Al hilo de la catástrofe sucedida esta noche pasada en Valencia, hablaremos de la protección civil en Austria.
30 de Octubre.- Hoy, el telediario de máxima audiencia en Austria, el ZIB de la ORF, ha abierto con España. Y no por una razón buena como, a estas alturas, ya sabrán todas las personas que leen Viena Directo.
Cariacontecido, el corresponsal de la radiotelevisión austriaca en España, el siempre eficaz Josef Manola, ha explicado lo sucedido en una conexión en directo desde la zona cero de la catástrofe.
Durante la noche pasada, un fenómeno climatológico extremo sin precedentes inmediatos, la peor gota fría en lo que llevamos de siglo y, probablemente, desde que se tienen registros, ha arrasado localidades enteras de la comunidad autónoma de Valencia y de Castilla la Mancha y ha causado (de momento) la muerte a más de setenta personas.
Las inundaciones en Valencia son un eslabón más de los fenómenos extremos “dopados” por el cambio climático antropogénico.
Italia, Alemania y ahora España han sido los teatros recientes de estas inundaciones dramáticas que golpean salvajemente y de manera despiadada.
Como hemos podido ver todos (y, algunos, desgraciadamente, experimentar en las propias carnes) la riada se lleva todo a su paso.
Ya es muy tarde para revertir el cambio climático y lo único que nos queda (qué remedio) es adaptarnos a un mundo que será cada vez más hostil si no hacemos lo necesario para intentar mitigar las consecuencias de estos eventos extremos.
Una de las maneras es perfeccionar el manejo de crisis y catástrofes.
PROTECCIÓN CIVIL EN AUSTRIA
En Esta Pequeña República, el pasado día 5 de octubre, se probó la alarma de protección civil o Zivilschutz-Probealarm, la llamada AT-Alert. A todos los teléfonos móviles que estaban encendidos llegó un mensaje de prueba el cual esperemos por nuestro bien que haya que utilizar lo menos posible.
Se trata de poder advertir eficaz y rápidamente a la población de que está sucediendo o va a suceder algún evento peligroso, como por ejemplo lluvias desacostumbradamente intensas.
La experiencia demuestra que darle a la gente tiempo para poder refugiarse salva vidas.
Este sistema de alarma por teléfono móvil se une a las 8300 sirenas que, en toda Austria, tradicionalmente, se prueban el primer sábado de octubre a las doce del medio día, para verificar que se encuentren en perfecto estado de funcionamiento.
La responsabilidad de coordinar en Austria el manejo de las catástrofes la tiene el Ministerio del Interior (BMI) en donde se centraliza el majeo de las crisis, la protección estatal contra las catástrofes, la ayuda internacional contr las catástrofes y la protección civil.
El departamento del Ministerio del Interior en Austria se llama II/ORK/10 (manejo de crisis, información sobre la situación y la dirección de todos los procesos relacionados).
La oficina II/ORK/10/a, dependiente de este departamento, se encarga de la plataforma de comunicación y coordinación del Ministerio del Interior, de la Central Federal de Advertencias y de las Alarmas de Prevención y está de servicio las veinticuatro horas de los trescientos sesenta y cinco días del año.
También se encarga de coordinar el gabinete de crisis y tiene un centro de llamadas.
La oficina II/ORK/10/b (Seguridad ante las crisis, Ayuda frente a las catástrofes y protección de la población) se ocupa de la protección civil, del manejo de las crisis y de la protección contra las catástrofes, de la ayuda internacional contra las catástrofes (por ejemplo si hay un terremoto fuerte en algún país extranjero) y de la formación de todo el personal relacionado con estos asuntos.
QUÉ PODEMOS HACER NOSOTROS
Naturalmente, todo esto está fenomenal, sin embargo, hay cosas que todos nosotros podemos hacer. En primer lugar NO VOTAR a partidos negacionistas del cambio climático o que minimicen sus consecuencias.
Después, en caso de catástrofes, actuar con sentido común y siempre de una manera lo más conservadora posible, sin temeridad. Esto incluye por ejemplo no bajar a sótanos o espacios cerrados si el agua puede subir rápidamente (muchas personas que han fallecido en Valencia seguramente han subestimado la fuerza de la riada y han intentado poner a salvo o apagar electrodomésticos que estaban en sótanos, por ejemplo).
Por último, hay que intentar no perder la calma.
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