Habla usted francés? (2)

Copies!Ah, el francés…! Qué idioma tan hermoso. Hoy, veremos algunos de los préstamos que la bella lengua de Carla Bruni le hizo al alemán.

8 de Mayo.- Continuamos hoy nuestro paseo por algunos de los vocablos que el alemán le pidió prestado a su primo, el francés, para hacernos la vida más agradable (quién lo duda).

Y lo hacemos abriendo, por ejemplo, el Österreich (gran periódico) o cualquier otro rotativo sensacionalista. Qué sería de los pobres plumillas que trabajan en esas redacciones dejadas de la mano de la gramática y del buen gusto si no pudieran utilizar cada dos por tres la palabra „Eklat“. Para ellos, significa escándalo (generalmente con una connotación negativa) pero en su lengua originaria, no significaba al principio más que „ruido súbito, estalido“. Hoy, el adjetivo está muy devaluado en la lengua de Carla Bruni (anticuado) pero, a mediados del siglo XIX derivó su sentido original hacia „pompa, gloria, circunstancia“ y así lo encontramos, por ejemplo, en la ópera Carmen, de Bizet. En donde el coro de niños del primer acto, canta „sonne trompette éclatante…“, etc.

No seremos „enfants terribles“ (o sea, „niños malos“, nada que ver con el terror) y no nos dejaremos tampoco el „engagement“ (angayemán)y su verbo, „engagieren“ (angashiren), que es lo que piden todas las empresas a los candidatos que se les presentan a puestos de alta importancia, desde el fregoteo para arriba. Este engagement viene, de s´engager, comprometerse y así pasó al inglés, engagement (pronúnciese „enguéichment“). Este comopromiso, sin embargo, no es matrimonial (que sería -la- verlobung) sino que se utilizaría para cosas del tipo „el compromiso social de la reina es público y notorio“, por ejemplo.

Hay empresarios, naturalmente, las fisnas austriacas les dirán „entrepreneurs“ que están comprometidos con el desarrollo personal de señoritas bien dotadas pero, lamentablemente, de escasos recursos económicos. Las llamarán, sus protegées y lo dejamos consignado aquí aunque esta forma de patrocinio nos haga adelantarnos un poquito en el abecedario.

Un sitio en donde se tomen copas y que tenga un poquito de ínfulas, con la E, será llamado siempre un etablissement (etablismán). Nosotros, en Viena, tenemos uno bien famoso, que es el Ronacher. Teatro hoy especializado en musicales pero en donde, antaño, se servían espirituosos. Bien cerca, está sin embargo otro, en donde trabajan muchachas de las que se dedican a una de las profesiones en las que, afortunadamente, no hay paro: es el Babylon, puticlub de lujo en donde las pupilas le sacan a propios y extraños un güevo de la cara a cambio de alquilarse para soñar.

Para ser pilingui, y más de lujo, es obvio que hay que ser un poquito „extravagant“ o sea, salirse de la norma. Del francés, pasó a otras lenguas, incluyendo la castellana pero es un galicismo que los doctos galos hicieron mezclando dos palabras latinas. Extra, que como todo el mundo sabe quiere decir fuera y „vagare“ que es andar sin rumbo (de ahí, nuestro vagabundo, por ejemplo) O sea, que un Extravagant, es alguien que se sale del camino que utiliza todo el mundo para probar otros nuevos.

Si uno tiene debilidad por estas personas, o por otras (pongamos esas mujeres que se enamoran siempre de los hombres que saben pronunciar sin atragantarse „otorrinolaringólogo“) dirá en alemán que tiene un Faible, pero no lo dirá así, sino que dirá que tiene „ein Feble“ y si uno es suficientemente cursi, al decir lo del „feble“ se tocará el pecho a la altura de la víscera cardíaca. Los que tengan febles menos confesables, pongamos que más „Bizarre“ (nos dejamos este bizarre cuando recorríamos la B y aquí sí que quiere decir raro, porque en español, quiere decir „valiente“ y no otra cosa) tendrán un Fetisch (fetiche). Aludir al cual en sociedad quizá sea un „faux pas“ (pronúnciese fopá, acentuando contundentemente en la a). Esto del faux pas,no quiere decir otra cosa que un paso en falso y es en esos momentos en que quisieras que la tierra se te tragara.

El hecho de ser un Fetischist está bastante aceptado hoy en día, así que no tiene uno que echarse las manos a la cabeza. Para olvidarse del sofocón lo mejor será darse un garbeo por ahí y „Flanieren“, palabra que, como su sustantivo correspondiente „Flaneur“ lleva a lo más hedonista de la vida. Una persona que da vueltas por ahí dejándose llevar y entregándose a su placer, es un Flaneur.

Y con esta, dejamos el recuento por hoy. Dommage que ya hayamos alcanzado el espacio de un artículo normal, pero volveremos pronto.


Publicado

en

por

Etiquetas:

Comentarios

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.