¿Me pueden devolver el dinero si me multaron?

Pongamos que me multaron utilizando las leyes declaradas inconstitucionales ¿Puedo pedir que me devuelvan el dinero de la multa?

23 de Julio.- Muy buenas tardes a todos, hoy desde el hotel Waidringer Hof, en la bonita localidad tirolesa de Waidring (marco-incomparable-de-belleza-sin-igual y, naturalmente, para demostrarlo, ya iré poniendo fotos estos días).

De momento, entremos en materia. O sea, en la materia nuestra de cada día.

El CONSTITUCIONAL AUSTRIACO: ESE TRIBUNAL INCÓMODO

Ayer, recordarán mis lectores que el Tribunal Constitucional austriaco declaró ciertas ordenanzas relacionadas con el coronavirus incompatibles con la Carta Magna austriaca. Los ordenamientos jurídicos, no solo en la democracia austriaca, sino en todas las democracias homologables -la española también, por ejemplo- funcionan de una manera piramidal. Hay una ley fundamental, que es la Constitución, la cual ocupa la cúspide de esa pirámide y, digamos, es una especie de manual de instrucciones para que el legislador haga las normas. Normas que quedan, naturalmente, por debajo de la Constitución en importancia.

Las constituciones suelen ser leyes que se ocupan de cosas de naturaleza muy heterogénea pero sobre todo establecen una serie de principios rectores.

Digo todo esto porque la declaración de inconstitucionalidad hizo que algunos de los lectores de Viena Directo se quedaran un poco perplejos.

Hay que aclarar que los jueces del más alto tribunal austriaco (o sea, lo que Montesquieu llamaba „las bocas mudas que pronuncian las palabras de la ley“) no han dicho en ningún momento que el juego del escondite tamaño nacional que empezó el día 16 de Marzo no fuera necesario. Tampoco han dicho nada sobre la existencia del virus malandrín. No son científicos y no entienden de eso ni están obligados. Lo único que han hecho ha sido sacar esa cinta métrica que es la Constitución austriaca y han medido aquellas ordenanzas que han sido impugnadas y han concluido que no caben en ese marco que Santa Consti, expresión de la voluntad de los padres fundadores de Esta Pequeña (pero salada) República, creó para el futuro.

En pocas palabras: ellos no han dicho nada de la oportunidad de las leyes. Solo que, como tales leyes, son defectuosas y, utilizando un símil taurino, hay que enviarlas a los corrales.

No es la primera vez que los jueces del Constitucional austriaco, después de rascarse la coronilla y de andar reflexivos de un lado para otro con las manos a la espalda, toman decisiones impopulares o, como poco, de ejecución liosa.

Recordarán mis lectores que, por ejemplo, a instancias de la impugnación de la ultraderecha, se repitieron las primeras elecciones presidenciales de Van der Bellen contra el hombre al que sacaron demasiado pronto del bancal. Elecciones que, por suerte (por lo que vino después) ganó el bueno de Van der Bellen (!Cuánto me he arrepentido yo estos días de haberle llamado „el profesor siesta!).

También tiró para atrás el Constitucional el intento del anterior Gobierno (derecha+ultraderecha) de quitarnos a los extranjeros parte de las ventajas sociales de las que disfrutábamos.

En fin, que por hache o por bé, el sino de los jueces del Constitucional es no dejar contento a nadie. Y, en mi opinión, está muy bien que así sea, porque es necesario que el poder tenga un control para protegernos a los ciudadanos de su voracidad congénita.

Qué apunto estuvimos. Digooo estuvieron los austriacos (de echar las cosas a perder)

¿TIENE EL GOBIERNO KURZ UN PROBLEMA?

En cualquier caso, y como apuntábamos ayer, al Gobierno Kurz la decisión del constitucional -de la que ya, por supuesto, era todo el mundo muy consciente antes de que se produjera, porque el Gobierno mismo sabía las enormes carencias a nivel jurídico de las normas para parar el coronavirus- la decisión del Constitucional, decía, deja al Gobierno Kurz en una posición bastante apurada. Sobre todo si, como parece evidente, nos estamos aproximando a una segunda ola de contagios -hoy, 170 nuevos positivos, ojo al dato, que no veíamos esto desde abril-.

También porque abre la posibilidad de que personas que se sientan perjudicadas intenten reclamar daños y perjuicios.

No es por desanimar pero no parece que vaya a ser fácil.

En primer lugar porque las leyes (para bien o para mal) no pueden tener efecto retroactivo. O sea, que si usted fue denunciado el día 25 de Marzo pasado porque le pillaron paseando un conejo con una correa (pongamos por caso) y al policía que le puso la multa no le vino bien que su conejo de usted necesitase aire fresco, y usted, como buen ciudadano, pagó la multa, Santa Rita Rita lo que se da (al Estado) no se quita.

Si usted ha sido sancionado pero todavía no ha pagado, todavía tendría oportunidad de recuperar su parné o incluso reclamar otros perjuicios.

En cualquier caso, como siempre se puede encontrar a un teólogo que diga exactamente lo contrario de otro teólogo, también se puede encontrar a un abogado que diga lo contrario de otro abogado.

Expertos consultados por la ORF por ejemplo, piensan que habría una posibilidad de reclamar y es apelando al principio de „in dubio pro reo“ (no, no significa nada de „doble diarrea“) o sea que siempre que la ley es dudosa (ya se encarga el legislador de que no sea así) el juez está obligado a interpretar la ley de manera más favorable para el reo.

Se trata solo de un pequeño resquicio jurídico, que no va a poder aprovecharse en todos los casos, pero en el peor de los ídem, es probable que Esta Pequeña República se tenga que enfrentar a un auténtico bosque de demandas.

¿Hubiera sido mejor que el Constitucional austriaco se hubiera llamado andana? Hubiera sido menos lioso, naturalmente. Pero las cosas bien hechas bien parecen.


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