¿Eres de los que no te das por enterado de las cosas hasta que no las ves a vista de pájaro? Pues en Viena hay varios sitios a los que subirse y ver a la gente pequeñita. Aquí, una pequeña lista:
–La torre del Stephansdom. Con sus 137 metros (hasta la cúspide) es el edificio más alto del distrito uno. No se puede subir hasta arriba del todo (más o menos el mirador está a dos tercios de la altura) pero, desde donde dejan, se puede dominar una panorámica impresionante del centro de la ciudad.
–La terraza de la Haus des Meeres, en el distrito siete. La Haus des Meeres (un acuario que está en el distrito seis) es un antiguo búnker antiaéreo de la segunda guerra mundial. Se construyó en lo que fue el parque de un palacio Sterhazy (los jefes de Haydn) ya desaparecido y se conservó porque en su momento costaba más demolerlo que dejarlo como estaba. Desde la terraza se puede dominar una panorámica del valle del riachuelo Wien, que es el que cruza, aunque sea soterrado en parte, la ciudad.
–La Donauturm, con sus 252 metros, es uno de los edificios más altos de Viena (ahora, creo que es la DC Tower). A 152 metros hay un mirador panorámico con restaurante, desde el que se pueden disfrutar unas vistas fantásticas de la zona de Transdanubia, con la ONU en primer término. Se puede hacer bungee jumping (tirarse al vacío sujeto por los pies con una goma elástica).
Son solo tres ejemplos de sitios en los que la ciudad se puede disfrutar no solo a ras de suelo, sino también muy por encima del nivel de la calle.
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