Austria endurecerá las condiciones de entrada para viajeros

Austria endurecerá las condiciones de entrada de viajeros – por primera vez, cero casos de gripe en Austria – así ha cambiado Viena en 2020 – prohibidas las manifestaciones negacionistas de este fin de semana

29 de Enero.- Si tienes ganas de escuchar este post, Lupe lo leerá por ti con mucho gusto y una entonación muy agradable. No tienes más que darle al botón de play en el reproductor.

Por primera vez, cero casos de gripe en Austria

Los que llevamos ya unos años viviendo en Austria sabemos que, en este momento, estamos atravesando esa región desértica del año que va entre el día 6 de Enero y el taitantos de marzo. Es una época aciaga porque, por un lado, uno tiene la sensación de que está todo el día nublado y, por otro, no hay nada que rompa la monotonía de los días, en duro contraste con la época navideña que es normalmente un non stop de festivos.

Este año, el desierto es más desierto, si cabe, porque debido a la pandemia, hemos tenido unas navidades ligeras y una nochevieja (esto habría que repetirlo más años) casi inexistente. Hoy, los medios austriacos se hacían eco de que las personas que llevan mucho tiempo teletrabajando están ya hasta las narices de la comodidad de su hogar y quieren volver a su vida laboral de antes, con esa compañera pelandrusca que se dedicaba a hablar mal de todo el mundo en la máquina del café, o ese compañero borde que nunca saluda (o, peor, que no saluda a la ducha de su casa y por eso le canta el alerón). El cuerpo humano echa de menos esos chistes comunes que se hacen entre compañeros de trabajo, ese apoyo moral cuando tienes que afrontar una tarea difícil, esa palmadita en la espalda cuando el trabajo te da mala vida. En fin, esas pequeñas cosas.

(Por cierto, no en vano la palabra trabajo viene del nombre de un instrumento de tortura, el trepalium).

Y es que, como dicen los paisanos de Briyí Bardó, el confinamiento ha convertido nuestra vida en Boulot,metro et dodo (pronunciado buló, metró et dodó) o sea, curro, metro y cama. Un panorama sin duda muy excitante.

Dentro de este páramo de tedio, la obligación de llevar mascarillas FFP2 nos ha traido un cierto alivio a las personas que llevamos gafas: desde que ha entrado en vigor la obligación de ponérselas, por lo menos no se nos empañan las gafas.

Menos da una piedra.

Otra cosa buena que han tenido las medidas de mayor perfección y encerramiento a las que nos ha conducido la pandemia es que este año, por primera vez desde 1918, no ha habido ni un solo caso de gripe (de la mala, no de catarros) en Austria.

Esto se explica porque hemos hecho todo lo que hubiéramos debido hacer durante la temporada 2016-2017, aciaga época en la que fallecieron 4500 personas en Austria a consecuencia de la gripe o sus secuelas. O sea: no hemos viajado, nos hemos lavado mucho las manos, hemos ventilado las habitaciones y, en general, se lo hemos puesto muy compliado al virus (por cierto, también nos hemos vacunado, como servidor).

Y hablando de viajes.

Austria endurecerá las condiciones de entrada de viajeros

Como saben los lectores de Viena Directo, las dos mutaciones más peligrosas, la procedente de la remota Sudáfrica y la procedente del cercano Reino Unido, han llegado ya a Austria.

Su presencia se ha detectado en diferentes focos infecciosos e, incluso, en las aguas fecales de la ciudad de Viena.

El Gobierno está tardando en poner coto a esta situación adversa a base de evitar (o intentarlo) que vengan personas a Austria contagiadas de coronavirus en estas dos versiones. Está tardando y se dispone a poner remedio a esta tardanza.

Este jueves se ha presentado un nuevo proyecto de ordenanza a la valoración de los Länder confederados y los agentes sociales, valoración que deberá estar terminada para la semana que viene, según ha informado la agencia APA citando a fuentes del Ministerio de Sanidad.

