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El detective tira de la manta

StracheEn « el mundo de antes » la jornada de hoy hubiera causado expectación, tener a mano al responsable de que el Gobierno austriaco saltara por los aires no pasa todos los jueves.

8 de Abril.- En un mundo sin pandemia la jornada de hoy hubiera sido, sin duda, una que hubiera levantado mucha expectación.

EL DETECTIVE TIRA DE LA MANTA

Nada más y nada menos que Julian H., el cerebro del famoso Vídeo de Ibiza, ha comparecido ante la comisión del Parlamento austriaco que investiga la trama. Aunque ahora pueda parecer que hace un siglo, en « el mundo de ayer », ese en el que no sabíamos todavía lo que era un virus vector ni un confinamiento, la aparición de aquella filmación hizo saltar por los aires la coalición entre la ultraderecha y el partido conservador austriaco.

Fue un golpe contundente, que deshizo en cuestión de horas más de una década de paciente trabajo para sacar a la derecha populista austriaca de la postración en la que la había dejado Jörg Haider y convertir al partido en una fuerza de apariencia (solo apariencia) más o menos capaz y tecnocrática.

El vídeo de Ibiza actuó sobre el Gobierno austriaco de aquella época y, sobre todo, sobre sus protagonistas, a semejanza de una corrección brutal de valor, lo mismo que esos bancos que, presionados por la evidencia de un agujero financiero, tienen que dejar constancia en sus balances de que lo que antes parecía que valía veinte, en realidad valía dos. O menos.

Hoy, el autodenominado detective Julian H., escoltado por su abogado, un antiguo componente de la Liste Pilz, ha comparecido ante los representantes de la soberanía popular para responder a sus preguntas que eran, lógicamente, muchas.

EL MUNDO CONTRA ÉL

Según los que le han visto, Julian H. ha comparecido fatigado y deprimido, arrogándose el papel de una humilde víctima atropellada por fuerzas muy superiores a la suya. Ha tenido que ser interrumpido varias veces porque hablaba tan bajo que los comisionados tenían dificultades para escucharle.

Durante toda su declaración, ha intentado convencer a la comisión parlamentaria de que la Justicia, la Policía y los políticos la habían tomado con él y que se había tramado una operación para callarle la boca.

De hecho, ha recalcado que, dado este compló, es imposible para él en este momento tener en Austria « un juicio justo » (se supone que por el asunto de los polvillos blancos que, presuntamente, trasiega).

Como preámbulo a la posterior ronda de preguntas, ha enfatizado que si la policía hubiera prestado atención a la denuncia del guardaespaldas de Strache (recordará quizá el lector que, « en el mundo de antes » hubo un guardaespaldas que estuvo durante mucho tiempo copiando facturas y pruebas comprometedoras contra el político ultraderechista) el llamado vídeo de Ibiza no hubiera tenido que existir nunca.

Según Julian H., quienes hubieran podido intervenir para remediar la corrupción de Strache miraron intencionalmente para otro lado, de manera que el vídeo de Ibiza había sido « una acción necesaria » para mostrarle a los austriacos el estado de cosas, la corrupción sistémica, en la que se hallaba sumida la política de Esta Pequeña República. Julian H., que entretanto se encuentra envuelto en otras investigaciones relacionadas con otros casos de corrupción (Wirecard) también ha aprovechado la aparición estos días de divertidas conversaciones de WhatsApp entre varios altos cargos (Kurz incluido) para respaldar su teoría de que lo que se puede ver en el vídeo de Ibiza no era una corrupción asociada a este u otro partido, sino un estado de cosas general.

¿Y por qué, se preguntará el lector, no fue Julian H. a la policía y presentó las correspondientes denuncias ? Según él, sí que lo hizo, pero como las élites, aparte de estar corruptas y agusanadas tienen la mano muy larga, todas sus denuncias fueron archivadas en cuestión de días sin dar mayores explicaciones.

Así pues, no tuvo más remedio que montar la operación « oligarca rusa » para tirar de la manta

TODO FUE IDEA SUYA PERO HUBO GENTE QUE LE ECHÓ UNA MANITA

Según ha contado hoy Julian H, el video de Ibiza fue idea suya sin que hubiera otros « peces gordos » que le hubieran hecho el encargo. Hubo, eso sí, algunas personas que le echaron una mano, como el pobre al que le tocó mejorar el sonido del vídeo, grabado en unas condiciones técnicas penosas.

Julian H. ha rechazado, eso sí, haber puesto a la venta el material. Otros (¿Quiénes?) lo habían hecho en su lugar sin decirle nada. Estos intermediarios pidieron cifras entre diezmil y dos millones de euros.

Según Julian H. fue él mismo el que financió el vídeo y ha excluido totalmente la participación de otras fuerzas políticas del arco parlamentario austriaco, como los socialdemócratas o los Neos. Por el contrario, habría habido presiones para que el vídeo no se llegara a publicar nunca y así salvar a Strache. Incluso, según Julian H., hubo testaferros que abrieron cuentas bancarias a estos efectos y que le ofrecieron dinero a cambio de decir que los socialdemócratas habían estado detrás de la cuestión. Aunque no ha podido aportar pruebas, ha dado los nombres de dos grandes empresarios austriacos.

En todo momento, Julian H ha intentado presentarse a sí mismo como una persona que se toma la justicia por su mano motivada por un cierto concepto del patriotismo. Según él, sus motivaciones no eran tan mezquinas como mostrarle al público el supuesto consumo de drogas de Strache o forrarse vendiendo el material al mejor postor. Julian H. ha explicado que durante 2016 y 2017 se había interesado mucho en la política norteamericana y que entonces se había dado cuenta de que el populismo era un peligro que había que atajar a como diera lugar.

OVNIS Y LÍNEAS DE ENERGÍA

De cualquier manera, aunque pequeña, Julian H, el salvador de la República, ha abierto una ventana al mundo en el que vivían Strache y Gudenus en la época en la que se grabó el vídeo, justo antes de su llegada al poder. Según el autodenominado detective, Johan Gudenus fue advertido por alguien del entorno de Kurz de que se estaba preparando una trampa contra el FPÖ. Ignorante de lo que se le venía encima, el propio Gudenus, un día antes de la grabación del video y ya en Ibiza, le había indicado a Julian H. que era preciso tener mucho cuidado para después lanzarse a un relato sobre ovnis y supuestas líneas de energía que cruzan Ibiza (ya sabemos de dónde viene el negacionismo de cierta gente).

Julian H. también ha dicho que antes de la publicación del video advirtió al Hofburg (al Presidente de la República) y habló de un « testamento ». La oficina del Presidente confirmó haber recibido un escrito del declarante, pero negó que hubiera hecho referencia al vídeo de Ibiza.

(Y yo, aquí, añado : si Viena Directo es un humilde blog y recibo con cierta frecuencia correos y mensajes de Facebook de personas que, obviamente, no están bien del tarro, qué no será la presidencia de Esta República).

Julian H. ha declarado también que con la publicación del ´vídeo no había querido hacer daño a ningún partido en concreto aunque, naturalmente, no le tiene ninguna simpatía a la ultraderecha. Ahora bien, si hubiese tenido evidencias de comportamientos parecidos por parte de políticos socialdemócratas o de los Neos, hubiera actuado igual.


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