El registro obligatorio es declarado ilegal – El Ministro Anschober relativamente contento – El ejército ayudará en los tests masivos (aún no se sabe cómo, exactamente) – los libreros, más contentos
23 de Noviembre.- Un lugar común dice que el infierno está empedrado de buenas intenciones. Con esas buenas intenciones se instauró en septiembre una norma cuyo obejtivo era permitir mejorar la trazabilidad en caso de contagio.
DEMASIADOS DATOS
Los locales vieneses, a instancias de la Cámara de Comercio, pusieron a disposición del público unas hojas de registro (reales y virtuales) para que dejasen sus datos (Nombre, e-mail y número de teléfono).
En el caso de que hubiera algún contagio, bastaría con acudir al registro del día en cuestión y se podría localizar fácilmente a todos aquellos que hubieran estado en peligro de recibir miasmas, esputos y demás.
La norma no fue bien acogida por todo el mundo, principalmente porque, al no dejar espacio a la voluntariedad, los taberneros entendían que podía deteriorar eso que se llama la experiencia del cliente. Enorme trabajo, naturalmente, sacrificio ímprobo, el que constituye para cualquier persona firmar y dar sus datos. Asimismo, se tomaron ciertas medidas que permitieran la protección de datos. O sea, que hubiera una hoja por mesa, etcétera.
Ha sido por aquí, por la protección de datos, por lo que se ha tumbado esta norma.
Ahora mismo, naturalmente, no se aplica, porque toda la hostelería está cerrada, pero a partir del día 6 de Diciembre, momento en el que, Dios mediante, podremos todos irnos a los restaurantes y a los bares a ponernos hasta las trancas de sustancias comestibles y „bebestibles“, volvería a entrar en vigor. Y así, hasta final de año.
Los funcionarios de protección de datos le han dado la razón a una señora (o caballero, no se sabe bien, por aquello de proteger su intimidad) la cual, después de proceder al oportuno registro, elevó una queja a la agencia de protección de datos austriaca. Y esta, repito, le ha dado la razón, con el argumento de que, a pesar de que la información que se daba era muy poquita, al estar en un contexto sanitario, se convertía en una información sensible por lo cual no estaba la persona en la obligación de proporcionarla.
Otro punto conflictivo es que la regla no aclara quién tiene que pedir la información, sino que solo insta a los empresarios hosteleros a custodiarla. Pero eso, de todas maneras, es otro cantar.
EL MINISTRO SE MUESTRA MODERADAMENTE OPTIMISTA
El Ministro de Sanidad, Sr. Anschober, ha comparecido hoy ante los medios (por cierto, no sé si sería por la luz o por las fatiguitas que está pasando el hombre, con muy mala cara). Se trataba de dar al Bundespueblo una actualización de cómo está funcionando el nuevo confinamiento.
La verdad es que la mañana elegida ha sido buena, porque por lo menos las noticias que ha tenido que dar el pobrecito Anschober han sido medio buenas.
Que han bajado los contagios (aunque siguen altos) y que los ingresados y los inquilinos de las Unidades de Cuidados Intensivos son menos que lo que se había pronosticado (tampoco se han equivocado mucho, no vayamos a pensar).
El objetivo del confinamiento, según Anschober, es conseguir que baje el factor de reproducción. Recordarán los lectores de Viena Directo que este factor de reproducción es el número que indica si la pandemia crece o decrece en un determinado territorio. Si el valor es por encima de uno, crece y si baja, pues lo contrario. El adjetivo, según Anschober es llegar al 0,9 y, si se puede, al 0,8.
(Dios le oiga).
También ha hablado Anschober a propósito de los tests masivos y ha vuelto a advertir de que un resultado negativo no tiene por qué dejar de tomar precauciones.
EL EJÉRCITO AL RESCATE
Precisamente hoy se ha sabido también que ya han empezado los preparativos para los tests masivos que empezarán entre el 5 y el 6 de Diciembre (los maestros serán los primeros en cuyas fosas nasales se buscarán las huellas del virus malandrín).
La organización logística de los tests correrá a cargo del Ejército austriaco. Los detalles de la participación del Ejército en la coordinación de los tests masivos todavía no está demasiado clara. No se sabe, por ejemplo, cuánta gente intervendrá en los tests. Pero tranquilos, porque fuentes del Ejército austriaco han hecho saber que en estos momentos se están desarrollando intensas negociaciones al respecto. Junto con el Ejército austriaco también intervendrán los bomberos y otras organizaciones de salvamento.
El Ejército austriaco va a poner en práctica lo aprendido mientras ayudaba a nuestros vecinos eslovacos a testar a los habitantes de esa república vecina y también se acudirá al fondo de experiencias adquirido en Tirol del Sur (en donde también se han hecho tests masivos este fin de semana pasado).
EL GOBIERNO HACE FELICES A LOS LIBREROS (PARA VARIAR)
El otro día explicaba yo la perplejidad que había invadido a ese grupo, los ciudadanos con dos dedos de frente, que son más abundantes de lo que se piensa, cuando se enteraron de que el Gobierno había considerado que las tiendas de armas eran comercios imprescindibles y las librerías, que ofrecen alimentos para el alma, no.
Pedían (piden) los libreros que se les permitiese habilitar puntos de recogida en donde los amantes de la letra impresa pudieran recoger los libros que hubieran encargado antes. El Gobierno prometió echarle un vistazo a la cuestión. Hoy el Gobierno ha hecho saber que, en vez de eso, la bajada del Impuesto sobre el Valor Añadido (nuestro IVA, el MwST) austriaco a un cinco por ciento para los libros, que el Gobierno aprobó en Junio prolongará su vigencia hasta, según parece, el último día del año que viene.
Los libreros se han mostrado contentos por este gesto que hará que los libros sean más baratos y, por lo tanto, más atractivos para los compradores.
No dudamos en que esto redundará en un aumento de la lucha contra la burricie en Esta Pequeña República.
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