¿Hubiera sido mejor endurecer el confinamiento?

El 7 de febrero es nuestro día (y el de AstraZeneca) – los científicos enfrían muchísimo nuestro entusiasmo – primeros proyectos de vacuna fracasados.

25 de Octubre.- Si en vez de leer este blog te apetece que te lo lean, Lupe, nuestra locutora virtual, lo hará con mucho gusto.

Como recordarán los lectores de Viena Directo, en los últimos diez días, hemos tenido algunos sustos a cuenta de las vacunas.

La primera empresa en enfriar nuestros entusiasmos fue Pfizer-Biontech. Anunciaron una reducción en las entregas a la Unión Europea, pero lo cierto es que la excusa no se entendía muy bien. Primero, trascendió que reducían las entregas. Así, a palo seco. Más tarde, que reducían ahora para poder entregar más después. Hoy, los portavoces de la joint venture (la „felicidad conjunta“) entre la farmacéutica alemana Biontech y la americana Pfizer, han mirado la bola de cristal, como Lola Flores (decíamos ayer) y han llegado a la conclusión de que no solo van a poder entregar en Austria durante el primer trimeste de 2021 más de lo previsto en un principio sino que, si todo va bien, solo con el remedio de Pfizer, se podrá inmunizar, antes de que acabe el año, al 62% de la población austriaca.

Suficiente, por cierto, para alcanzar la famosa „inmunidad de grupo“.

Para conseguirlo, el tándem Pfizer-Biontech abrirá una nueva línea de producción en Alemania, que se unirá a la ya existente en los Países Bajos.

Crucemos los dedos.

También hemos tenido un susto con la vacuna que han producido al alimón el Alma Máter Oxoniense (o sea, la Universidad de Oxford) con el laboratorio AstraZeneca.

Estos sí que nos traen por la calle de la amargura.

Este fin de semana, portavoces de esta otra „felicidad conjunta“ admitieron que no iban a poder entregar todas las vacunas que habían prometido. Hasta un sesenta por ciento menos. Hubo quiénes decían que por un incendio en una fábrica de la India, en donde se produce el mejunje milagroso. Hubo quien afirmó, en cambio, que el „vacunus interruptus“ se debía a los desperfectos que una tormenta había causado en la fábrica de AstraZeneca en Inglaterra.

La Unión Europea aún no ha permitido la comercialización de esta vacuna, pero ya ha tenido tiempo de enfadarse con sus fabricantes y de amenazarles con una jugosa demanda.

Sin embargo hoy el Ministro de Sanidad austriaco, Sr. Anschober, ha anunciado en un comunicado que la farmacéutica AstraZeneca le había notificado a su ministerio que la primera entrega de vacuna británica llegará a Austria el día 7 de febrero. Serán sesenta y tresmil trescientos cincuenta y cuatro dosis. El día 17 del mes más corto del año llegarán noventa y sietemil setecientos sesenta y tres y a finales de febrero, en fecha aún sin concretar ciento ochenta y dosmil . O sea, unas trescientas cuarenta y tresmil dosis en total, que darán (si Dios quiere) para vacunar a ciento setentamil personas sobre poco más o menos.

Menos da una piedra.

LOS CIENTÍFICOS ENFRÍAN NUESTRO ENTUSIASMO

Hoy, como también saben ya los lectores de Viena Directo, entran en vigor tres nuevas reglas para intentar parar el virus.

La primera, la obligación de llevar mascarilla FFP2 a partir de los 14 años de edad, la cual se supone que es más eficaz a la hora de detener el paso del virus malandrín.

En segundo lugar, la obligación de estar a dos metros de aquellas personas humanas con las que no compartamos sábanas y manteles (o sea, la gran mayoría de la Humanidad).

En tercer lugar, la obligación de hacer tests a diferentes grupos profesionales, como los que se dedican a convertir a nuestros niños en hombres y mujeres de provecho.

Este excitante panorama tiene la virtud de no contentar a nadie.

La economía (y no hablemos de ciertas zonas de la política) piensan que las medidas son excesivamente gravosas. Los científicos, entretanto, piensan que son un parche.

Así lo ha explicado hoy el epidemiólogo Gerald Gartlehner el cual comparte la opinión del presidente del colegio de médicos austriaco, Sr. Szekeres. Ambos señores han dicho que las estaciones de esquí deberían cerrarse y que, más que mascarillas y distancias (distancias que, en la práctica, no se pueden mantener en muchas situaciones de la vida) lo mejor hubiera sido endurecer el confinamiento y reducir el radio de movimiento de las personas.

Así, según el científico, no alcanzaremos el objetivo del Gobierno de una incidencia de 50 casos por cada cienmil habitantes.

Gartlehner ha dicho que el estancamiento de las cifras (o sea, la falta de efectividad del confinamiento) se debe a la falta de voluntad de la población de seguir con las medidas. El epidemiólogo también ha expresado su opinión de que, incluso con vacuna, no se volverá inmediatamente a una vida normal, sino que es posible que las restricciones duren, por lo menos, hasta el otoño.

Y para terminar como empezamos, o sea, hablando de vacunas. Me gustaría contar brevemente una noticia que hemos sabido hoy.

PRIMEROS PROYECTOS FRACASADOS DE VACUNA

El gigantesco triunfo científico que ha supuesto la consecución de las vacunas contra el coronavirus ha podido dar dos impresiones diferentes, pero ambas engañosas: los escépticos pensarán (es un decir) que las vacunas son en realidad un timo y que no valen para nada. Las personas con dos dedos de frente habrán podido llegar a la conclusión de que conseguir las vacunas ha sido fácil.

Estas dos impresiones quedan desmentidas por el hecho de que ya ha habido fracasos y empresas que se han caído de la carrera.

Por ejemplo, la farmacéutica estadounidense Merck.

La empresa ha anunciado hoy que va a poner fin a las investigaciones con dos posibles vacunas que tenía en fase uno (o sea, aquella en que se prueba la fórmula en pacientes sanos para ver que sea efectiva y segura).

Las dos vacunas han tenido unos resultados mediocres en su misión, que es la de activar la respuesta inmune de los pacientes.

En vez de en las vacunas, Merck va a concentrarse en desarrollar medicamentos que reduzcan los padecimientos de aquellos pacientes de CoVid que estén pasando por una fase grave.

Según la OMS a la que, felizmente, ha vuelto Estados Unidos, hay en estos momentos 64 proyectos de vacunas contra el coronavirus en marcha. 16 se encuentran en fase tres y, por lo tanto, podrían ser comercializados dentro de poco.

Por cierto: otra empresa que también está teniendo dificultades para llevar a buen puerto su vacuna ha sido la francesa Sanofi. Su vacuna se encontraba también en fase tres, pero los resultados de su estudio no han sido satisfactorios.


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