La regla de las 3G llega al mundo del trabajo en Austria

A partir del 1 de Noviembre, todos aquellos trabajadores que quieran ejercer su labor tendrán que acreditar estar vacunados,testados o curados. Los que se nieguen, sufrirán sanciones que pueden terminar en despido.

20 de Octubre.- Ya hay fecha: a partir del primero de noviembre próximo, entrará en vigor en Austria la regla de los tres „ados“ en el mundo del trabajo.

Aquellas personas humanas que deseen ejercer su puesto de trabajo tendrán que acreditar estar en cualquiera de estas tres situaciones: vacunados (pauta completa), testados (negativamente) o haber pasado la CoVid hace menos de seis meses.

Aquellos bípedos implumes que se nieguen a hacerlo tendrán que afrontar las correspondientes sanciones que pueden llevar al despido.

Esta nueva normativa no estará en vigor para todos los trabajadores, por cierto, sino para todos aquellos que, en su puesto de trabajo o en las dependencias de la empresa no puedan descartar el estar en contacto con otras personas. Por ejemplo, en la oficina o en la cafetería de la empresa.

Aquellos trabajadores -minoría- como los conductores de camiones, cuya labor se desarrolle en solitario, no tendrán que cumplir con la regla de las 3G.

¿Cómo será el control?

El control será de manera aleatoria (o sea, que no habrá que „fichar“ a la entrada). Asimismo, las autoridades tendrán la potestad de hacer controles aleatorios en aquellas empresas que consideren oportuno.

La multa para las empresas que no controlen será de 3600 euros y aquellos trabajadores que sean pillados en falta tendrán que pagar 500 euros.

¿Qué pasa si un trabajador se niega a acreditar cualquiera de estas tres circunstancias?

En principio, se le puede mandar a teletrabajar, si eso es posible. Si no pudiera ser posible (por ejemplo, un trabajador que curre en una cadena de montaje) el empresario le puede mandar a su casa sin sueldo y, en último caso, si las faltas se acumulan, el empresario le puede despedir y será un despido procedente.

Los trabajadores que desarrollen su labor en el ámbito sanitario o en el cuidado de personas también tendrán, a partir del primero de noviembre, que sujetarse a la regla de las 3G para poder entrar a sus lugares de trabajo. Asimismo, estarán obligados a seguir llevando mascarilla FFP2. Esto valdrá también para los visitantes de las instalaciones sanitarias.

Los trabajadores de los supermercados que acrediten estar dentro de la regla de las 3G se librarán de la molesta mascarilla.

En estas tiendas destinadas a cubrir las necesidades básicas, los clientes seguiremos estando obligados a llevar mascarilla FFP2.

En el resto del comercio, o bien acreditamos la regla de las 3G o bien mascarilla FFP2.

El texto concreto de la ordenanza todavía no está terminado, pero se espera que aparezca el viernes o el sábado próximos.

En todo caso, no parece que la ultraderecha vaya a tener éxito en su pretensión de que todas las medidas destinadas a contolar los nuevos contagios cesen el próximo día de la fiesta nacional (26 de octubre).

Por cierto, quizá se estén preguntando mis lectores qué pasa con los parlamentarios.

Quizá recuerden los lectores más memoriosos de Viena Directo que, este verano, hubo entre los diputados ultraderechistas y el resto de los grupos un conflicto que, en último término, provocó la dimisión de Norbert Hofer y la llegada a la dirección del FPÖ de Herbert Kickl.

El ultraderechista (y con él todo su grupo parlamentario) buscando puntuar entre los negacionistas, se negaba a llevar mascarilla en el parlamento. Legalmente, no se le podía (ni se le puede, ya lo adelanto) obligar. Y así se dará la situación de que mientras los trabajadores del Parlamento tendrán que acogerse obligatoriamente a la regla de los tres „ados“, los diputados podrán seguir sin llevar mascarilla porque el legislador considera que el derecho a la representación política prima sobre las normativas sanitarias.

Como curiosidad, para aprobar una norma que obligara a los diputados a esto, sería necesaria una mayoría de los dos tercios de la cámara (habría que cambiar el reglamento del Parlamento).

Por último: hoy hemos tenido una cifra muy alta de contagios, la más alta desde marzo pasado. Casi cuatromil en veinticuatro horas. Está por verse el efecto que esta subida (que dura ya más de una semana) tendrá sobre el sistema hospitalario austriaco. De momento, el número de ingresados en UCI sube también, pero muy lentamente, manteniéndose en torno a los 220 pacientes.


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