Habrá tests obligatorios a la entrada a Austria para todos los viajeros sin excepción, incluyendo los que realicen viajes profesionales. Todos los viajeros frecuentes que pasen la frontera deberán presentar un justificante médico o un test negativo que no sea más antiguo de 72 horas y, de no tenerlo preparado, deberán estar diez días de cuarentena. Cuarentena que podrá terminarse tras testarse y que el test dé negativo.

La nueva norma debería haber entrado en vigor este lunes día uno, pero debido a la resistencia de algunos Gobiernos de países limítrofes (el Gobierno checo, por ejemplo) la cosa se ha retrasado.

Cómo ha cambiado Viena durante 2020

Hoy, el periódico vienés Kurier publica un reportaje muy interesante a propósito del crecimiento de la población de Viena durante el año 2020, el año que pasará a la Historia como el Año del Virus Malandrín.

Citando fuentes del ayuntamiento de la ciudad, se advierte que ha habido un crecimiento de la población, si bien muy reducido (un 0,5 %).

El día 1 de Enero de 2021 habitábamos la ciudad de los valses 1,92 millones de personas humanas, con lo cual la capital de Austria se ha convertido en la quinta población más grande de la Unión Europea, después de que algunas urbes británicas nos hayan dejado sitio.

Durante el año 2020 han nacido en Viena menos niños (dieciochomil quinientos) y, como es notorio, han muerto muchas más personas de lo normal (diecisietemil quinientas en total). Debido a la pandemia han muerto en Viena casi un diez por ciento más de personas que normalmente (mil quinientas cincuenta). Esta cifra de mortandad no esperable también la hubo en la ola de gripe de 2017 de la que hablaba más arriba.

Los expertos del ayuntamiento de Viena no han podido afirmar ni desmentir que la pandemia vaya a hacer subir la natalidad (en casa, sin poder ir a ningún sitio, no solo de Netflix vive el ser humano, algo habrá que hacer). Los expertos han indicado que se verá sobre todo en 2021. Más que nada porque, como todo el mundo sabe, los embarazos en la especie humana duran nueve meses y los críos „fabricados“ entre abril y diciembre de 2020 todavía están esperando ver la luz del mundo.

Los nuevos vieneses vienen, aparte de, lógicamente, la fabricación propia, han venido de Alemania, Siria, Rumanía, Afganistán y Croacia . Siendo los sirios y los afganos sobre todo personas que han venido a Viena procedentes de otros lugares de Austria.

El Gobierno prohíbe las manifestaciones negacionistas

Hablábamos estos días de las manifestaciones de negacionistas y „negacionistos“ que estaban programadas para este sábado en la almendra central de esta capital.

Una de las dos cabezas de la ultraderecha austriaca, aquella a la que le tocaba hacer de „poli malo“ incluso había anunciado su presencia (y su elocuencia) en esta manifestación. La cosa tenía su morbo, porque Herbert Kickl, como todo el mundo sabe, tiene todavía algunas cuentas abiertas con los que fueron sus compañeros de coalición.

Hablará el domingo, pero no será en las manifestaciones programadas. El Ministerio del Interior ha tomado la decisión de prohibir casi todas las manifestaciones que había convocadas (15 de 17) con la argumentación de que si llegaban a Viena tantas personas como los organizadores presagiaban (unas quincemil) iba a ser imposible que mantuvieran la distancia de seguridad (y muy poco probable, añado yo, que quisieran hacerlo).

El exministro del Interior ha acusado al Gobierno de no tolerar la crítica (cachis) y la ultraderecha austriaca ha anunciado una concentración política que deberá celebrarse en la Heldenplatz.

Por si a alguno de los manifestantes no les apetece cambiar de planes y, de todas maneras, se personan para gritar que el virus no existe y cosas así, la policía ya ha anunciado su intención de disolver estas concentraciones ilegales.


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