Ramadán Kareem

Mañana día diecisiete empieza el mes del ayuno para un ocho por ciento de la población austriaca (o sea, 700.000). VD informa con pelos y señales de lo que hay que saber.

16 de Mayo.- Austria tiene unos ocho millones de habitantes (más o menos, lo que la comunidad autónoma de Andalucía). De ellos, aproximadamente un ocho por ciento profesan la religión musulmana. Para todas esas personas, mañana empieza el Ramadán.

En los últimos años, por razones de índole ajena a este blog, he tenido ocasión de tomar contacto con muchos musulmanes. Algunos viven en Viena y otros no. De cualquier forma, he llegado a través de esto a profundizar mi conocimiento de esta heroica tradición mahometana (verán mis lectores que es heroica cuando les cuente qué se hace durante el mes del ramadán, porque físicamente no debe de ser ninguna broma; de hecho, muchos de los musulmanes que yo conozco pasan el mes siguiente al ramadán reponiéndose).

En fin: el ramadán es el noveno mes del calendario musulmán y, como el calendario musulmán es lunar, el ramadán se adelanta todos los años entre diez y once días. Cosa que, por cierto, supongo que hace que sea más llevadera la cuestión, porque en las cuatro semanas durante las cuales se celebra el ramadán los musulmanes creyentes ayunan durante el día. El ayuno no solo consiste en no comer, sino también en no beber. Otros placeres, como el sexo y el tabaco son tabú.

Sin embargo, como el profeta no quería ser causa de la separación de ningún matrimonio, los casados no pueden darle al molinillo, pero sí que pueden, sin temor, besarse y abrazarse. Que ser cariñoso, para esto, no es pecado.

Esto, como comprenderá el lector, es más duro a) cuanta más horas de luz haya y b) cuanto más calor haga. Porque lo de no comer, vaya, tiene un pase, pero no beber si las horas de luz duran son catorce, pues la verdad es que debe de ser bastante fastidiao.

Según las encuestas de la comunidad islámica austriaca alrededor de un ochenta por ciento de los musulmanes ayunan. Porque en el islam y con las personas procedentes de países islámicos, pasa lo mismo que con los católicos. O sea, que no todo el mundo es del Opus (afortunadamente). Personalmente, yo conozco a musulmanes que se toman la religión como se la toman, gracias a Dios, la mayoría de los europeos. O sea, que si hay que ir a una boda por la iglesia, pues va uno, que de eso no se muere nadie, pero ya.

Es muy curioso, por cierto, y aprovecho para hacer un paréntesis, que según mis discretas averiguaciones a este respecto, estos musulmanes menos creyentes beben alcohol y tal y cual, pero el tabú de comer jamoncete es una cosa de la que no es tan fácil desprenderse. Supongo que porque los gustos y los disgustos culinarios que uno aprende en la infancia no se le van a uno así como así.

Como en el caso cristiano (nuestro ramadán es la cuaresma, si bien en Austria ha devenido para mucha gente en una cura „detox“ alejada de la cosa religiosa) hay determinados grupos de personas que están dispensadas de ayunar en ramadán. Las mujeres durante la mestruación pueden comer y beber normalmente, así como las embarazadas, los enfermos y los que estén de viaje.

Cualquier infracción contra el ramadán (o sea, pegarle un viaje a un botijo en un arrebato de sed o hincarle el diente a una hamburguesa del McDonalds a las doce del día) es „haram“. „Haram“ son todas las cosas que van contra la ley musulmana (o sea, la Scharia famosa).

En Austria, por suerte, aquellos musulmanes que se salten el ayuno no tienen más que temer que a su conciencia, sin embargo hay países (ya sabemos todos cuales) en los que la infracción religiosa es también una infracción penal (como pasaba en España en los tiempos siniestros de la dictadura franquista). En los últimos tiempos se observa sobre todo entre los jóvenes musulmanes austriacos una tendencia al conservadurismo en estos aspectos que es, como pasa con los jóvenes cristianos del mismo palo, una joroña, porque van por ahí que si „haram“ esto que si „haram“ aquello.

(Estando yo un día en París, por cierto, en una feria de venta de maquinaria industrial, me fui a la máquina y me compré un café, y me lo estaba tomando tan ricamente cuando llegó un tío que me sacaba una cabeza y, de muy malos modos, me preguntó qué porras hacía yo tomándome un café en mitad del mes del ramadán; me había cogido, claramente, el número cambiao; sin mandarle a la porra, naturalmente, deshice el entuerto).

En fin: dentro de 27 días, o sea, el 14 de Junio, empezará una fiesta por la cual los musulmanes austriacos y el resto de los musulmanes del planeta que hayan ayunado, podrán desquitarse. La fiesta dura dos días y marca el fin del ayuno.

Por cierto, si alguno de mis lectores quiere desearle feliz ramadán a alguno de sus amigos o conocidos (o bueno, desearle por lo menos que lo lleve lo mejor que pueda) le puede decir „Ramadan Kareem“ (Ramadan Karim) o „Ramadan Mubarak“ (yo he oido también Ramadan Mabruk, si alguno de mis lectores es más experto que yo, le agradeceré la asesoría).


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