La mala reputación

Una noticia que parece mala pero que no lo es – una doctora se equivoca de dirección – los precios de las mascarillas

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20 de Enero.- Después de estar quince años escribiendo Viena Directo, he aprendido una cosa : hay noticias que, en principio, parecen malas, pero que luego a lo mejor, vistas de cerca, no lo son tanto.

Veréis.

Enz es una bonita localidad de Austria que tuve ocasión de conocer este verano, cuando estuve en Tirol. Ya los romanos tuvieron conocimiento de que Enz era el sitio en donde había que estar y en la plaza mayor de la ciudad, dominada por una imponente torre renacentista, existe también un precioso museo, cuya visita recomiendo a los lectores de Viena Directo, en el que están almacenados diversos cachivaches antiguos dejados por las legiones imperiales.

El alcalde de Enz, que milita en el partido socialista, ha sido uno de los muchos políticos que estos días ha saltado a los medios por una falta que parece a primera vista una cosa mala, pero que tiene su parte buena.

El señor alcalde de Enz tiene a algunos de sus familiares en la residencia de ancianos de la localidad. Cuando llegaron las vacunas del coronavirus, debió de darle el prurito de estar presente en el momento en el que se inmunizaba a sus familiares. En esto, que el inmunizador que los inmunizaba, dijo :

-Ay, señor alcalde. Tenemos una problemática.

Y el alcalde, que siempre está al quite, debió de preguntarle que cuál era dicha problemática. Y el inmunizador (o inmunizadora, que esto no lo dice la historia) le dijo :

-Señor alcalde, nos han llegado más dosis de vacuna de las que necesitamos ¿Qué hacemos ?

Aquí, el alcalde de Enz debió de sacar pecho de palomo :

-Pues hombre…Si se van a estropear…Aquí tiene usted este mi esforzado brazo. Hale, pinche. No pierda tiempo.

El inmunizador dijo :

-Pero es que la vacuna o inyección es para las personas mayores de la tercera edad. Los alcaldes no están en la lista de prioridades.

-Pero hombre ¿Quién se va a enterar ?

Pero sí. Sí que se han enterado las personas humanas.

Ha habido más casos, ya digo, de alcaldes o personas que no son población de riesgo que se han dejado inmunizar, con el consiguiente escándalo.

Sin embargo, como yo soy un optimista, también pienso una cosa : que la gente se cuele para inmunizarse también implica que la gente se está muriendo de ganas de que la vacunen.

Minipunto para la ciencia.

Uno a cero en contra de los charcuteros por la verdad.

Y hablando de ellos.

Si hay un oficio en el que la reputación sea clave, ese es el de la medicina. En muchos casos, un cincuenta por ciento de la curación viene de la confianza que el médico nos inspira. Cuando estamos pachuchos, también lo estamos del alma y por eso necesitamos que el médico, con su presencia, nos infunda un valor que a lo mejor la enfermedad nos ha quitado. Y ese valor, quién lo duda, cura tanto como las aspirinas

Por esas casualidades de la vida, en Austria conozco a muchos médicos y, aunque por lo general prefiero obviar esta evidencia, si consideramos mis conocidos galenos como una muestra de la profesión escogida al azar, no hay más remedio que reconocer que entre los médicos hay de todo.

A pesar de haber pasado todos por la facultad de medicina, hay médicos sensatos, médicos temerarios, médicos que se pasan con la grasa subcutánea del gorrino (también conocida como tocino) y que se fuman purazos como los de Fidel Castro, y los hay talibanes de esa religión imposible que consiste en cuidarse obsesivamente para no estar nunca enfermo.

Los hay que son amantes y « amantas » padres y madres de familia, y los hay que están enganchados al aquí te pillo, aquí te mato.

En fin : que como paciente, solo le queda a uno rezar para que, cuando le llegue la hora (o sea, la hora de ir a la consulta) le toque una oveja blanca.

