Por qué en el Mosela sí y en Tirol no

Mientras en la frontera se recrudece el conflicto con Alemania, en el interior la coalición va de susto en susto – la Agencia Europea del Medicamento recibe una nueva solicitud de legalización

16 de Febrero.- Lupe lo hace encantada, de verdad. Y además, es muy agradable escucharla. Prueba, prueba y verás.

Cartel anunciando clases de alemán
Quizá lo que se necesite sea conversación en directo ¿No?

EL CONFLICTO ENTRE ALEMANIA Y TIROL SE RECRUDECE

El conflicto entre Tirol y Alemania se recrudece. Los alemanes han decidido ampliar la limitación de viaje para los austriacos hasta el día 3 de Marzo (o sea, dos semanas más).

Los austriacos se quejan de desigualdad de trato. Oficialmente, la razón para mantener cerradas las fronteras con Tirol es la variante sudafricana, pero con el paso de los días, en la región francesa del Mosela, también fronteriza con Alemania, se han detectado más casos que en Tirol de esta mutación y sin embargo Alemania no ha cerrado sus fronteras con Francia.

Entretanto, la Unión Europea ha enviado una carta de protesta a los países miembros para resaltar que solo la coordinación y la solidaridad pondrán a la Unión en posición de vencer al virus.

La Unión se encuentra en este momento empeñada en un difícil equilibrio. Por un lado, se pretende poner en marcha medidas que detengan la transmisión del virus y por otro el objetivo es que no se obstaculice el funcionamiento del mercado interior.

Pero las medidas aplicadas por el propio Gobierno del Tirol también están empezando a golpear a la industria local: el esquí.

Para intentar aplacar el rigor del Gobierno de Viena, el de Tirol impuso la obligación de testarse para poder acceder a las estaciones de esquí.

Parece ser que esto ha terminado con las ganas de esquiar de muchos y ya se conocen casos, según informan medios austriacos, de estaciones de esquí que han tenido que cerrar porque no les salía a cuenta permanecer abiertas.

UNA NUEVA VACUNA EN CIERNES

Hoy, la filial europea del laboratorio estadounidense Johnson and Johnson ha iniciado los trámites ante la Agencia Europea del Medicamento para que se permita la comercialización en la Unión Europea de su vacuna.

Según datos suministrado por la empresa, el medicamento es efectivo y seguro.

Su mecanismo es el mismo que el de la vacuna de AstraZeneca. O sea, utiliza un virus vector. Y lo mejor: solo hace falta una dosis para alcanzar un grado óptimo de inmunidad. La vacuna, por lo visto, evita cursos severos de la enfermedad en un 85% de los casos.

GERNOT BLÜMEL SE SALVA POR LA MÍNIMA

La coalición que nos gobierna va de susto en susto y de cuestión de confianza en cuestión de confianza. Si la semana pasada el blanco fue el Ministro del Interior, Karl Nehammer, esta semana le ha tocado a su compañero de banco y de partido, el Ministro de Finanzas Gernot Blümel.

Como recordarán los lectores de Viena Directo, el nombre de Gernot Blümel ha salido a relucir a raiz de un escándalo de donativos al Partido Popular austriaco a cambio de ciertos favorcillos. La noticia saltaba la semana a raíz de una cita en la sede de la fiscalía anticorrupción y un registro domiciliario posterior en casa del Ministro.

Los rumores, sin embargo, coleaban desde el año pasado.

En concreto, desde que la Comisión Parlamentaria para el esclarecimiento de los acontecimientos alrededor del famoso „vídeo de Ibiza“ comenzó su actividad.

El propio Strache, en una cita de ese vídeo que se ha hecho célebre decía que Novomatic pagaba al ÖVP, a los socialdemócratas y al Fpö a cambio de los „favorcillos“ que mencionábamos más arriba.

Blümel compareció ante la comisión famosa y fueron llamativas las lagunas de memoria que exhibió en la sede de la soberanía popular. Cualquier observador ingénuo hubiera podido deducir que Blümel tenía una peligrosa tendencia a la amnesia, porque no se acordaba de nada de su etapa como Ministro de la Cancillería, ni tenía apuntes o agendas que pudieran ayudarle a recordar. Por no tener, dijo que no tenía ni ordenador portátil.

La decisión de la fiscalía anticorrupción de investigar el pasado de Gernot Blümel ha hecho que la oposición se escupiese en las palmas de las manos con júbilo.

Blümel era y es una presa golosa. Mucho más golosa que Karl Nehammer, el Ministro del Interior, porque acertarle a Blümel es acertarle (!Y cómo!) a Sebastian Kurz. Y hay que reconocer que Blümel se ha salvado hoy (por la mínima) pero las ha pasado moradas.

Y no solo por tener que escuchar a Herbert Kickl, en un francés zarrapastroso, decir „rien ne va plus“.

Si se exceptúa que Gernot Blümel tiene estudios universitarios, las semejanzas con el canciller son asombrosas. Ambos tienen la misma edad, ambos tienen un mismo fondo cultural y de ambos se puede decir lo que de muchos escritores: si de los obreros de la pluma se dice que no tienen biografía, que solo tienen obra, de Blümel y de Kurz se puede decir que no tienen vida laboral, que solo tienen política.

No es extraño que tengan, como es notorio, una amistad íntima.

La oposición, como era esperable, ha puesto a Gernot Blümel a escurrir. Y Gernot Blümel, con su mascarilla FFP2 ha aguantado el chaparrón como ha podido.

Antes de seguir, quisiera dejar aquí un comentario personal. Viendo las intervenciones de los parlamentarios, uno no podía dejar de tener la sensación de que, dejando aparte la brega parlamentaria, lo que podríamos llamar „el fragor de la batalla“, había también un ingrediente personal. Una saña especial. Yo me atrevería a decir incluso que es poco probable que Gernot Blümel goce de demasiadas simpatías a nivel humano (dejando aparte, naturalmente, las de Sebastian Kurz).

La incógnita, naturalmente, eran Los Verdes.

Los compañeros de coalición del Partido Popular austriaco están sometidos a una tensión cada vez más brutal. A cada vuelta de tuerca de la presión sobre el Gobierno, mayor es el precio que ellos tienen que pagar ante sus bases y más dificultades tienen para salvar la cara.

Se llegó a hablar de que los verdes votarían a favor de la cuestión de confianza contra Blümel y que le dejarían caer. Pero eso también hubiera significado probablemente la ruptura de la coalición vigente y, por lo mismo, un periodo de inestabilidad que, en este momento, el país (ningún país) se puede permitir.

Los Verdes, con muchísima dificultad, han encontrado una manera de salvar la cara, haciendo, eso sí, un sacrificio enorme.

-Apoyaremos a Blümel pero este apoyo no está grabado en piedra. Si las acusaciones de la fiscalía se concretan, Gernot Blümel tendrá que irse.

El futuro del político más slim fit de Esta Pequeña República pende de un hilo.

Y probablemente él lo sabe.


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