Tú dame cámaras, que yo fotografiaré Viena

Halina Paulette II
Halina Paulette II (A.V.D.)

 

O la historia de algunos tesoros encontrados rebuscando en los cajones

20 de Enero.- Tengo que reconocer que soy muy perezoso para la fotografía analógica. A pesar de que voy a todas partes con la cámara en la mano, tengo que reconocer que soy más de la fotografía digital. Por muchas razones. La más evidente es que las cámaras digitales son las más aptas para impacientes como yo. Y, obviamente, porque, llevando un blog de actualidad como este, no puedo esperar a que me revelen las fotos antes de ilustrar un artículo.

Este 2013, sin embargo, me he propuesto enmendar esta carencia y, si bien nunca estaré a la altura del Sr. Palau, cuyo estupendo blog A Photochallenge a Day recomiendo aquí muy encarecidamente, estas navidades me he traido de España los viejos aparatos que rodaban por la casa de mis padres desde que toda la familia se pasó a los megapixels.

Halina Paulette II

La primera cámara es una Halina Palette que mi padre compró cuando yo era pequeño. El modelo, que se puede ver en estas fotos es, según las informaciones que he encontrado en internet, de 1973. Parece ser también que, la cámara con la que se hicieron todas las fotos de mi niñez que se conservan es un modelo robusto. En estos momentos, tiene puesto un rollo de 24 de ISO 100 y, como todavía no me apaño mucho con el tiempo de exposición, me llevo siempre la digital programada para hacer fotos de prueba.

Hacer fotos con un aparato de estos es muy raro, porque claro, con una digital, uno toma la imagen y, si no le gusta, pues la borra y ya. Pero el saber que sólo tienes 24 fotos implica que tienes que pensar si lo que quieres fotografiar merece la pena de perpetuarse.

Un problema que, sin duda, surge con mi otro juguete: una Polaroid 610 (del año 1982 más o menos) que llegó a casa de mis padres porque alguien quería tirarla (la gente, de verdad, no sabe que estas cosas, más tarde o más temprano, se convierten en pasto de frikis como yo).

Polaroid 610
A.V.D.

 

El problema con las Polaroid, claro, es la película, que ya solo fabrica una empresa que se llama The Impossible Project, radicada en Holanda. Como son un monopolio, estos señores cobran lo que les sale del pinganillo. Y así ayer me rasparon 25 Laureles, 25, por una carga de ocho fotos. Es como para pensarselo bien antes de apretar el disparador.

De momento, esperaré que haga mejor tiempo y me salgan fotos más vistosas, porque la verdad es que con la niebla que hay, no merece la pena gastar disparos.

Seguiremos informando.

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4 respuestas a «Tú dame cámaras, que yo fotografiaré Viena»

  1. Avatar de Joaquin
    Joaquin

    Tal como tu has dicho: “el saber que sólo tienes 24 fotos implica que tienes que pensar si lo que quieres fotografiar merece la pena de perpetuarse” es lo que hacía buenos a los fotografos de antaño. Precisamente, tener que elegir la mejor escena, y además, el mejor momento de ésta para captar la idea es lo que hacía que a un buen fotografo. Paradójicamente esta “limitación” es la que hacía que un fotografo fuera bueno. Hoy en día, la capacidad casi ilimitada de tomar fotos es la que hace que los fotografos hayan perdido en calidad en pro de la cantidad.
    El entrenamiento (dedicarse profesionalmente a algo) y el estrés en un nivel sano (la limitación en el número de fotos) son claves.

    Esto se puede aplicar a todos los campos. Recuerdo que un compañero me contó que conocía un ilusionista en New York que aprendió a pasarse una moneda entre los dedos justo encima de una rejilla de ventilación del metro con monedas a dolar. El estrés de perder dinero y la repetición hizo que el tipo no gastara más de 15 dólares y empleara menos de 4 horas en aprender a hacerlo con absoluta destreza.

    Cierto es que para publicar en un blog, lo mas adecuado es la cámara digital. Sin embargo, yo abogaría por usar la analógica por amor al arte (y nunca mejor dicho).

    Si tuviera tiempo…

    Gracias Paco por otra entrada interesante.

  2. Avatar de María

    Hola:
    Hace mucho que no pasaba por estos lares (falta de tiempo). Y me encuentro con una entrada estupenda. Casualidades de la vida, ayer mi marido sacó las cámaras analógicas que tengo guardadas y las limpió.
    A mí, que soy de gatillo fácil, me costaría volver a medir el número de fotos que voy a disparar.

    1. Avatar de Paco Bernal
      Paco Bernal

      Hola María! Yo creo que esto de volver a la fotografía analógica es como una especie de meditación. O sea, darle peso a las imagenes y eso. Además, tiene su gracia lo de hurgar en los aparatillos. Ya te contaré qué tal salen 🙂

      1. Avatar de María

        Pues sabes que con eso de la meditación me has convencido…
        Creo que será mi yoga de este año.

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