Abrazos virtuales no, gracias

Últimas cifras – mascarillas caseras con recomendación universitaria – si la casa se te cae encima y tienes ganas de charlar con alguien- la ORF en economía de guerra – los ministros vuelven a sentarse.

9 de Abril.- Muy buenas tardes a todos y bienvenidos a esta segunda edición de hoy de Viena Directo, en la que daremos un repaso a todas las noticias relacionadas con la pandemia del coronavirus en español.

Como de costumbre, empezamos por las cifras. A las tres de la tarde, el Gobierno austriaco daba una cifra de positivos por coronavirus de 13.138. Naturalmente, sigue siendo un buen dato pero, sin alarmismos, el peligro está muy lejos de haber pasado. Hace mucho que no insisto (lo hacía más los primeros días) pero las reglas de seguridad y etiqueta siguen estando, están ahora, más vigentes que nunca:

-Lavarse bien las manos con agua tibia y jaboncete.

-Estornudar en un pañuelo y, si no se tiene a mano, en la sangradura famosa (hacía mucho que no decía la palabra).

-Mantener la distancia de seguridad de un metro (mejor de dos) y

-Si uno piensa que puede estar contagiado, ponerse mascarillas, cubrebocas, barbijos y nasobuco (otra palabra para mi colección, creo que es cubana) o cualquier otra cosa que evite que las gotillas del aliento pasen a otras personas.

Es de vital importancia perseverar para darles tiempo a los científicos de que encuentren, si no una cura, si una medicación que suavice los efectos del coronavirus en los más vulnerables.

Así pues, por favor, portarse con sentido común.

Capítulo de ruegos, check.

Vamos ahora por las noticias:

Un caballero que, impulsado por su generosidad, decidió proteger a su gorra del coronavirus. La imagen es del metro de Viena, ayer (ARchivo VD)

-Durante estos días, hemos hablado mucho (y lo que te rondaré, morena) de mascarillas. Las hay de muchos tipos. Las hay generosas (o sea, con ellas, no contagias a los demás de los virus malandrines), las hay egoístas (te las pones, principalmente para no contagiarte tú mismo), las hay de fantasía, las hay de fabricación propia. Las hay de fabricación propia que la gente lleva puesta al cuello o por la frente (espera ¿Pero eso eran vías de entrada para el coronavirus?). Hay gente que está en contra de las mascarillas porque dice que no sirven para nada, personas también que son fundamentalistas de las mascarillas y los hay que las mascarillas les dan lo mismo.Las hay más carillas y más baratillas (lo siento, no me he podido contener). En fin: que dame la reacción de una persona ante las mascarillas y te diré qué tipo de persona es.

La última, en esto de las mascarillas, son los materiales. Los científicos de la Universidad de Munich han publicado un documento en el que se hace una revelación sensacional y es que, a falta de sofisticadas máscaras FFP2 podemos encontrar un sustituto muy convincente en las bolsas para aspiradoras que tienen filtros para el polvo.

Dejo aquí el link al manual de instrucciones para hacer una mascarilla de este tipo (quien se quiera saltar la parte científica, que está en la lengua de Hansi Hinterseer puede hacerlo, que no le pongo falta; los científicos han puesto las instrucciones a partir de la página 21).

Hale, hale, a recordar las horas de manuales en el cole.

De cualquier manera los científicos de todo el mundo recomiendan que la mejor manera de protegerse del mal del covid-19 es mantener la distancia de seguridad (véase el principio de este post).

Así que, que corra el aire.

-Y es precisamente esto de que corra el aire lo que hace daño a veces. Todos echamos de menos a nuestras personas queridas, no poder tocarlas, abrazarlas.

En mi familia, por ejemplo hacemos, como en todas las familias ahora, videoconferencias de whatsapp que suelen empezar cuando publico estos posts de las ocho. En España parece ser que se ha puesto de moda esto de los „abrazos virtuales“ y los míos se ríen de mí, porque cuando ellos lo hacen, me da mucha cosa verlo, y les pido que lo dejen de hacer, que me da como dentera. Y es que me recuerda lo lejos que estamos y el mucho tiempo que, por lo que parece, voy a estar sin poder achucharles de verdad.

También es verdad, señora que qué hubiéramos hecho si esto hubiera pasado hace quince años, cuando no había internet ni videollamadas ni nada de nada.

Para aliviar la soledad del aislamiento, sobre todo para las personas mayores, Caritas Austria ha puesto en marcha un servicio telefónico. La primera línea contra la soledad (el número es el 05/1776-100). Debido a las restricciones de contacto social producidas por el coronavirus hay muchas personas a las que se les cae la casa encima.

