La estela de Charlotteville llega a Viena

Hoy es un día triste, especialmente para todos los españoles, pero es conveniente recordar algunas cosas para darnos (para darles) ánimos.

17 de Agosto.- En primer lugar, quisiera expresar, como siempre que pasan estas cosas, mi más absoluta repulsa hacia el criminal atentado de Barcelona.

Y como siempre también, como desgraciadamente se está convirtiendo en una costumbre, me gustaría recordar a mis lectores la conveniencia de mantener la cabeza fría (aunque se tenga el corazón caliente).

El terrorismo, en cualquiera de sus formas, es sobre todo un espectáculo siniestro que una minoría organiza para hacer creer que tiene más poder del que tiene. Quien tiene auténtica fuerza, auténtica representatividad, quien significa algo políticamente hablando y tiene la capacidad de cambiar la sociedad (no importa lo siniestros que puedan ser los cambios que propone) no tiene por qué acudir al terrorismo.

Tres chimeneasEl terrorismo es, señoras y señores, el arma de los mierdagatos. No hay nada heroico en él.

Así ha sido siempre y así será siempre.

El sueño de estos sinvergüenzas sería exactamente el de producir una cascada de reacciones de pánico racista, porque esas reacciones de pánico racista o islamófobo les ayudarían a conseguir sus fines, entre otras cosas dándoles adeptos.

Montjuic-1518Así pues, tolerancia cero con los terroristas y con los que difunden sus mensajes, tolerancia cero con el extremismo religioso de cualquier tipo, pero también tolerancia cero con los otros, con los salvapatrias o los salvamundos, o los salva-lo-que-sea porque son igual de nauseabundos que los primeros, la misma diarrea mental.Igual.

Precisamente estos otros, los salvacosas, o sea, los que pretenden que la Humanidad vuelva a la edad de piedra, están muy de actualidad estos dias.

Como todos mis lectores saben, en la localidad estadounidense de Charlotteville, en el profundo sur de los Estados Unidos, se han estado manifestando neonazis y racistas (los llamados supremacistas, que en realidad son poco ejemplo de ningúna supremacía) y, en el transcurso de las manifestaciones, uno de esos indeseables atropelló a una mujer de treinta y dos años causándole la muerte.

Portal modernistaQuien lea con un poco de objetividad la prensa durante estos días, sabe que estos sucesos han venido a demostrar una vez más lo que cualquiera con dos ojos en la cara lleva meses viendo, esto es, la dudosísima catadura moral (¿Y la escasísima salud mental?) del presidente de los Estados Unidos, o la debilidad intrínseca de su posición, al ser rehén él mismo de los sectores de la ultraderecha que le ayudaron a alcanzar el cargo que ocupa dinfundiendo noticias falsas, como por ejemplo que Barack Obama no había nacido en los Estados Unidos sino en Kenia (quien dude de esta última afirmación, quizá deba tener en cuenta que uno de los asesores más próximo a Donald Trump es un fulano que se llama Steve Bannon ¿Quién? El alma de Breitbart, un portal de noticias a la derecha de la extrema derecha, famoso por la difusión de ideas fundamentalistas, racistas y homófobas).

En fin: la estela de los sucesos de Charlotteville ha llegado hasta Austria. Según informan los medios locales, una trabajadora de la facultad de medicina de la Universidad de Viena ha sido despedida por haber publicado en „sus redes sociales“ (Facebook) un texto del tenor siguiente:

Esto está muy bien! (la muerte de la pobre manifestante antinazi) Quien es tan tonta como para ver nazis por todas partes, debe pagar por su tontería. Mejor que le toque a ela que no a otra persona sensata. No tengo ninguna compasión por ella“.

La facultad de medicina no solo ha echado a la energúmena en cuestión de su trabajo (y aunque no lo hubiera hecho, no creo que nadie quisiera tener como compañera de trabajo a una persona que sea capaz de escribir una cosa tan impía como esta) sino que también se ha distanciado (y con mucha razón) de estas opiniones, diciendo que no las comparte en absoluto.

Teleférico

Es un caso más, de entre otros muchos que podrían citarse y que si demuestra algo es que, antiguamente, a los tontos solo tenían la desgracia de sufrirlos sus familias (muy en primer término sus cuñados) pero que ahora, con las redes sociales, su radio de acción se ha ampliado hasta hacer que todos tengamos que sufrirles.


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