Tópicos, respuestas interesadas, datos contradictorios ¿Cómo es el perfil –de verdad- de los españoles residentes en el extranjero?
20 de Junio.- ¿Cómo somos –de verdad- los emigrantes españoles en el extranjero? ¿Cuántos somos? Es más ¿Qué es un español?
La única respuesta correcta –sobre todo para las dos primeras preguntas- es que no se sabe.
Y luego, están las respuestas más o menos interesadas y los tópicos que, en este quinquenio que llevamos de crisis, se han ido forjando.
Con lo que tú vales, chiquitín
Los catastrofistas dicen que el perfil típico del emigrante español es alguien joven, sumamente cualificado, que deja España porque no encuentra alternativas. Hablan de la famosa “fuga de cerebros” y de la desertización que, presuntamente, estaría devastando el mercado laboral hispano.
Es un estereotipo que le conviene a mucha gente y, no en último lugar, al propio emigrante, que se ve a sí mismo como “un exiliado económico” y puede decir eso de:
-Mamá, con lo que yo valgo, que soy licenciado en filología hebrea y en ciencias políticas ¡Dos carreras! Y no encuentro trabajo.
– Qué razón tienes, mi amor, monarca de mi vivienda. Es esta puñetera crisis que fuerza a lo mejor del país a que líe el petate.
El Gobierno, un poco para combatir este estereotipo, dice que los que se van son en realidad unos “culos inquietos” que se marchan al extranjero en busca de aventuras y emociones fuertes.
El padrón de la discordia
A mí, me gustaría hacer algunas puntualizaciones, desde mi experiencia de perro viejo y de observador curioso de la realidad.
La primera: no hay datos fiables del fenómeno de la emigración española en el extranjero. Los únicos y que hay que tomar con las lógicas precauciones por lo que luego diré, son los del INE (Instituto Nacional de Estadística). El INE elabora el padrón de españoles residentes en el extranjero. Este censo se hace con los españoles que se registran en la embajada cuando vienen a vivir a Austria, en nuestro caso.
¿Por qué esta cantidad no es fiable? Pues porque no todo el mundo se registra. Y los que lo hacen, solo acometen la tarea (sencillísima e indolora, por otra parte) cuando necesitan algo. Esto es así porque, seamos sinceros, lo que la embajada puede hacer por solucionarle la vida diaria a un español residente en Austria tiende peligrosamente a cero. De hecho, salvo que haya elecciones en la Madre Patria o uno se tenga que renovar el pasaporte, se puede vivir perfectamente en EPR sin pasarse por la Argentinierstrasse. Y esto, que conste, tampoco es motivo para entristecerse, sino para alegrarse, y pido a mis lectores (funcionarios de nuestra legación incluidos) que lo hagan conmigo: Austria es un país segurísimo, gracias a Dios, por lo cual la probabilidad de necesitar asistencia legal es la misma prácticamente que la de que te caiga en la cabeza un piano de cola mientras vas caminando por Mariahilferstrasse.
Luego también entra en el conocido punto anarca que tenemos todos los españoles, hasta el punto de que se ha escuchado exclamar a Mariano Rajoy “!A mí que me den alemanesh y ya ibash a ver cómo shalíamosh de la crishish!”.
Pues eso.
“Emigrancia” y “Permanencia”
El Padrón de Españoles residentes blablablá refleja que, entre 2009 y 2012, hay algo más de medio millón de españoles más residiendo fuera de España.
Y aquí viene cuando la matan. Porque ¿Cuántos de esos españoles son hijos de otros españoles que han adquirido la nacionalidad? No se sabe ¿Cuántos de esos son personas nacidas en países terceros que, por regularizaciones o Ley de la Memoria Histórica adquirieron la nacionalidad? Pues tampoco se sabe.
Segunda puntalización: aún suponiendo que los datos del INE fueran el Evangelio según San Mateo, viene otra pregunta ¿Cuántos de estos españoles que están fuera no sólo EMIGRAN sino que, además, PERMANECEN? Para mí esa es, como suele decirse, the mother of the lamb. Yo diría que, de los que vienen, por cada uno que triunfa hay por lo menos tres que se vuelven pero, ya digo, es una percepción personal.
Facebook: ese espejo deformante
Facebook, por último, tampoco es fiable. Los grupos Españoles en Austria y Españoles en Viena, de los que, en compañía de otras personas, soy administrador, reflejan un crecimiento sostenido de miembros pero ¿Cuántos de ellos viven en realidad en Austria o en Viena y no en Laos, Tel-Aviv o Valdeajosporros? Yo mismo, por aquello del estudio de la competencia, soy miembro de sendos grupos de Españoles en diversas capitales europeas ¿Cuento, a la hora de establecer el número de emigrantes? Es dudoso.
Conclusión: señores investigadores, ahí fuera hay un estudio que espera a ser hecho. A la carga, mis valientes.
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