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Así llegó a Austria la variante sudafricana del coronavirus

cuatro amigosToda la historia es un poco „hola don Pepito, hola don José“ pero la verdad es que es interesante saber que, después de todo, no fue culpa del golf.

12 de Febrero.- En la rueda de prensa en la que se anunció la desescalada, el alcalde de Viena, Sr. Ludwig, dijo una cosa que ninguno de los otros presentes (y menos que ninguno, el propio canciller) pudo haber dicho. Fue una alusión inusitadamente contundente para lo que en Austria se estila, a propósito de las teorías que había entonces a propósito de cómo había podido llegar la variante sudafricana del coronavirus a Austria.

Ludwig dijo que no estábamos en una época en la que „ir a jugar al golf a Sudáfrica“ fuera una prioridad. Era una indirecta dirigida a la línea de flotación de un matrimonio de hosteleros tiroleses que, por lo visto y con esa ligereza del que puede tirar de chequera y que se mueran los feos, había decidido alquilar un jet privado para irse a Sudáfrica a emular a Severiano Ballesteros.

Naturalmente, los hosteleros tiroleses se mostraron muy dolidos, hidalgamente dolidos, por las palabras del alcalde de Viena.

Hoy, por fin, una investigación del Tiroler Tageszeitung ha venido a darles la razón. Parece ser que, definitivamente, no fueron ellos los que, con su conducta a todas luces irresponsable (pero, lo dicho, que se mueran los feos) le ocasionaron a Austria un gravísimo problema que se va agravando por días, como ahora veremos.

La mutación sudafricana llegó a Esta Pequeña República por otra vía.

Veamos:

El caso más antiguo de variedad sudafricana corresponde a un paciente asintomático de la comarca de Schwaz, en Tirol. Le llamaremos Herr A. Se le hizo un test el día 23 de Diciembre pasado, porque Herr A se tenía que someter a una operación. El señor dio positivo pero en aquel momento se pensó que era a causa de la versión clásica del coronavirus. Pasaron varias semanas hasta que se pudo constatar que Herr A estaba infectado con la cepa maldita, y fue cuando, ante las sospechas de que hubiera podido llegar a Austria, se secuenciaron muestras antiguas.

Cuando se le comunicó a Herr A lo que había, el hombre se quedó ojiplático, porque él no había estado en Sudáfrica en su vida (se conoce que no jugaba al golf). Sin embargo, tirando del hilo, el hombre recordó que el día 10 de Diciembre había estado de visita en casa de un amigo, al que llamaremos Herr B, en Baja Austria, y que dicho amigo sí que había estado en Sudáfrica durante cinco semanas por motivos de trabajo.

Herr B había vuelto de Sudáfrica en un avión (cómo no) y había llevado durante todo el vuelo una mascarilla FFP2. Había venido sentado con otro caballero, alemán, al que llamaremos Herr C. Cuando los dos aterrizaron en Innsbruck, Herr C se hizo el test y dio positivo, pero Herr B dio negativo, con lo cual se encontró, sin ningún cargo de conciencia con Herr A el día 10 de Diciembre.

Herr A y Herr B se tomaron unas cañas en Baja Austria, en donde vivía Herr B. Allí debió de contagiarse Herr A, que no desarrolló síntomas. Herr B sí que desarrolló síntomas (se puso enfermo inmediatamente después del encuentro el día 11 de Diciembre). Se hizo el test correspondiente y el 14 de Diciembre dio positivo. No se puede saber si de la cepa sudafricana, porque estas muestras se destruyeron.

En cualquier caso, en Baja Austria no se han detectado más casos de la cepa sudafricana del virus malandrín, con lo cual las autoridades sanitarias de ese Land se sienten tan felices como cabe imaginar.

En cualquier caso, que el Tirol se haya convertido en el foco de la cepa sudafricana más grande fuera de la patria de Nelson Mandela es un problemón.

Ya saben mis lectores por qué: en primer lugar, porque la nueva cepa es más contagiosa que la variedad clásica y por lo tanto, dejarla pulular libremente es muy peligroso. Por otro lado, parece que la vacuna de AstraZeneca, si bien evita los cursos severos de la enfermedad parece ser que es menos eficaz en el caso de la variante sudafricana.

A las cero horas del día de hoy, se ha cerrado Tirol y solo se puede salir de esa parte de Austria con el correspondiente test negativo. Irlanda también ha incluido a Tirol en su lista roja (los viajeros que aterricen en Irlanda procedentes de Tirol tienen que guardar cuarentena) y Alemania ha suspendido el tráfico ferroviario con Tirol.

Por cierto, el Ministro de Finanzas, Gernot Blümel, en fiera y desigual batalla, ha luchado hoy por su supervivencia política. La oposición quiere su cabeza y hay convocada para la semana que viene un pleno del Parlamento para una cuestión de confianza. Los Verdes todavía no han anunciado el sentido de su voto, con todo lo que eso implica.

Pero de eso quizá hablaremos mañana.


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