Más de 400 millones de Euros para empresas y trabajadores

El Gobierno anuncia ayudas por más de 400 millones de Euros – Anschober, de baja (y no es corona) – los hosteleros de Vorarlberg protestan.

10 de Marzo.- Como luego veremos, el Ministro Anschober se ha saltado la rueda de prensa de hoy. No ha importado, porque tenía el justificante firmado por sus padres, así que Sebastian Kurz no le ha apercibido de expulsión.

MÁS DE 400 MILLONES PARA TRABAJADORES Y EMPRESAS

Fuera de bromas: hoy, como en nuestros mejores peores tiempos, hemos tenido una rueda de prensa de relumbrón en la que el Gobierno ha presentado un nuevo paquete de medidas económicas de 430 millones de Euros, al objeto de intentar amortiguar un poco la catástrofe económica que la pandemia (y, sobre todo, su duración) están causando.

El Ministro de Finanzas Blümel ha empezado poniéndole al Gobierno una medalla (di que sí, Gernot, que se mueran los feos).Según nuestro ministro más slim fit, Austria ha pagado en ayudas, en lo que llevamos de crisis, más de 33 millardos de euros.

A nivel europeo, una de las proporciones más altas con relación al Producto Interior Bruto. Según este parámetro, Austria ha pagado un 1,3% del PIB, mientras que Alemania, la „matria“ de Merkel ha pagado un 0,74% o Dinamarca un 0,67.

También Austria ha estado más tiempo confinada que Alemania, con lo cual ha tenido que compensar más.

Según Gernot Blümel, sin las ayudas del Gobierno, un cincuenta por ciento de las empresas austriacas hubiera entrado en pérdidas. Con las ayudas, solo un 27%. La reducción en suspensiones de pagos ha sido de un 80% (solo -!Solo!- 8500); Austria también ha puntuado mejor de lo esperable en crecimiento negativo (lo sé: es una contradicción, pero es la terminología al uso).

El guantazo que se esperaba era del 8% y ha sido solo -!Solo!- de un 6,6.

Y tras esta catarata de cifras, las novedades.

-Para todas las empresas que están en Kurzarbeit desde noviembre se va a dar un pago único repartido de la siguiente manera: 825 euros a las empresas como ayuda a las pagas extraordinarias (Urlaubsgeld) y 175 euros para compensar las propinas perdidas.

El coste estimado de lo anterior es de 150 millones de euros.

-La compensación por cese de facturación (Ausfallbonus) se va a doblar en marzo.

Se pagará un 30% de la facturación perdida, en vez del 15%) y se elevará el límite de 30.000 a 50.000 euros para todas las empresas que concurran a este bonus de cese de facturación (unas 60.000 en toda Austria).

Todo lo anterior costará unos 230 millones de Euros.

La industria del deporte recibirá nueve millones de euros de estímulo.

El arte y la cultura, recibirán 20 millones de euros de apoyo añadido. Según ha anunciado la secretaria de estado para la cultura, habrá una ayuda de 1000 euros al mes para los artistas que no puedan ejercer por el confinamiento. Esta ayuda se prolongará hasta junio próximo.

Se van también a fomentar la transmisión del arte por nuevas tecnologías y también aquellas formas de arte que se practiquen al aire libre. Asimismo, el Gobierno dará fondos para la modernización de teatros y otros espacios.

-El Gobierno ha anunciado para la hostelería una subvención para la creación de terrazas. 20% de los costes para las empresas pequeñas y 10% para las medianas, con un límite de 20.000 Euros.

El coste de esta medida será de 10 millones de euros.

EL MINISTRO ANSCHOBER, DE BAJA

Y todos los días esta tangana, señora. Y un día y otro día y otro día. Y claro: los cuerpos humanos tienen una resistencia. Y el Ministro Anschober, ese hombre que lo mismo te explica un gráfico que te aconseja sentido común, ha llegado al límite de la suya.

Hoy hemos sabido que el Ministro de Sanidad está de baja laboral.

Antes de que corriera por ahí el bulo de que había caido en las garras del virus malandrín, su gabinete ministerial ha dicho que no, que Anschober sale el pobre prácticamente a test por día y que todos han dado negativo.

Que le tienen que hacer pruebas pero que lo más probable es que lo que le pasa sean las secuelas de una gripe mal curada.

De momento, el pobre Ministro estará de baja una semana. Ayer faltó a la rueda de prensa en la que, de manera más o menos semanal, se nos informa de cómo va todo.

Desde aquí, le mandamos al Ministro los mejores deseos de recuperación.

LOS HOSTELEROS DE VORARLBERG, PROTESTAN

Poco después de que el Presidente de Vorarlberg anunciara ayer la desescalada, cundió la desilusión entre la hostelería de ese land. Los taberneros y las tarberneras, los camareros y las camareras se habían hecho a la idea, entusiasmados, de que la desescalada implicaría servir jarrotas de cervezota como si no hubiera mañana, y codillos crujientes en cantidad suficiente para que cundiera otra pandemia, esta vez de arterioesclerosis. Como en la aldea gala de Asterix, se habían imaginado que, tras meses de sequía, tendrían que amordazar al bardo para que no cantara sus canciones vorarlbergueñas.

Y no.

Cuando examinaron con más cuidado las condiciones en las que el Gobierno les permitía abrir, dijeron, como Sara Montiel:

-!Pero qué invento es esto!

Y se hundieron primero en el cabreo y después en la desesperación.

Recordará probablemente el lector que el presidente de Vorarlberg anunció ayer una desescalada por la cual „el personal a su cargo“ podría ir a los restaurantes, bares y demás locales similares a partir del día 15.

Para poder entrar, a los clientes se les pedirá un test negativo y habrá que guardar determinadas precauciones, como una distancia de seguridad entre mesas de dos metros.

Asimismo, los bares tendrán que cerrar a las ocho (nada de trasnochar) porque a partir de esa hora sigue rigiendo el toque de queda.

Muchos propietarios de locales han anunciado que, cuando llegue el lunes, permanecerán con las persianas bajadas (aquí, entre nosotros, uno cree que eso exactamente era lo que quería el Gobierno, pero bueno). Pura y simplemente porque abrir no les sale a cuenta. Para el ochenta por ciento de los restaurantes, por ejemplo, la distancia de seguridad supone renunciar a la mitad de las mesas. Por no hablar de los tests.

Como recordarán los lectores, la pretensión de los hosteleros era que valiera cualquier test, por ejemplo, los test que el Gobierno ha regalado (cinco al mes por ciudadano) para ejercer una sana labor de autocontrol.

Sin embargo, el hecho de tener que presentar tests „de los güenos“ implicará, según los hosteleros, que la gente no se vaya de cervezas nada más que por la murga de los tests y que se sigan „reuniendo en casa“.

Asimismo, las ocho de la tarde les parece una hora límite muy corta. Imagine el lector que, de pronto, tiene ganas de tener una atención con su santito/a. Las ocho, incluso en centroeuropa, es una hora muy poco romántica para poner punto y seguido.

Los sindicatos también han criticado la actitud „poco valiente“ del Gobierno. Los sindicatos de hostelería hubieran deseado una desescalada que, por un lado, no pusiese en peligro a la clientela y que, por otro, garantizase la viabilidad económica de los locales.


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