De momento no habrá un nuevo confinamiento, pero no es descartable. El Gobierno austriaco aumentará todo lo posible la presión sobre los no vacunados. Estas son las nuevas reglas.
6 de Enero.- Una de las preguntas que más me han hecho durante estos días pasados ha sido esta: ¿Va a haber confinamiento o no va a haberlo?
Corría por ahí el bulo de que estaríamos “encerrados” a partir del día diez próximo, pero tras las consultas y reuniones correspondientes entre el Gobierno, los representantes de los Länder confederados y la famosa comisión GECKO (Gesamstaatlichen CoVid-Krisenkoordination) se ha decidido que confinamiento, de entrada, no.
La situación es bastante tensa.
Debido a la progresión hasta ahora imparable de la variante ómicron en Europa, se han registrado hoy 8853 nuevos contagios (ayer fueron casi diez mil). El Gobierno -como es lógico- no quiere otro nuevo confinamiento y ha buscado otros medios para que los austriacos, las austriacas y las personas que habitamos en este bonito trozo del planeta, nos pongamos las pilas.
El mecanismo ha sido, sobre todo, aumentar las sanciones ante los incumplimientos de las medidas y extremar los controles, sobre todo para incentivar la vacunación de los cenutr…Digooo de las personas que aún no se hayan decidido a dar el paso.
El objetivo es que la mayor cantidad posible de personas se ponga la tercera dosis. A partir de la entrada en vigor de las nuevas medidas aquellos que estén en esa situación no serán considerados “Kontaktpersonen” (o sea, contactos estrechos) y, por lo mismo, no tendrán que hacer cuarentena.
Yendo a lo concreto:
-A partir de la semana que viene, se controlará más estrictamente el cumplimiento de la regla de las 2G (como sucede ya en Salzburgo). Esto es: todas las personas que entren a un comercio que no sea de restauración o en la hostelería tendrán que demostrar que o bien están vacunados o bien que han pasado la CoVid.
Los controles deberán ser a la entrada del establecimiento o, como muy tarde, a la hora de pagar.
Este nuevo requisito entra en vigor a partir del martes 11 de Enero.
-Algunos funcionarios tendrán también entre sus cometidos el controlar el cumplimiento de las medidas anti CoVid.
-Habrá prohibiciones de acceso a algunos lugares por incumplimientos graves contra las reglas anti-CoVid (a partir del 3 de Febrero).
-A partir de ese mismo día se aumentará la cuantía de las multas por incumplimientos de esas medidas.
A partir del sábado 8 de Enero se cambiarán también las reglas para las cuarentenas, intentando evitar en lo posible el impacto que un alto número de nuevos contagios pudiera tener sobre la fuerza de trabajo.
A partir de ese día:
-Se eliminan las categorías contacto próximo (K1) y contacto secundario (K2) y todos pasan a ser personas de contacto (¿Todos? No, por cierto)
-Aquellas personas que cuenten con las tres dosis no serán consideradas personas de contacto. Lo mismo si en la situación en que se ha producido el contagio todos llevaban mascarillas FFP2. Esto también rige para los niños, que no pueden (aún) ponerse la tercera dosis.
-Las personas de contacto que trabajen en infraestructuras consideradas críticas podrán seguir trabajando sin hacer cuarentena. Se tendrán que hacer un test diario y llevar constantemente mascarillas FFP2.
-Un test negativo a partir del quinto día de cuarentena bastará para poder abandonarla.
Mascarillas:
-Será obligatorio llevar mascarilla TAMBIÉN en exteriores cuando no se pueda mantener una distancia de seguridad de dos metros.
-Los Bundesländer pueden también instaurar la mascarilla en lugares muy frecuentados aún en exteriores (por ejemplo, en zonas comerciales).
-Allá donde se pueda, se recomienda el teletrabajo, que “debe ser la regla y no la excepción”.
-A partir del 1 de Febrero la validez del pasaporte CoVid será de seis meses (lo cual abre la puerta, como era previsible, a sucesivas vacunaciones).
El canciller Nehammer se ha mostrado convencido de que las vacunas funcionan y que una cuota de vacunación del 90% evitaría un nuevo confinamiento. Por eso se ha vuelto a mostrar a favor de la vacunación obligatoria. Ha dicho que a través de un fuerte aumento de los controles se espera también aumentar la presión sobre los no vacunados y, así, evitar un confinamiento que, de momento, no es deseable pero no puede descartarse.
También ha dicho que, según los modelos y las simulaciones a las que el Gobierno tiene acceso, pronto podríamos estar en las veintemil infecciones diarias.
Después ha tomado la palabra el Ministro de Sanidad, Mückstein, el cual ha dicho que, con la variante delta uno de cada cuatro pacientes hospitalizados terminaba en cuidados intensivos. Con ómicron es uno de cada diez.
(Lo cual, naturalmente, significa que un exceso de presión sobre el sistema hospitalario sigue siendo posible, sobre todo porque si hay veintemil enfermos diarios es previsible también un alto número de personas hospitalizadas).
Katharine Reich, la representante médica de la comisión GECKO, ha resaltado también la importancia de la vacunación y el hecho (obvio) de que un contagio masivo de la población y sin protección es lo último deseable.
Las personas vacunadas, ha dicho, también pueden contagiarse (todos lo sabemos) pero mediante la vacuna se pueden evitar los cursos severos de la enfermedad y también la CoVid persistente.
Rudolf Striedinger, el representante del ejército en la comisón GECKO también ha resaltado la importancia de la vacunación para luchar contra la pandemia y ha resaltado los preparativos que se están llevando a cabo para proteger las infraestructuras consideradas críticas.
Son aquellas que “garantizan una cierta normalidad”.
Se ha creado un plan de contingencia para aumentar el número de camas de hospital al objeto de proteger las infraestructuras consideradas críticas, ampliando la capacidad hospitalaria en instalaciones militares o clínicas de rehabilitación.
Entre esas infraestructuras críticas se cuenta por ejemplo el ámbito educativo.
Por último, el canciller Nehammer se ha mostrado contrario a los incentivos monetarios para la vacunación, por creer que podrían crear un peligroso precedente.
Las personas vacunadas ya disfrutan de numerosas ventajas (una, y no la menor en mi opinión, es saber que han optado por la alternativa más decente).
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