También hay otra idea chula, la red de charla o Plaudernetz (www.plaudernetz.at) que pone en contacto a gente que tiene ganas de charlar aleatoriamente. O sea, que es una manera, a lo mejor, de conocer a gente que de ora manera no hubieras conocido.

La red es una colaboración de Magenta (una compañía de teléfono) y el Kronen Zeitung.

-Durante estos días, hemos tenido ocasión de ocuparnos de las graves repercusiones económicas de la crisis del coronavirus.

Cientos de miles de personas han visto cómo su futuro laboral se volvía incierto, bien porque se quedaban sin empleo o bien porque las empresas en las que trabajaban empezaban a sufrir problemas y tenían que pedir ayuda.

Hemos prestado mucha atención a la Austrian Airlines, pero hay otras. Por ejemplo, la televisión pública ORF.

Su director, Alexander Wrabetz, ha anunciado hoy en una entrevista para el Kleine Zeitung que la corporación de radiodifusión austriaca iba a aplicar un ERTE y a poner a 570 de sus 3000 trabajadores a hacer jornada reducida (la diferencia, ya lo saben mis lectores, la paga el Estado).

La necesidad viene explicada porque, como saben los lectores de Viena Directo, en estos momentos no hay eventos que retransmitir en Austria, porque no se celebran. No hay retransmisiones de acontecimientos deportivos o culturales, por las que hay muchas personas que están en este momento si nada que hacer. Al mismo tiempo la ORF sufre, como otros medios, la contracción del mercado publicitario (si las tiendas están cerradas ¿Qué vas a anunciar?) de manera que luna de las fuentes de ingresos de la cadena pública también se ha reducido bastante.

Al objeto de ahorrar también se ha emprendido una reestructuración de emergencia. Una parte de los trabajadores de deportes, informan ahora sobre la actualidad (la información, en estos días es el bien más demandado) y se han dejado en hibernación otros proyectos, de manera que, según el feliz pronóstico de Wrabetz, se ahorrarán en los próximos meses hasta cinco millonazos de Euros.

Asimismo, el día 14 (ese día en el que van a pasar tantas cosas) se va a producir un relevo.

Como saben mis lectores, y si no se lo recuerdo yo, al principio de la crisis la ORF decidió crear una zona de aislamiento y cuarentena para unos 250 profesionales (entre el centro de Künigelberg en Viena y los centros regionales) al objeto de que, por muy fuerte que diera la epidemia, los informativos de la cadena pública pudieran seguir saliendo con las mayores garantías posibles. Así, los presentadores (Tarek Leitner y Nadja Bernhard, para el Zeit Im Bild pero también algunos más) y una nutrida nómina de periodistas y técnicos han vivido alejados estos días de sus familias. El día 14, martes, se producirá el relevo y los que estaban aislados abandonarán su aislamiento para que entre otro cupo de personas. Se espera que este sistema de turnos dure hasta el 10 de mayo y el teletrabajo hasta finales del mes que viene.

-Pasando a otros asuntos también relacionados con la economía, ya les contaba yo el otro día a mis lectores que el martes, después de dieciséis horas de reunión por videoconferencia (con pausas, porque la capacidad de la vejiga humana no es eterna) los ministros de finanzas de la Unión, con el porompompero cuadrado después de tanto tiempo sentados, se levantaron sin llegar a un acuerdo.

Se pospuso la cuestión hasta hoy jueves por la tarde, momento en el que se volverán a sentar y todos los ciudadanos estaremos esperando la tan ansiada noticia de que han llegado a un acuerdo para ofrecer una respuesta coordinada a la crisis del coronavirus.

El obstánculo principal era la oposición del Gobierno holandés, que no las tenía todas consigo sobre el control de los gastos, pero hoy el primer ministro Mark Rutte ha dicho que por él que no quede, que él va a poner todo de su parte y que está dispuesto a hacer concesiones siempre que se trate de dar dinero para cubrir gastos médicos.

O sea, que para sangría y lambrusco que no, pero sí para tiritas.

El Ministro alemán de finanzas, Scholz, ha pedido a sus colegas que se pongan las pilas y lleguen a un acuerdo (de una puñetera vez, le ha faltado decir).

A ver si es verdad.

En fin: con esta esperanza, deseando informar mañana de que los ministros europeos se han puesto de acuerdo, me despido hasta la una de la tarde. No les doy a mis lectores abrazos virtuales, que me ponen melancólico, sino que les dejo con una versión de Agapimú que, ayer, me hizo feliz.

 


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