Elfriede Jelinek cumple 70 (2)

Museo del teatro VienaLa escritora austriaca viva más importante, Elfriede Jelinek, cumple setenta años. Terminamos hoy el repaso de su polémica vida.

22 de Octubre.- Las personas que viven de acuerdo a sus reglas tienen normalmente solo dos posiciones: o sea, cuando son buenas, son fenomenales, pero cuando meten la pata, como dicen los argentinos, lo hacen a escala regia.

Así, podría decirse que Elfriede Jelinek, cuando entró en la década de los noventa, casi estuvo a punto de tomar la ciudadanía del pais que hasta hace poco, Cristina Kirchner se esforzaba en dejar hecho un solar. Después de pedir la liberación de Jack Unterweger y de que Jack Unterweger aprovechara su libertad recién conquistada para cargarse a unas pobres mujeres, la vida de Jelinek entró en un periodo bastante movido, movimiento que ha continuado hasta hoy. En 1991 abandonó su militancia comunista (la caída del muro, los ideales traicionados, etcétera) aunque siguió moviéndose en la órbita del maxismo (hasta hoy, Elfriede Jelinek colabora con la revista Das Argument en la que se analizan asuntos económicos desde la óptica del tito Karl).

A principios de la década de los noventa también estrena Ratstätte que es acogida con gran escándalo por parte de los sectores más conservadores de la política austriaca, hasta el punto de que Jörg Haider, en un mítin, le pregunta a su vociferante auditorio „¿Os gusta el arte u os gusta Elfriede Jelinek?“, tras varios ataques y amenazas, Elfriede Jelinek anuncia que se retira de la vida pública austriaca y prohibe que sus obras, en lo sucesivo, se representen en este bonito país con forma de pipa.

La prohibición de la autora se mantuvo hasta 1998, cuando se estrenó en el Burgtheater una obra en la que se hablaba del asesinato de seis personas de etnia gitana en Burgenland. Se estrenó en Austria, porque el estreno absoluto había sido en Alemania, en Munich.

Como un tren a toda velocidad, Elfriede Jelinek, como era esperable, la emprendió contra el Gobierno en coalición del Partido Popular austriaco con la ultraderecha del FPÖ de Haider (una coalición que, se mire por donde se mire, tuvo unos resultados siniestros para el país, resultados que aún colean en forma de complejísimos procesos por corrupción y con la catástrofe del banco Hypo Alpe Adria, cuyas consecuencias siguen pagando los pobres ciudadanos de Carintia). Estos ataques le valieron a Jelinek el odio sarraceno de la ultraderecha.

Sin embargo, el resto de sus paisanos empezaron a ver en Jelinek a una figura a tener en cuenta. En 2004 se funda el Centro de Información Elfriede Jelinek, dedicado a analizar y estudiar la obra de la autora. En ese año precisamente le llega la consagración: Elfriede Jelinek es galardonada con el Premio Nóbel.

Lejos de pasarle como a mi paisano Camilo José Cela, desde que Elfriede Jelinek recibió el Nóbel se diría que se ha visto poseida por una grafomanía que abarca los más diversos géneros y campos artísticos. Desde el documental, a la novela online (ha escrito una novela, solo publicada en la red que, impresa, ocuparía novecientos folios). En esto, si se me permite la disgresión, se podría decir que Elfriede Jelinek es un poco la Fidel Castro de la literatura. El mandatario cubano era famoso porque, cuando las fuerzas aún se lo permitían, atorraba a los cubanos con discursos que duraban seis o siete horas. Jelinek tampoco tiene demasiada consideración por la paciencia de las personas que van a ver sus obras. Por ejemplo, la versión „abreviada“ de Ein Sportstück, duraba casi seis horas (!Cómo sería el „director´s cut“!).

Sin embargo, se le perdona porque Jelinek ha mantenido en todo momento su inconformismo y ha expresado su protesta a propósito de los temas más variados: desde las torturas de Abu Grahib durante la guerra de Irak hasta la vigilancia a que nos tiene sometidos a todos ese ojo gigante que es el espionaje de internet. Jelinek continúa así con la tradición de otros escritores incómodos, pero que nos obligan a pensar y a reflexionar sobre aspectos de nuestra vida y de nuestra sociedad alejados de lo que podríamos llamar „nuestra zona de confort colectiva“ aunque sea, como en el caso de Jelinek, utilizando sus propias obsesiones como la obsesión por la infancia oprimida, la oposición „Naturaleza“ y „culpa“ y la herencia del nazismo que, aún, desgraciadamente, flota en el ambiente en muchos sectores de la vida pública de este país.


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Una respuesta a «Elfriede Jelinek cumple 70 (2)»

  1. Avatar de BEATRIZ CORTES TIRADO
    BEATRIZ CORTES TIRADO

    Hace unos días que no te leía, querido Paco, pero vuelvo encantada a disfrutar de este blog con el que me entretengo y aprendo un montón de cosas sobre este país. ¿Te has planteado que quizá eres un “austríaco repatriado”, que quizá viviste aquí en otro tiempo y en otro momento de la Historia?. Porque hay una devoción hacia este país en tus redacciones y tus pensamientos que es digna de admiración. En cualquier caso, no cambies nada y sigue así porque es contagiosa y a mi me encanta. Abrazos mil

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