Como burguenlandés adoptivo que soy, espero que no me toque nunca la médica que se manifestó el fin de semana pasado en Oberwart (marco incomparable de belleza sin igual) en una de esas concentraciones de « charcuteros por la verdad » que están empezándose a poner –lamentablemente- de moda. Su testimonio, convenientemente grabado con un telefonino, no tardará, estoy seguro, en viralizarse con titulares del tipo « prestigiosa médica austriaca cuenta la verdad sobre la dictadura de las vacunas!No dejéis que los niños respiren sus propios miasmas ! » Y cosas así.

La galena, cuyo nombre mantendremos en un piadoso anonimato, a pesar de que la prensa austriaca se ha hecho eco de él, participó en la manifa negacionista protestando contra la « dictadura de la salud ». Lo cual, si bien se mira, es una protesta curiosa viniendo de una persona cuyo trabajo consiste en mantener a las personas humanas saludables. También habló del « edificio de mentiras » que se ha extendido por todo el mundo desde la pandemia.

Escuchémosla :

-Desde hace once meses se nos dice que nos tenemos que encerrar pero ¿Cómo podéis explicarnos que estamos liquidando (textual) a nuestros viejos con vacunas experimentales ?

Según parece, la mujer se extendió durante varios minutos y existe un video que alguien puso en YouTube, y que duró en línea hasta ayer por la tarde. Siguiendo el argumentario de los del gorro de papel de plata, la dama burguenlandesa dijo que « la pandemia se terminará cuando nosotros la terminemos » y que «  es tiempo de levantarse y apartarse de la miserable (textual otra vez) dictadura de las farmacéuticas ».

Según parece, quien así se manifestaba es la médico de un pueblo (cuyo nombre no diremos, no vaya a ser que a algún lector le toque esta matasanos). Desde este puesto, la médica tiene las atribuciones necesarias para poner en marcha el plan de vacunación gubernamental, según han denunciado los Verdes de Burgenland. Dichos verdes han pedido que se destituya a la médico de su puesto. El Land de Burgenland ha decidido actuar con prudencia.

Han admitido que están en conocimiento de que esta mujer existe y de que se manifestó y que dijo lo que dijo, y que tienen pensado tomar las correspondientes medidas disciplinarias.

No es el único frente que se le ha abierto a la doctora.

Por lo visto, también lleva la dirección médica de un balneario en Estiria, por lo cual el colegio de médicos de este Land ha pedido que se aclare la cuestión a la velocidad del rayo. El presidente del colegio de médicos de Estiria, Herwig Lindner no se explica las manifestaciones de esta buena mujer, y ha descrito la cuestión con mucha gracia :

-Los médicos que se manifiestan en contra de las vacunas son más raros que las reacciones adversas de la vacuna.

Preguntada por un periódico local, nuestra doctora rebelde recula un tanto, aunque sin querer dar su brazo a torcer. Ella no es una negacionista, puesto que reconoce la enfermedad pero, como médico, está por terapias que sean útiles a las personas (seguramente, estará a favor de echarse a pecho la lejía y el Don Limpio, como decía el otro).

El domingo, en la manifa, solo se limitó a dar informaciones sobre los riesgos de las vacunas para los ancianos.

-Mi discurso no tenía mala intención. Como médico, he hablado a favor de la salud pública, y no políticamente. Me da qué pensar por qué hay políticos que tienen un problema con el tema, cuando es una cuestión médica.

(Claro que sí, guapi).

Sobre eventuales consecuencias profesionales que pudieran sobrevenirle por su discurso, no estaba informada.

A partir del día 25 próximo será obligatorio llevar mascarillas FFP2 en los transportes públicos y cuando vayamos de compras.

Dado que las mascarillas FFP2 son productos industriales y no se pueden fabricar en casa, al saberse la noticia cundió entre el personal la lógica preocupación por el precio.

La cadena de supermercados Hofer, como ya avanzábamos, ha anunciado que, a partir del día 21, las mascarillas FFP2 valdrán a 0,59 Euros. Solo se permitirá, eso sí, que cada cliente adquiera cinco unidades.

En otros supermercados, los del grupo Rewe, las mascarillas costarán 2,99 Euros. En Lidl, costarán casi un euro.


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