Diversos grupos de la escena de extrema derecha han convocado una manifestación para el domingo frente a la Rosa Lilla Villa de Viena.
12 de Abril.- Hace unas cuantas semanas, saltó a los medios la noticia de que, en el marco de la llamada “guerra cultural” de la extrema derecha americana, se trataba de prohibir las lecturas de libros infantiles llevadas a cabo por Drag Queens (las drag Queens son una subcultura dentro de la cultura LGTBIQ+ en las que un hombre se viste de mujer, aunque sin ninguna intención de lo que podríamos llamar “realismo”). También en Austria, el año pasado, con motivo de la celebración del mes del orgullo, los neonazis también intentaron entorpecer un acto semejante. En aquellos momentos se acusó al movimiento neonazi de los identitarios, con fuertes vínculos con el FPÖ.
Los argumentos que esta gente utiliza para hacerlo son bastante rocambolescos, esa es la verdad.
Según esta gente, el “exponer” a los niños a la presencia de una Drag Queen implica una “sexualización” temprana (algo parecido a la corrupción de menores).
Con estos argumentos, lo mejor de cada casa, o sea, los mencionados identitarios, diversos grupos fundamentalistas católicos, miembros del FPÖ y gente de calaña semejante han convocado para este domingo una manifestación frente a la Rosa Lila Villa, o sea, el centro cívico en donde se reúne la comunidad LGTBIQ+ de Viena . El motivo es que para ese día está anunciada una lectura de un libro infantil por la drag queen Candy Licious.
Por cierto, el libro no va en ningún momento de la sexualidad, sino de la difusión de la diversidad y de la tolerancia. Cuenta la historia de un crío llamado Julian, que ve a unas chicas vestidas de sirenas en el metro y le gustan tanto que, cuando llega a casa, quiere vestirse como ellas y de cómo la abuela de Julian acepta al crío tal cual es (y no lo envía a una esas “terapias de conversión”, como es natural).
Naturalmente, como suele suceder con todas estas cosas, para los cafres estos lo que ponga el libro de verdad es lo de menos. Se trata de presentar a las personas LGTBIQ+ como personas peligrosas en cuyas cercanías un menor no puede estar seguro.
Los socialdemócratas, los verdes y la propia Rosa Lila Villa, una institución dentro de la comunidad LGTBIQ+, desde que la casa salvada de la demolición y regalada por la ciudad de Viena, siendo alcalde Helmut Zilk, si no me falla la memoria, han pedido que se cree alrededor de la casa un cordón de seguridad para que las familias con críos que acudan a la lectura del libro no tengan que atravesar un grupo de neonazis babeantes y gritones.
De momento, la policía de Viena ha dicho que están estudiando la cuestión pero que no tienen todavía cerrado el plan para el día 16.
Se da la circunstancia de que la Rosa Lila Villa fue objeto de un ataque este último 29 de marzo, cuando unos cafres de estos escalaron un andamio para poner un cartel en la fachada y tiraron numerosos pasquines con insultos a la comunidad LGTBIQ+.
Tres sospechosos fueron detenidos y acusados de un delito de odio.
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