Contra el antisemitismo y la apología del nazismo

El Gobierno austriaco ha anunciado hoy su intención de endurecer las leyes contra antisemitas, apologistas del nazismo y gentuza semejante.

14 de Noviembre.- Una de las plagas cíclicas de la cultura europea occidental es el antisemitismo.

Los judíos, como también sucede con otros grupos, como los homosexuales, eran y son en la sociedad europea un objetivo fácil. Suficientemente grande como para que fueran claramente identificables y también suficientemente pequeño para que no tuvieran fácil el poder defenderse.

Además, por tradición, los judíos eran (son) un pueblo que se preocupa especialmente de educar a sus hijos, con lo cual solían tener trabajos mejores y, por ende, niveles de vida más desahogados. Las envidias eran el combustible del antisemitismo que, periodicamente, gobernantes sin escrúpulos agitaban en épocas de crisis. Ningún pueblo europeo se ha librado de esta asquerosidad.

Los españoles tampoco, y hasta época reciente. El último discurso del dictador Francisco Franco, antes de hacer de este mundo un lugar mejor por el sencillo medio de morirse, también contó con una perla antisemita. Una referencia al famoso contubernio “judeomasónico”.

En Europa central, o sea, en Austria, los horrores de la segunda guerra mundial hicieron que se pretendiera vacunar a la sociedad contra un espanto que había costado seis millones de vidas inocentes.

Así nacieron las leyes, como la austriaca, que prohibían el antisemitismo, así como cualquier propaganda del nazismo.

La figura delicitva es la “wiederbetätigung” traducible por “apología del nazismo”. Sin embargo, los malos no dejan de maquinar. Y el moco asqueroso del antisemitismo siempre encuentra resquicios para fugarse y tratar de infectar a la sociedad.

Por ejemplo, a través de los antivacunas.

Estoy seguro de que mis lectores recuerdan a ese hatajo de cenutrios ignorantes. Antivacunas que provocaron, por ejemplo, el suicidio de una doctora en Baja Austria, al tiempo que criticaban la supuesta conspiración que fuerzas ocultas (el capital -judío, por supuesto- y prominentes hebreos reales o supuestos, como Bill Gates) para dominar el mundo.

O recordarán también seguramente los lectores la maligna utilización en las manifestaciones de cenutrios de la banda amarilla con la estrella de David, con la que esa gentuza denunciaba una supuesta discriminación y se ciscaba en los seis millones de víctimas del holocausto.

Ese tipo de contenidos, junto con otros que ya contaban con una tradición siniestra, están en páginas web fácilmente accesibles o en las redes sociales.

Todos los años, los representantes de los judíos austriacos publican un informe con las agresiones antisemitas que se registran en Austria. Para vergüenza de todos nosotros son cientos todos los años.

El Gobierno ha anunciado hoy su intención de reformar (o sea, endurecer) la ley que castiga la apología del nazismo y sus hediondos tentáculos, como el antisemitismo.

En el futuro, se perseguirá el antisemitismo en forma de desinformación y teorías conspirativas.

Desde hace algunos meses, un grupo formado por representantes de los judíos austriacos y el archivo de la resistencia austriaca (DÖW) y el Gobierno, se han reunido en una comisión de trabajo para elaborar una serie de propuestas para tapar los agujeros que tiene la ley actual.

Por ejemplo, la justicia austriaca entenderá de delitos que se produzcan en el extranjero pero tengan consecuencias en Austria. Por ejemplo, si alguien de esta calaña difunde desde España contenidos antisemitas por internet, y la página se puede ver en Austria, le caerá un buen paquete.

La justicia austriaca también actuará si los contenidos mencionados se dirigen contra ciudadanos austriacos (como el caso de la doctora, que fue acosada desde Alemania).

En cuanto a las reliquias nazis, como los llamados “anillos de honor” de las SS, podrán ser confiscados por los funcionarios sin que medien otras condiciones.

También se castigará no solo la negación de la existencia del holocausto, como hasta ahora, sino cualquier otra forma de intentar trivializar el nazismo o la shoa, como por ejemplo, la de los cenutrios antivacunas con la estrella de David.

Por último, cualquier condena por apología del nazismo o por cualquiera de las cosas anteriores conllevará la incapacidad permanente para ejercer un empleo público (por ejemplo, para ser miembro del ejército).

La “modernización” de estos delitos, para adaptarlos a la era de la comunicación digital, estaba en el plan del Gobierno desde el año 2020. Nunca es tarde.

 


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