Henreid cumple cien años
¿Oís?, es el cañón. Mi pecho hirviendo /el cántico de guerra entonará, /y al eco ronco del cañón venciendo,/ la lira del poeta sonará.
10 de enero.- Hoy, Paul Henreid, ilustre austriaco, hubiera cumplido cien años.
¡¿Quién?!
Paul Henreid, hombre. Paul Henreid. Sí: ese con el que Ingrid Bergman coge el avión en la película esta que iba a haber protagonizado Ronald Reagan. Esta que pasa en un café de Marruecos, en esa ciudad a la que H.B. –Humphrey Bogart, no confundir con ninguna sigla- iba a tomar las aguas.
-Pero si aquí no hay aguas.
-Me informaron mal.
Pues sí, Paul Henreid hubiera cumplido hoy una centena. Era, por cierto, mucho más joven que Johanes Hesters, el cómico en activo más viejo del mundo, que también es austriaco y tiene 104 primaveras (toma ya) y hoy da un concierto en Alemania. Hablaré de él otro día.
Paul Henreid consiguió su papel en la película esta porque se había hecho famosillo con una película anterior que se llamaba “La Carta” en la que Bette Davis le pegaba un tiro.
Henreid nació, tal día como hoy en Triest, en 1908.
Después de hacer su debut cinematográfico en la UFA, había sido importado por Hollywood. Es concreto por la guanne brode que era propiedad, como todo el mundo sabe, de los hermanos guanne.
Henreid, empezó la película con el sabor dulce del taquillazo anterior con Bette, y nada más leer el guión dijo que no le gustaba (aristócrata y austríaco tenía que ser) y acosó a los hermanos Epstein para que a)Bogart no le matara al final de la peli y b) le escribieran una escena heróica.

De esta pretensión de Henreid nació la famosa escena de la Marsellesa en la que, hasta la fulani colaboracionista, canta la cancioncita esta de escabechar franceses con lágrimas en los ojos.
Henreid cayó en desgracia porque tras Casablanca empezó a frecuentar a peligrosos izquierdistas como Charles Chaplin (peligrosos para la curia conservadora estadounidense, se entiende). El senador McArthy le impidió trabajar en 1955 y así estuvo, en el paro cinematográfico, hasta su muerte en Florida en 1992.
Por cierto, Austria está también de actualidad en el arte del celuloide perforado porque parte del próximo Bond va a ser rodado aquí. Parece ser que el bueno de Daniel Craig va a comerse unos cuantos schnitzel.
Shit yourself little parrot.


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