El Gobierno austriaco enfrentado a una situación de tensión extrema – manifestación negacionista en Viena – las fuerzas especiales disuelven una fiesta ilegal
!Ya puedes escuchar el post cómodamente! Haz click en el reproductor para escuchar una versión sonora leída por nuestra amable locutora virtual.
16 de Enero.- En estos momentos, la parte alta de la pirámide de poder del Estado austriaco se encuentra en una tensión extrema.
Sucede siempre que alguien pide a otro respuestas que no puede dar. O respuestas que sabe que no le van a gustar.
Vamos a intentar trazar un panorama para hacer comprensible la situación.
A lo largo del día de hoy, los científicos han dado la voz de alarma. La nueva cepa inglesa podría estar más extendida en Austria de lo que se pensaba. Hoy, los científicos de la Universidad de Viena, después de examinar una muestra aleatoria de PCRs positivas obtenidas en el barrio vienés de Floridsdorf, han encontrado que, de un total de 83, 14 correspondían a la cepa británica. Esto representa un 17%. No es una cifra final y el estudio no está terminado.
También se ha encontrado la variante británica en Estiria.
¿Qué significa esto?
Pues muy probablemente que la cepa inglesa, muchísimo más contagiosa que la normal, podría estar mucho más extendida de lo que se suponía. Es una noticia muy mala porque nos encontramos en ese momento tonto en que, tras nueve meses de restricciones y a falta de que haya una masa crítica de personas vacunadas suficiente para contener la pandemia, se empiezan a notar signos de cansancio en la población pero, sobre todo, en la economía. Y tanto la población como los actores económicos le piden al Gobierno una solución.
El Gobierno, como es su obligación, se hace asesorar por expertos.
¿Qué dicen estos expertos?
Pues los virólogos, epidemiólogos y demás expertos dicen que la única manera de contener al virus y de evitar una catástrofe sería no hablar de relajar el confinamiento sino, muy por el contrario, de agravarlo más.
Y dan medidas concretas:
-Aumentar la distancia de seguridad de un metro a dos.
-Obligación de llevar mascarillas FFP2
–Teletrabajo obligatorio (cae por su peso que también sugieren continuar con el cierre de todos los comercios).
–Reducir la movilidad de las personas a un radio máximo de quince kilómetros alrededor de los domicilios.
–Hacer tests siempre que se pueda, para localizar rápidamente focos de infección.
Hoy, se ha celebrado en la cancillería austriaca una reunión muy tensa entre el Gobierno y los agentes sociales (patronal y sindicatos) con la asistencia de los presidentes de los Länder confederados austriacos.
Por cierto, ellos son muy importantes, porque son los que tendrán que poner en marcha las medidas que se acuerden mañana (está previsto que se anuncien a partir de las once de la mañana).
En esa reunión, como decía en el primer párrafo, se le han pedido al Gobierno respuestas que no puede dar, porque la situación es extremadamente volátil (ya lo dijo ayer el canciller) y puede cambiar en cualquier momento, dependiendo sobre todo de cómo evolucione la situación epidemiológica.
Por otra pare, y mientras tanto, el confinamiento actual, que teóricamente debería acabar el 25 de Enero próximo, no está dando los resultados deseables. La incidencia diaria se encuentra en estos momentos alrededor de los 130 casos por cada cienmil habitantes, cuando los epidemiólogos cifran en cincuenta casos por cada cienmil la incidencia mínima que habría que tener para poder hablar de relajar las medidas.
El Gobierno se encuentra en este momento entre dos fuegos y no parece posible que la decisión que se tome mañana pueda contentar del todo a nadie.
La patronal y los sindicatos, unidos por una vez, advierten al Gobierno de que no se le pase por la cabeza un confinamiento duro hasta marzo, como ya ha anunciado el Gobierno alemán.
Que sería inasumible económicamente.
