Las bajas tasas de vacunación hacen aumentar la incidencia de una manera preocupante en Melk y alrededores, al igual que en Salzburgo. Controles de salida en varias localidades.

18 de Octubre.- Es probable que la historia que voy a contar a continuación sea el producto de un fracaso. El fracaso del Gobierno austriaco a la hora de convencer a una parte nada despreciable de la población de una cosa obvia: la única manera de poder ir levantando las restricciones (como, de hecho, ya se hace en otros países, como España) es lograr una alta tasa de vacunación.

Está claro, naturalmente, que la población podría convencerse solita de algo tan obvio, pero por lo visto no es tan fácil. Debido a distintos factores que van desde la nada despreciable incultura científica de una parte de la población, hasta la ignorancia más granítica a propósito de qué son y para qué sirven las vacunas, pasando por la nada despreciable labor de zapa de algunos políticos faltos de ética.

También se podría mencionar una parte de fanatismo religioso (es muy frustrante que en el siglo XXI se sigan oponiendo según qué argumentos al avance de la ciencia) o la burbuja de desinformación en la que viven los antivacunas más acérrimos. Una burbuja que se nutre de confusas teorías conspiranoicas y del miedo irracional (y por irracional, estúpido) que está detrás de todas ellas.

Resumiendo: que ella sola se murió y entre todos la matamos.

SITUACIÓN PREOCUPANTE EN MELK

En este momento, en la región de Melk, en Alta Austria, la situación es muy alarmante. Es el área con la incidencia más alta de toda Austria: más de 500 infectados por cada cienmil habitantes.

No es extraño, si tenemos en cuenta que solo un 63,81 % de la población tiene la pauta completa.

Si la situación no mejora de aquí a la próxima semana, la pequeña ciudad de Melk tendrá que ser confinada perimetralmente y habrá que instalar controles de salida, en los que se aplicará la regla de las 3G (o sea, que solo podrán salir de Melk aquellas personas que acrediten tener la pauta completa, que hayan pasado el coronavirus o que puedan acreditar mediante un test que están sanos).

En las regiones vecinas del Mostviertel la situación no es mejor, con incidencias que pasan de los cuatrocientos casos por cada cienmil habitantes.

Hay que recordar que esta zona es aquella de Austria en donde la cobertura de vacunación es más baja. La media es del 57% de vacunados pero es que hay pueblos llenos de personas sin dos dedos de frente en donde solo se ha vacunado un indignante 25% de la población.

La alta incidencia también ha llevado a controles de salida en varias localidades de Salzburgo.

Concretamente en Annaberg-Lungötz, St. Koloman y en Adnet.

Los controles de salida entrarán en vigor a partir del 20 de Octubre y se mantendrán hasta el 3 de Noviembre.

En las tres localidades la tasa de personas con la pauta de vacunación completa es de menos del sesenta por ciento, muy por debajo de la media de Austria (que ya es baja de por sí).

Asimismo, en todo el Land de Salzburgo se incrementarán las medidas restrictivas para intentar atajar los contagios. A partir de ya, será obligatorio que también los vacunados lleven mascarillas FFP2.

LA VACUNA DE PFIZER PARA NIÑOS EN VÍAS DE APROBAC´IÓN

Para terminar, en este momento la Agencia Europea del Medicamento (EMA, por sus siglas en la lengua de Boris Johnson) está estudiando los datos de los ensayos clínicos de la vacuna de Pfizer para niños de entre 5 y 11 años (la edad límite ahora son los doce).

Los datos fueron remitidos la semana pasada al organismo europeo de control.

Según los datos suministrados por Pfizer/Biontech la vacuna es bien tolerada en niños y no tiene efectos secundarios, al tiempo que aporta una inmunidad estable a futuro.

Los chavales participantes en el estudio recibieron solo un tercio de la dosis que se suministra a los adultos.

Se espera que en los próximos días la Agencia Europea del Medicamento autorice la vacuna para los niños.