en estos momentos haciendo „jom ofis“ pues la pedí a una hora tardía de la tarde. La cita ha sido en el lugar en donde resido (marco incomparable de belleza sin igual).

Llegada la hora, no sé por qué, quizá para quitarme ese poquito de aprensión que siempre se le pone a uno cuando va a examinarse de lo que sea, me he puesto guapo. Pantalón de vestir, jersey de cuello alto. Una chaqueta pintona (y sobre todo, que abrigase, que en el lugar en el que resido hacía la temperatura que dicen que hace cuando el grajo vuela bajo) y, con las mismas, me he echado a la calle y he cogido la bicicleta.

Con (gélido) viento de cola -lo malo ha sido, claro, al volver- me he puesto en camino. El lugar en donde se hacían los tests estaba un poco apartado, en una nave del ayuntamiento. Entre la noche, el frío pelón y que no se veía ni un alma ni una luz, he pensado por un momento que me había equivocado de sitio.

Sin encambio“ no me he amilanado. Detrás de una cancela, un pobre hombre „enmascarillado“ se pelaba de frío.

Como por el uniforme no tenía ninguna pinta de criminal (y, de todas maneras, las malas personas no llevan mascarilla) me he dicho:

-Este está aquí para dar el paso a los que vengan a hacerse los tests.

Mi suposición se ha confirmado totalmente exacta.

-Aparque usted el vehículo ahí – y ha señalado una escalera a la que, más por la costumbre que por otra cosa, he encadenado la bicicleta- luego, a la derecha.

A la puerta había una figura humana (masculina) en traje de ir a desactivar el reactor nuclear en Chernobyl. Después de saludarnos (porque el ir protegido contra la guerra biológica no quita lo cortés) me ha indicado que tenía que desinfectarme las manos. Lo he hecho.

Tras esto, me he acercado a la recepción. Y aquí ha sido en donde me he acordado de la famosa canción de Kiko Veneno (Echo de Menos) porque entre la señora y yo había un muro de metacrilato y entre la máscara, el dicho muro, uno que es un poco desastre, las gafas empañadas (las de los dos) y demás, la verdad es que nos ha costado Dios y ayuda que yo entendiera dónde tenía que firmar y a qué sitio tenía que ir.

Vaya por Dios.

Estación tres.

Y allí que me he ido.

-Síentese ahí, por favor -me ha dicho otro caballero en traje de guerra biológica y luego amabilísimamente, como si quisiera compensar el atuendo, me ha preguntado si alguna vez me habían hecho un frotis nasal.

-Sí, pero era niño.

Me ha mostrado entonces el hisopo y mi único pensamiento ha sido „joé, qué largo, no creo que tenga nariz yo para eso“. Pero sí, sí que la he tenido.

El hombre me ha metido el hisopo y me ha hecho cosquillas en el tercer ojo (en la pituitaria, malpensados) yo he hecho amago de moverme:

-No, no, no se mueva, que ya hemos terminado.

Efectivamente, ya habíamos terminado.

Yo había escuchado alguna que otra noticia intranquilizadora como por ejemplo, que al asunto del frotamiento en algunos lugares de tests algunos sádicos ponían en bucle a Andreas Gabalier -hay que ser malvado- pero no, en mi pueblo, una musiquita suave y ya. Tras sacarme el hisopo, el caballero no me ha dado la mano (como es lógico) pero se ha despedido de mí con mucha amabilidad. Me ha indicado la puerta de salida. Yo me he vuelto a poner la mascarilla y he salido al frío exterior. He desencadenado la bicicleta, me he despedido del guardián (vaya día, habrá pasado el hombre, con el frío que hacía) y me he vuelto a mi casa pedaleando a través de la noche invernal, con la satisfacción del deber cumplido y (a qué negarlo) un cierto come come (por el resultado del test) que se unía a unas insistentes ganas de estornudar debido a las cosquillas del hisopo.

No he tenido que esperar mucho, recién llegado a mi casa, nada más colgar la chaqueta, he recibido un SMS.

Primero, la máquina me ha pedido que me identificara (nombre, fecha de nacimiento) después, el resultado.

Negativo.

LA VACUNA LLEGARÁ ANTES DE LO PREVISTO

Este martes, la agencia europea del medicamento (EMA por sus siglas en la lengua de Taylor Swift) ha anunciado que autorizará la comercialización de la vacuna de Pfizer/Biontech antes de lo previsto: nada más y nada menos que el 21 de Diciembre (la fecha inicial era el 29 de este mes).

La culpa (bueno, la culpa, la causa) de tantas prisas la tiene la presión de Alemania.

-Que los ingleses y los americanos ya han empezao, joé. Y nosotros aquí, como unos pasmaos.

Jens Spahn, Ministro de Sanidad de nuestros vecinos del norte, dijo esto mismo pero laconismo germánico:

-Alemania está por una autorización de la vacuna antes de navidad. Antes de que se acabe este año hay que empezar a vacunar. Ese es el objetivo.

En la EMA no se han dejado impresionar, y han dicho que trabajan sin descanso para verificar todo lo que hay que verificar para asegurarse de que una vacuna es totalmente segura. Sin fisuras. Con una auditoría estricta.

Nada más se apruebe la vacuna, Austria va a recibir 9750 dosis (o sea, para inmunizar a 4375 afortunados) los primeros en ser inmunizados serán („inmediatamente“) personas de grupos de riesgo (ancianos).

A pesar de todo, la autorización para la comercialización en la Unión Europea será por el procedimiento normal y no como ha sucedido en Estados Unidos y el Reino Ídem autorizaciones de emergencia, lo cual significa que la vacuna va a ser comprobada durante más tiempo y con más exactitud.

De cualquier manera, los científicos (los serios, claro) están bastante de acuerdo: o vacuna, o nada. Bueno, o nada, no. O ciclos alternativos de confinamiento y apertura, mascarilla y reducción del contacto social.

No hay otra.

LAS VACACIONES DE NAVIDAD SERÁN MÁS LARGAS ESTE AÑO

Las vacaciones de navidad serán este año un poquito más largas.

Las clases volverán a empezar a partir del 11 de Enero. El objetivo es que los días 7 y 8 de Enero los profesores, los alumnos y los padres que así lo deseen puedan testarse gratis.

Los niños que así lo necesiten, podrán ser cuidados en las escuelas, como durante el confinamiento. No está claro todavía si los tests serán obligatorios también para los maestros.

Lo que sí se ha planteado es implantar la obligatoriedad de la mascarilla FFP2 para aquellos profesores que no quieran hacerse test, al objeto de proteger a su entorno. No habrá, eso sí, otras consecuencias laborales.

LO que sí se ha sabido es que los tests del día 7 y 8 no serán como el que me han hecho a mí (con frotis nasal) sino de una nueva generación que no necesitará de este incómodo procedimiento.


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