Y entonces, la vienesa gritó: «¡Sois el demonio!»
De cómo a veces, tener un blog, te coloca en posiciones moralmente incómodas.
De cómo a veces, tener un blog, te coloca en posiciones moralmente incómodas.
En donde el bloguero cuenta cómo Austria y él supieron del nuevo Papa y entona un mea culpa por haber dado una opinión prematura sobre él.