Febrero de 1934: 80 años de la guerra civil austriaca (y 4)

TreintaEn el capítulo final de esta serie conmemorativa sobre la guerra civil austriaca, narramos el desmantelamiento final de la socialdemocracia y la deriva del gabinete Dolfuss hacia el totalitarismo.

14 de Febrero.- El primer paso para la guerra civil austriaca fue la llamada “autodisolución del parlamento” (Selbstauflösung) que no fue tal, sino una quiebra anunciada de las instituciones de la primera República austriaca. El conflicto estalló debido a una huelga en los ferrocarriles austriacos. La crisis económica había obligado –entonces como ahora- a recortes. Los obreros del ferrocarril se manifestaron contra el atraso de la edad de jubilación y  la imposibilidad del Gobierno de pagar los jornales íntegros a primeros de mes. El Estado austriaco intentó negociar con los huelguistas, sin éxito, hasta que el problema llegó al Parlamento.El 4 de Marzo de 1933, debía de haberse votado el procedimiento a emplear contra los huelguistas. La sesión parlamentaria terminó sin quorum, porque dimitieron los jefes de las tres fuerzas políticas y el Parlamento fue declarado no hábil.

Ni el presidente, Miklas, ni el Gobierno de Dolfuss abordaron las medidas necesarias que hubieran resuelto la  crisis constitucionalmente (por otro lado, el Tribunal Constitucional austriaco había quedado desactivado porque los jueces miembros procedentes de los Socialcristianos habían dimitido y el Gobierno no estaba interesado en proponer nuevos candidatos que ocupasen las vacantes). Por otra parte, la ley en vigor después de la guerra mundial establecía un procedimiento por el cual, en situaciones de emergencia nacional, el Gobierno podía regir el país sin la asistencia ni el arbitraje del parlamento. Amparándose en los cada vez más frecuentes atentados terroristas con bomba, el Gobierno declaró ilegal el Partido Comunista Austriaco (KPÖ), el Partido Nazi (el NSDAP) y el Heimatschutz de Estiria.

Una Austria totalitaria al estilo de la Italia fascista

Dolfuss fundó entonces una organización, el Vaterländische Front o frente patriótico,  a imagen del Partido Fascista Italiano. En mayo, se fundó una organización armada, el Schtutzkorps, como brazo armado de este movimiento dependiente del Poder ejecutivo. Una vez sentadas las bases de un estado autoritario, Dolfuss se lanzó a destruir los últimos rescoldos de la socialdemocracia y de los movimientos obreros. El 21 de Enero de 1934, se prohibió la venta del Arbeiterzeitung, el periódico de la socialdemocracia y se dió orden de registrar todas las casas del partido socialdemócrata en busca de armas del Schutzbund.

La guerra civil empezó el día 12 de Enero de 1934 cuando las fuerzas del canciller Dolfuss, siguiendo sus órdenes, registraron la casa del partido Socialista en Linz en busca de armas del Schutzbund. Los socialdemócratas, al mando del comandante del Schutzbund Richard Bernaschek, se resistieron. Bernaschek informó a la cúpula del partido en Viena mediante un telegrama cifrado. La noticia de los combates se extendió pronto por Austria. La rebelión encontró apoyo en las ciudades industriales y en Viena, en donde los socialdemócratas se hiceron fuertes en los asentamientos obreros, como el Karl Marx Hof. El resultado de la batalla, sin embargo, estaba decidido desde el principio.

La revolución hubiera triunfado si, como pretendían los socialdemócratas, al levantamiento le hubiera seguido una huelga general contra el Gobierno de Dolfuss. No fue así, sin embargo. El Gobierno, por el contrario, reaccionó con contundencia. La policía y el Ejército llevaban tiempo entrenándose para la eventualidad de un golpe de Estado protagonizado bien por los nazis o bien por las fuerzas de izquierda, así que lo único que hicieron fue poner en marcha lo aprendido. El golpe definitivo a la rebelión socialdemócrata fue el despliegue de la artillería. En Viena se libraron cruentos combates entre los rebeldes mal organizados y no demasiado bien armados y las tropas del Gobierno, que terminaron por bombardear el Karl Marx Hof, que se rindió tal día como hoy, 14 de Febrero.

El balance de la guerra civil austriaca fueron más de trescientos muertos y casi un millar de heridos de los dos bandos enfrentados y de la población civil. Hubo detenciones y el gabinete Dolfuss no vaciló en aplicar la pena de muerte a los más prominentes revoltosos (algunos de ellos fueron ejecutados en un estado lamentable, semiincosncientes, heridos y demás), la socialdemocracia y todas sus organizaciones (entre ellos los Samariter, que aún existen hoy) fueron prohibidos y tuvieron que pasar a la clandestinidad. Asimismo, la prohibición del partido nazi también condicionó para siemrpe la política exterior de Dolfuss, el cual confió en Italia como sostén contra una Alemania hitleriana que le urgía a la anexión y, por lo tanto a la desaparición de Austria como país.

Con los últimos cañonazos sobre el Karl Marx Hof, Dolfuss creyó que había ganado. En realidad, la batalla no había hecho más que empezar.


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