Los científicos del observatorio europeo de las drogas han analizado las aguas residuales europeas. En Austria han sacado algunas conclusiones curiosas.
18 de mayo.- Durante este último año, las alcantarillas han sido una gran fuente de información.
Esforzados científicos de estómagos resistentes han examinado las aguas residuales en busca del virus malandrín.
Sus averiguaciones han servido para predecir dónde golpearía la pandemia.Pero no solo.
Durante 2020, en el marco del estudio SCORE se han analizado las aguas residuales de 114 depuradoras en 99 dicudades europeas, con siete muestras recogidas diariamente durante una semana.
Entre estas depuradoras han estado 9 austriacas.
Se buscaban rastros de THC -o sea, de Cannabis- Cocaina, anfetaminas, MDMA (éxtasis) y metanfetamina, también rastros de alcohol y nicotina.
Los resultados han sido publicados por el organismo europeo que monitoriza el consumo de drogas, que tiene su sede en Lisboa.
Las conclusiones, para Austria, son bastante tranquilizadoras.
A pesar de que hemos tenido un año 2020 de échale guindas al pavo, que yo le echaré a la pava, los austriacos no se han dado ni a la bebida ni a las pastillas de la risa.
Si atendemos a las huellas que el consumo de drogas deja en el agua, los austriacos están dentro de la media europea.
Hay, sin embargo, algunos datos llamativos.
En todas las regiones la droga ilegal más consumida es el cannabis, aunque en la ciudad se fuman más porretes que en el campo.
Entre los estimulantes, la cocaína es la que más triunfa. En la parte occidental de Austria, debe de ser para combatir el sueño que produce la tranquilidad alpina, se consume más cocaína que en la parte este de Austria.
El consumo de cocaína más alto detectado está en la bonita localidad, marco incomparable de belleza sin igual, de Kufstein.
Parece que este municipio es el preferido por los viciosos, porque también es en esta población en donde se ha detectado más consumo de éxtasis.
La meca de la afetamina y de la metanfetamina está en el este de Austria, especialmente en Graz.
Por lo demás, durante el año pasado bajó el consumo de alcohol y nicotina con respecto al año 2019, a consecuencia seguramente de las restricciones que sufrió la hostelería y el ramo de los eventos (conciertos y tal).
Debido al confinamiento y a la falta de fiestas, los camellos tuvieron también un año malo. Se ha registrado un consumo menor de sustancias como el MDMA aunque los austriacos de algunas regiones decidieron que el colacao o el Ovomaltine no era una droga suficientemente fuerte para ellos y, desgraciadamente, decidieron consumir metanfetamina.
El estudio indica que un nueve por ciento de los austriacos olvida sus penas consumiendo drogas, siendo los más proclives los tiroleses y los menos los vorarbergueños (no diremos los procentajes para que nadie se eche las manos a la cabeza).
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