Música en el aire
Ay, tú, Señor, le diste esa ladera /que en un álabe dulce se derrama,/ miel secreta en el humo entredorado.

17 de Diciembre.- Inauguramos una nueva sección: ópera. Y lo hacemos, como no podía ser de otra manera, con Mozart. He encontrado este tutubo con este pequeño monstruo de la lírica. Es rarísimo encontrar una voz blanca con un registro tan completo. El pobre chavalín es una soprano coloratura casi perfecta. Aunque no esté en el tono el 100% del tiempo, el chico tiene una mina en la garganta. Y el ária (la de “La Reina de la noche” de La Flauta Mágica) una de las más difíciles de todos los tiempos.
Tiene una historia curiosa. Mozart la escribió para su cuñada, una soprano de condiciones al parecer excepcionales, pero que, al tiempo del estreno de La Flauta, se encontraba embarazadísima. Incapaz de prescindir de su atractiva voz, Schickaneder, el productor de la función, le pidió a Mozart que compusiese un ária para ella. Muy breve y que pudiera cantarse sentada. Por esta razón la reina de la noche sale tan poco en la obra. Sólo dos brevísimas escenas. Una de ellas, esta joya de la ópera.

A continuación, dejo también la misma pieza cantada por una soprano adulta (tarda un poco en empezar a cantar, pero merece la pena):


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