Una de esas verdades que, no por menos sabidas, son menos chocantes. Y es que, queridos lectores, mientras estaba planchando una camisa y veía el primer disco de la tercera temporada de Will&Grace –que me gusta a mí reirme mientras plancho, mira tú- mi Pauli y mi Sofía (gatos) han dado muerte ante mis ojos a un incauto pajarillo que había cometido el fatal error de posarse en el balcón. Mordisco en el cuello, un par de píos y tente tieso.
Qué flash, colega.
La plancha se me ha quedado suspendida en el aire mientras veía en directo este capítulo de National Geographic y se me han representado todas las veces que les he echado comida seca a los animalitos. Esa comida seca que en el paquete pone que algún día fue pollo, o pescado, o vete tú a saber. Pero que se parece al pollo o al pescado original (gracias, pero gracias a Dios) como el dibujo de la caja.
(Espero que la agonía del animalillo haya sido corta)
¡Jolinetes, no todos los días cae uno en la cuenta de que convive con dos felinos sanguinarios!
Para mí ha sido un flash, coleguita. He perdido la inocencia (por vez número ene)
¡Y yo que quería hablar de mi profesora de curso, que es majísima! Quería hablar de esa tranquilidad que emana de ella, de su risa cantarina de excontable minuciosa (una risa realmente bonita, por cierto) del modo en que consigue hacerte críticas sin que sientas heridos tus sentimientos, de sus ojillos inteligentes y agudos detrás de las gafitas. Me cae fenomenal. Me encanta la gente razonable, práctica e inteligente.
A partir de entonces la he observado (en parte para descartar que me huela el aliento o algo) y he visto que, gracias a Dios, no es nada personal. Ella es tímida y, como a mí, no le cuesta hablar de ello. El otro día, en el transcurso de una clase, lo reconoció.
Por cierto, entre los consejos valiosísimos que nos ha dado, está exactamente ese: si te pasa algo, no trates de ocultarlo. Si estás nervioso, adviérteselo a tu interlocutor.
“Te hace ganar puntos, porque te hace más humano”
Por esa regla de tres, mis gatos también se meriendan pajaritos con la misma inocencia que sus primos, los guepardos, se cepillan antílopes. Todo esto los hace más…Más felinos ¿No?
Como diría George Clooney, What else?
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