La relación de Esta Pequeña República con los premios de la Academia ha sido fecunda, larga y llena de incidentes. En este post, le damos un repasete.
22 de Febrero.- Michael –alegría de la huerta- Haneke ya ha cogido el avión y se dirige a la bonita urbe de Nuestra Señora de Los Ángeles de la Porciúncula (alias “el ei” ) para asistir a la gala que el domingo por la noche, hora austriaca, le puede propulsar al olimpo de los dioses del cinematógrafo.
Cinco veces cinco está nominado Herr Haneke por su película Amour.
Sin embargo, Austria y los austriacos han tenido una relación muy fructífera con la estatuilla dorada.
-Desde que los premios empezaron a concederse a finales de los años veinte (la primera ceremonia fue, comparada con la actual, una pachanguilla entre amiguetes que tuvo lugar en el Hollywood Roosevelt Hotel) 112 austriacos han estado nominados en alguna de las categorías y 33 han conseguido el preciado galardón.
-Es indiscutible que tal éxito, particularmente hasta que Maximilian Schell ganó el premio en 1962 por El Juicio de Nuremberg, se debió indirectamente a la funesta aparición en la política europea del tito Adolfo, de tan infausto recuerdo. Schell fue el primer austriaco que ganó el oscar conservando la ciudadanía austriaca. En el momento de recibir el premio, todos los anteriores ganadores se habían convertido ya en ciudadanos norteamericanos. Eran, en su mayoría, judíos que habían tenido que emigrar a América huyendo del nazismo.
-El austriaco que más Oscars ganó fue Billy Wilder. Siete en total. Seis como mejor director ( en1946, dos veces, por Días sin huella –The Lost weekend– subió al estrado para recoger el oscar a la mejor dirección y al mejor guión original; continuó la racha en 1951 por El Crepúsculo de los Dioses –Sunset Boulevard-; en 1961, otro trío por El Apartamento –The Apartment-, en este caso como mejor director, Oscar a la mejor película y mejor guión). Finalmente le dieron otro (ese al que Marlene Dietrich llamaba “el Oscar de la muerte”) a toda una vida de trabajo detrás de la cámara. Se lo dieron en 1988, quizá pensando que Herr Wilder estaba, por estadística, pidiendo pista. Sin embargo, se equivocaron bastante, porque el genio de la comedia murió a principios de este siglo, en el verano de 2002)
-En esta categoría de emigrados, el austriaco más nominado (y el más gafe, debería añadirse), fue el excelso músico vienés Max Steiner. Entre 1935 y 1956 fue nominado 21 veces y 21 veces se fue a su casa de vacío. No se lo llevó ni por la música de Lo Que el Viento Se Llevó (Gone with the wind) y eso que dice la leyenda que, por necesidades de la producción (y por una apuesta) tuvo que componer la música de la película monstruo por excelencia en una sola noche. Entre medias, ganó en 1936,1943 y 1945 por tres películas que, por otra parte, no hubieran pasado a la historia si no hubiera sido por este hecho.
-El idilio de la Academia de Cine americana con el cine austriaco empieza sin embargo en 2008, cuando Die Fälscher (Los Falsificadores) gana el Oscar a la mejor película extranjera. Al año siguiente, Revanche; y este Michael Haneke, con Amour. Otra curiosidad: no es la primera vez que Haneke está nominado (ya lo estuvo, y mucho, por La Cinta Blanca) sin embargo, debe de ser uno de los pocos que ha sido descalificado. Fue en 2005. Nominado por Caché, fue descalificado porque la película, en contra de lo que establecen las reglas de la categoría de Mejor Película Extranjera, no estaba en alemán (lengua mayoritaria del país que la presentaba, Austria) sino en francés.
-Solo cuatro actores austriacos han ganado un Oscar: por orden cronológico: Paul Muni, Josef Schildkraut, el mencionado Maximilian Schell y Christoph Waltz, el cual también está nominado para el domingo.
Como dicen aquí, apretaremos los pulgares para que, el lunes por la mañana, nos podamos tomar una a la (buena) salud del cine de EPR.
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