El portavoz de los sindicatos austriacos ha repetido el mantra que lleva repitiendo durante los últimos días: En este momento hay medio millón de desempleados en Austria y diez veces menos puestos vacantes. Detrás de ese medio millón de personas hay caras, facturas que pagar, existencias. Literalmente, ha dicho que los científicos, hablando de teletrabajo obligatorio están fuera de la realidad. „Esta gente vive en la luna“, ha dicho.
¿Qué pasará mañana?
Mi opinión personal es que el Gobierno va a intentar salir del atolladero actuando de un modo muy austriaco: o sea, intentar que todos pierdan lo menos posible para que todos puedan por lo menos ganar lo más posible (aunque la ganancia sea muy poca, que no hay modo de que sea mucha).
Yo apuesto por un alivio limitadísimo de las medidas (cosmético) y por la obligación de utilizar máscaras FFP2.
Así las cosas, es más que probable que todo el trabajo que el Gobierno se ha tomado para consensuar, trabajosamente, una política de tests con la oposición haya sido para nada, porque es muy poco probable que se abran las escuelas ni que abran los comercios hasta bien entrado el mes que viene.
De cualquier manera, como decía antes, la comparecencia del Gobierno está anunciada para mañana a las once.
En el programa de La Tarde en Directo de mañana analizaremos las medidas que se tomen y sus consecuencias y, naturalmente, trataré de contestar a las preguntas de los lectores dentro de mis posibilidades.
El otro tema del fin de semana ha sido la manifestación (las manifestaciones) que se han desarrollado hoy en el „manifestódromo“ de Viena, la Ringstrasse, para protestar contra las medidas del Gobierno para contener la pandemia.
Digo las manifestaciones porque ha habido dos: una en contra de las medidas, con unos diezmil asistentes, y otra en contra de los que se manifestaban contra las medidas, de otros quinientos.
En ambos casos se ha tratado de una lucha a brazo partido contra la inteligencia, que la inteligencia, como era previsible, ha perdido.
Como era de esperar, los asistentes, entre los que había prominentes miembros de la extrema derecha y de la organización, parcialmente ilegal, de los Identitarios, no han respetado las más elementales medidas de seguridad, a pesar de que la policía les ha conminado a hacerlo por todos los medios a su alcance. También los organizadores han hecho llamamientos a la sensatez, que tampoco han sido escuchados. Esto significará, probablemente, que en una semana o diez días aumentarán los casos en Viena pero como todos sabemos que la pandemia es de mentirijillas, pues nada, a seguir así.
La policía no ha disuelto la manifestación (manejar a una muchedumbre de diezmil personas no es fácil) pero ha practicado numerosas detenciones.
Por las imágenes de la televisión, daba la sensación de que los manifestantes formaban un grupo muy heterogéneo en el que lo mismo había charcuteros por la verdad, que viejos hippys despistados con chapas en la solapa contra las centrales nucleares. También estaba Strache, lo cual demuestra que hoy se ha concentrado en el centro de Viena lo más granado de la alta sociedad. Lo mejor de cada casa.
A eso de las tres de la tarde, algunos de los participantes en la contramanifestación (de extrema izquierda) se han tirado en la Ringstrasse para intentar bloquear el paso de los otros. La policía ha disuelto el bloqueo.
A eso de las cinco, en Schottenring, ha habido música y bailes (sin mascarilla) y a eso de las seis se ha ido cada mochuelo a su olivo.
Ayer viernes por la tarde, las fuerzas especiales de la policía austriaca entraron en una casa en la que se estaba celebrando una fiesta ilegal.
Al principio, intentaron por las buenas que les abrieran la puerta, pero al no responder los asistentes, entraron por la fuerza.
Se encontraron a unas cincuenta personas de entre 17 y 40 años. Inmediatamente, se pusieron unas cien denuncias por infracción contra las leyes de protección contra la CoVid. Los organizadores (a los que no se pudo encontrar) habían enviado las invitaciones por Instagram. En el curso de la intervención policial, se pusieron a buen recaudo máquinas tragaperras (ilegales) y las fuerzas del orden también se incautaron de pequeñas cantidades de Cannabis.
Deja una respuesta