Fatiguitas de ser muchimillonario

Wiener Festwochen 2011 EröffnungKarlheinz Essl, millonario austriaco, quiere vender su colección de arte. Verán mis lectores por qué.

24 de Marzo.- Supongo que, a estas alturas, estarán mis lectores hasta el catafalco de recordar la Santa Transición, habrán visto cien veces al pobre de Suárez, que en paz descanse, decir aquello de “puedo prometer y prometo” (fue una muletilla famosa de los humoristas de mi infancia); habrán escuchado el cuento de cómo peleó contra el blanco y negro del franquismo para traer a España el sano tecnicolor europeo y habrán tenido asimismo ocasión de ver con resignación cómo se estropean los cuerpos al comprobar las imágenes lozanas de entonces, con las ancianidades de hoy.

Por eso, porque probablemente ya tengan bastante de mármol, de capillas ardientes y de “acontecimientos históricos”, hoy vamos a hablar de otra cosa. Un descansito nunca viene mal.

Los austriacos: ese pueblo tan “apañao”

Cuando uno aterriza en EPR (Esta Pequeña República) tiene ocasión de comprobar lo “apañaos” que son los aborígenes de esta parte del mundo. A los austriacos les gusta mucho hacer las cosas ellos mismos, ya sea asar un ganso o poner un suelo de parqué y, como no podía ser de otra manera, hay un par de cadenas de tiendas que se encargan de venderles todos los elementos necesarios para montar sus propios Bricomanía o sus propios Masterchef y quedarse felices después de haber imitado a Juan Palomo.

Una de estas cadenas, particularmente la que vende todos los materiales de bricolaje posibles, se llama Baumax. Fue fundada en 1976 por Karlheinz Essl, nacido en 1939 y, actualmente, se puede decir que tiene más filiales en el extranjero (particularmente en Europa del Este) que en Austria. La expansión empezó en 1992, con la República Checa y se prolongó por varios países europeos hasta llegar a Turquía en 2010. En total, el grupo Baumax tiene unos 4000 empleados repartidos por 8 países. A pesar de su tamaño, el grupo Baumax ha permanecido en manos de la familia Essl, con su patriarca Karlheinz a la cabeza.

El reposo del millonario

A lo largo de los años, Essl se fue aficionando a comprar arte. Arte moderno,en concreto. Entre sus preciadas posesiones, valoradas en casi un centenar de millones de Euros (86 millones, en concreto, aunque, si se subastara, la colección seguramente alcanzaría un precio mayor) hay obras no solo de los artistas contemporáneos austriacos más punteros, como Hermann Nitsch, sino también de artistas de otras naciones, como nuestro Tápies. A finales de los años 90, el patriarca de los Essl pensó que sería fenomenal exponer su colección y creó un museo, el Essl Museum, situado en Klosterneuburg, en las cercanías de Viena. Al frente, puso a su hijo, que también se llama Karl Heinz y que es compositor.

Pues bien: la crisis económica ha hecho que, a pesar de que Baumax sigue dando beneficios en Austria, el grupo tenga pérdidas en todos los demás lugares en donde está presente. El año pasado fueron estas pérdidas horribles (sobre todo para el patrimonio de los Essl, claro) y superaron los cien millones de Euros. Para poder sacar la cabeza, la familia Essl tuvo que pedir varios préstamos a los bancos austriacos más importantes. Estos se lo concedieron pero, claro, la colección de arte es la garantía en caso de impagos (para ver cómo funciona un banco, pueden mis lectores echarle un vistazo a este post y a este otro post). Hace dos años, la familia Essl trató de proteger la colección de arte de la voracidad de los banqueros, desgajándola de Baumax y creando una fundación ad hoc. Sin embargo, parece ser que el truco no funcionaría en el caso de que Baumax entrase en concurso de acreedores como parece muy posible que pase.

Dame “argo”

Para intentar mantener su colección unida (ya se sabe que los cuadros de grandes maestros lloran si los separas), Karlheinz Essl padre se ha dirigido al Estado austriaco para intentar venderle su colección. Esta venta tendría dos ventajas: en primer lugar, inyectaría en Baumax una cantidad de dinero que contentaría a los acreedores por lo menos un año más. En segundo lugar, la inyección de fondos, al venir de “la olla grande” sería mucho más rápida que los trámites engorrosos y largos que conlleva una subasta. Y, en este caso, el tiempo es vital.

El millonario ha hecho declaraciones en las que dice que “solo se va a desprender de su colección porque ayudará a salvar los 4000 puestos de trabajo de Baumax, entre ellos los de 160 personas con minusvalía”. Y es que, señora, ser millonario es una cosa durísima.

En fin: de momento, el Estado austriaco ya ha expresado su interés en comprar la colección Essl, siempre y cuando se llegue a un acuerdo sobre el precio. En el pasado, el Estado austriaco compró otra colección de arte, la del Rudolf Leopold, en la que había obras de Schiele y Kokoschka. Se valoró en 574 millones de euros. Essl solo quiere 160 por la suya. Darle algo, al hombre, joé.

 


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