Nunca es tarde (si la ducha es buena)

Para evitar los malos olores en los transportes públicos Viena va a tomar una medida drástica: obligar a ducharse a los viajeros…Noooo. Era broma.

16 de Julio.- Uno de los orgullos -y justos- de esta ciudad son sus transportes públicos. Son rápidos, prácticos, manejables y suelen ser limpios. Naturalmente, la joya de la corona de los transportes públicos vieneses es el metro. Cinco líneas, de la uno a la seis, porque la cinco está en proyecto, que nos llevan y nos traen a los que vivimos y trabajamos en Viena.

Naturalmente, la ciudad de Viena puede poner todo el esmero del mundo en que los transportes públicos funcionen bien, pero somos los usuarios los que, al final, tenemos la última palabra para que no solo sean una manera fácil y cómoda de moverse, sino también que utilizarlos sea una cosa agradable.

En Viena Directo se ha convertido casi en tradicional el post en el que todos los años hago un llamamiento al público usuario de los transportes vieneses, en el sentido de que aprecien las bondades de la ducha diaria. Hasta ahora, el éxito de este llamamiento ha sido proporcional a la modestia de este blog, que es muy seguido, pero que no llega a los casi dos millones de personas que vivimos en la capital de Austria.

Como nunca es tarde, si la ducha es buena, aprovecho este post para repetir mi petición: !Vieneses, vienesas! El agua de la ducha es buena para la piel.

En Austria afortunadamente no hay sequía y se puede usar toda la que se quiera. Asimismo, quisiera repetir, como hago todos los años, que el desodorante por muy apestoso que sea, digoooo por muy penetrante que sea la fragancia, no tapa el olor a sobaquina. El olor del cuerpo humano limpio, puro y simple, es lo mejor que hay. El sudor reciente, incluso huele bien. Repito: el reciente. A la semana, queridos vieneses y vienesas, caduca.

En fin: para intentar que los usuarios del transporte público vienés disfrutemos más de la experiencia, la empresa municipal de transportes ha anunciado hoy su intención de prohibir el consumo de determinadas comidas en el metro, en bien del medio ambiente. En principio, solo en la línea 6. Aunque la lista no es definitiva, se van a prohibir los kebabs, los bocadillos de leberkässe, los fideos chinos y las pizzas (aunque llamarle pizzas a esas cosas congeladas y pringosas que se venden en determinados puestos es hacerles a los italianos un flaco favor).

La prohibición entrará en vigor en otoño. Al principio no habrá sanciones, sino que se tratará sobre todo de que la gente se conciencie. Personalmente, a mí no me molesta el olor a comida (es esta, por cierto, una curiosa manía nacional, la de los olores a comida, de la que quizá hablemos en otro momento) pero entiendo que en un vagón recalentado de la línea seis, tener a un tipo/a al lado comiéndose un kebab puede ser un poco pesado.

De momento se trata de un proyecto piloto pero, si tiene éxito, se extenderá al resto de la red.

No corren peligro los cafés africanos (los to-go, juás juás, no he podido evitar el chiste malo) ni la nueva norma afectará al alcohol, porque ya está prohibido su consumo (bueno, uno ha visto a alguno que otro atizándose cervezotas); de los helados no se sabe qué se hará con ellos y es poco probable que la bebida del toro rojo (desgraciadamente) caiga también en la prohibición. Eso sí que es un castigo grande.

Como yo ya voy siendo un caballero de una cierta edad y, además, un caballero de una cierta edad que vive en Viena, en donde ser cascarrabias es un plus, a mí más que los comistrajos me molesta el ruido. No lo puedo evitar. Me da lástima que, con lo que trabajaron los ingenieros de la Sony para inventar los auriculares, no haya valido su trabajo para nada desde que hay los altavoces estos tan hermosos con Bluetooth, que ponen tan accesible a los descerebrados el andar dando por saco con unas músicas que a los demás, señora, no nos interesan ni nos van a interesar nunca.

Quién sabe, quizá algún día la municipalidad se anime y prohiban esto también.


Publicado

en

por

Etiquetas:

Comentarios

Una respuesta a «Nunca es tarde (si la ducha es buena)»

  1. Avatar de nina
    nina

    Pues yo al contrario recuerdo demasiado bien cómo Viena solía apestar en el metro y los tranvías a finales de los 90, con abundante vello axilar y zero deo!!! Ahora que las generaciones más jóvenes han crecido con desodorantes y una mejor higiene (gracias a la Unión Europea, gracias a la publicidad sin parar de productos como gel de baño, desodorantes, etc.) es much mejor!! 🙂
    Asi que cuando leí sobre la distribución de deo en el U6, pensé, ¡Viena ha recorrido un largo camino!

Responder a nina Cancelar la respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.