Domingo, fotoremember
20 de Abril.-Cada primavera, mi amor por Austria se hace más fuerte. Qué alegría cuando todo reverdece y se pone reventón de vida. Para compartir un poco esta pasión que embarga mi víscera cardíaca, aquí dejo algunas fotos que he hecho durante este domingo, de excursión. Para empezar, una jugosa mata de bärlauch en el Wiener Wald.

En en Wiener Wald hay
cerezos salvajes que están, en este momento, en flor.

Se ve mal -pero se ve, si se amplía la foto- en último término está Viena. Otra instantanea del Wiener Wald.

Estos rotundos tulipanes pertenecen a la tienda de
Starkel que hay en Tuln, que hoy estaba abierta y en la que hemos comprado flores para el balcón.

Preciosa mata de
nomeolvides, gentileza también de Starkl.

Más florecillas, prestas a decorar los balcones austriacos.

Dispuestos a empaparnos de sol, a emborracharnos de luz, nos hemos acercado al centro de
Tuln, que está frente al
Danubio (azul, hoy, como luego se verá)

En un barco anclado a la orilla del Danubio, y frente al escenario flotante que le sirve a
Tuln de salón de actos
veraniego, nos hemos tomado un café.

Bajo estas líneas, el monumento que conmemora que Krimilde y Sigfrido se encontraron en Tuln antes de unir sus destinos vía boda, en el cantar de los
Nibelungos.

De camino a
Viena la hermosa, también hemos parado en Kloster Neuburg, ese Escorial austriaco, en donde hemos estado admirando la sólida fábrica barroca, y el especial reflejo del sol de
Austria sobre esas piedras venerables. Helas:
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