Queremos tanto a Helene…

Hombre en un conciertoLa cantante alemana Helene Fischer se ha convertido en una presencia constante en Austria. Su biografía guarda un par de datos MUY sorprendentes.

21 de Octubre.- Hoy, en la carrera diaria que mantiene contra la inteligencia y el sentido común, el periódico gratuito vienés “Joite” (Heute) ha vuelto a ganar. Parecía imposible superar la noticia de la pesca de pirañas en los ríos austriacos, pero hoy el Heute saluda a sus lectores (es un decir) con una foto de la cantante Helene Fischer y el titular “Fischer-Hit rettet Bub”. O, lo que es lo mismo: “Un éxito de (Helene) Fischer, salva a un niño”. Parece ser que el angelito (¡Qué padres tendrá!) solo se deja tratar por los galenos cuando escucha una canción de la cantante alemana ¿Será este jitazo?

Como mis lectores saben, yo tengo un amigo con el que todos los días intercambio “guasaps”, en los que nos choteamos, digooooo analizamos los movimientos de la cultura popular de ESR (Esta Santa República). Mi amigo, que es un aguililla, ya me había dicho varias veces el porsaco (tremebundo) que están dando los medios con Helene Fischer, porsaco, por cierto, cuyo último escalón es una campaña de Tchibo/Eduscho –famosas cafeterías que venden, además quisicosas-. Por tierra mar y aire, anuncios de Helene Fischer moviendo “el pandeiro” al ritmo de su propia música y enfundada en los modelos, fabricados en paraísos asiáticos, que la cadena de tiendas de café quiere que sus clientas se pongan este otoño. No ha sido lo único que ha anunciado Helene. También coches, en los que recuerda su infancia, por ejemplo.

Es que, cuando coge algo esta gente, no lo sueltan.

Querido amigo –le he guasapeado yo- alguien está pagando ingentes cantidades de parné por que Helene se haga famosa.

Escribe algo sobre ella –me ha dicho luego más tarde, por teléfono, mi amigo, la voz temblándole de la emoción- tú eres la voz de los que no tenemos voz, más que nada porque nos la tiene secuestrada Helene Fischer.

¡Pero si yo no sé nada de esa señora!-yo es que, como dijo aquella, soy un periodista “a la antigua ultranza”.

Pues investiga, hombre, investiga. Que para eso eres periodista. Ni que fueras Jorge Javier Vodkas.

Y allá que me he puesto.Y tengo que reconocer que la biografía de Helene me ha dejado patidifuso.

La primera sorpresa, es que Helene Fischer, a pesar de su música (apta para verbenas de viejos o para guarderías de niños entre cuatro años y cuatro años y medio –más mayores se le aburren-) tiene solamente 30 años. La cantora nació el 5 de agosto de 1984 y es, por lo tanto, Leo de signo zodiacal. Pero, lo más flipante es que Helene nació ¡En Rusia! Sí, como lo oyen mis lectores. Concretamente, en la bonita ciudad marco-incomparable-de-belleza-sin-igual de Krasnojarsk –una de las paradas, por cierto, del transiberiano-

¿Y por qué chamulla la mujer tan bien en la lengua de Goethe? Pues porque sus padres, a pesar de ser rusos, hablan esta bonita y extraña lengua perfectamente. Los ancestros de Helene Fischer llegaron a Rusia nada menos que en el siglo XVIII, cuando Catalina la Grande decidió repoblar las estepas del Volga con colonos alemanes procedentes de la Ribera del Rhin (aquí, una explicación histórica al respecto). En 1941, Stalin deportó a esta minoría alemana a Siberia, en donde nacería, mucho más tarde, nuestra Helene.

Los Fischer se mudaron a Alemania cuando Helene tenía 4 añitos y allí vivieron lo que en la tierra de los vecinos de arriba se llama “Die Wende” y en el resto del planeta la caida del muro de Bel-lín. En Alemania, Helene estudió teatro y canto y, tras foguearse en varios musicales, mona, rubia y con pandeiro móvil fue descubierta por la industria musical alemana –que, como todo lo alemán, es más industria que musical- y allá que la lanzaron a conquistar los jis pareids.

Pero no acaban aquí las sorpresas. Y es que, desde Diciembre de 2012, Helene es la novia de Florian Silbereisen el cual le hace la competencia en Alemania a nuestro Andy (Ci)Borg, presentando ese tipo de programas que Jose Luis moreno llenaba de gente en tanga pero que aquí son blanquísimos. Silbereisen, un hombre que se tiñe el pelo (de rubio) pero no ha podido conseguir todavía teñirse las cejas es solo tres años mayor que Helene –nació en 1981- y toca el acordeón por lo cual, si la relación prospera –cosa que deseamos ardientemente- es probable que, en el futuro, Helene, Florian y un par de Florianitos o Helenitas sean el próximo caramelo de la industria fonográfica germanoparlante.

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Comentarios

3 respuestas a «Queremos tanto a Helene…»

  1. Avatar de Raquel
    Raquel

    Urge aclarar que el dato de los 30 años es tremendamente chocante para quienes hayan visto el rostro de esta mujer (lo cual, como bien dices, es casi imposible de evitar si se vive en Austria).
    Acompaño de link para ilustrar a tus lectores… Y sí, el mozuelo que la acompaña es el novio.
    http://www.womenweb.de/entertainment/stars/lebenslauf/helene%20fischer.html

    1. Avatar de Paco Bernal
      Paco Bernal

      Hola Raquel! Muchas gracias por tu comentario (y por el link). A mí, lo de los treinta años también me dejó de plástico como a ti. Saludetes 🙂

  2. […] marchas quedará solo el horroso Schlagger ¿Llegará el día en que, en los desfiles, escuchemos a Helene Fischer? (en playback, por […]

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