El autor haciendo patria en el metro vienés
Cantame un pasodoble español

23 de Junio.- Olé, olé, olé (y ya van tres). La verdad es que ayer no vi el partido (¡Hereje, hereje! Grita el público enardecido). Pero no, queridos lectores, andaba demasiado ocupado en otros menesteres. Eso sí: fui siguiendo los resultados por internet y me alegré de que nuestros representantes mandasen a los italianos con los espaghetis a otra parte.
Por suerte, la colonia española en Viena no es tan numerosa como la turca y pudimos dormir tranquilos. El viernes, tras el partido, se celebró en Viena el día del orgullo sarraceno (que, en algunos lugares, acabó a sopapos debido a que los croatas también tienen su pundonor). Música atronadora a las tantas de la madrugada, cláxones. Los hinchas de la patria de Ataturk no se dieron ocasión para el descanso. Eso después del partido. Antes, una muchedumbre vestida de rojo y blanco ya había tomado los transportes públicos.
Hoy, por cierto, se han visto las primeras banderitas españolas en los coches –porque el triunfo inmediatamente genera adhesiones- e, incluso, ayer a las once y media de la noche, mi amigo H.,aborigen él, poseido por la furia Roja, me llamó para cantarme Qué viva España desde la fanzone (ya que la sofisticadísima coplilla “A por ellos, oé/A por ellos, oé” aún no se la sabe, el angelico).
Naturlich, somos los namber guán de la prensa gratuita, que nos llama toreros y cosas peores. Los rotativos locales también se hacen eco de la desgraciada circunstancia de que en la fanzone la cerveza está al prohibitivo precio de 5,50 euros (incluso, para mayor escándalo, hacen la traducción a Schillings, aunque, gracias a Dios, no dicen eso de “los antiguos Schillings” que, en el periodismo español, es un auténtico cáncer). También hay que decir que las criaturas de la fanzone han tenido que pagar el alquiler de los puestos de birras a unos precios que ponen la piel de pollo, y que la carestía del sector inmobiliario está protegiendo indirectamente el hígado del paisanaje.
Esto del fúmbol tiene además sus consecuencias imprevistas y es que, gracias a Iker Casillas y sus compañeros de equipo, yo he sido una persona un poquito más popular durante el fin de semana. El viernes, desenterré una camiseta de los colores de la bandera nacional, con un ESPAÑA orgulloso en la pechera . Me la había comprado con ocasión del último mundial, en unas rebajas de New Yorker, y me costó como tres jEur o algo así. Ahí ya la gente me miraba raro, porque, como llevo perilla, pensaban que era turco y la cosa no les acababa de encajar (incluso, algún aborigen valiente, me preguntó para saber a qué atenerse). Pero el sábado también me la llevé al Lobau cuando fui a correr y aquello ya fue un no parar de aborígenes saludándome al grito de “Que viva España” , “Olé,olé, olé” u “Hola, hola”. Igual los corredores con los que me cruzaba que los que iban a paso normal. A los camareros de los bares se les ponía una sonrisa de sandía y el público asistente –la mayoría en bolas, porque el Lobau es zona FKK– también prorrumpía de vez en cuando en vítores de lo más racial.
Las sucesivas victorias de los nuestros en esta Copa de la Vida han venido aumentar el peso de lo que yo llamo “el factor país” porque, si ya en principio, los españoles somos para los austriacos esas personas Feurig (fogosas) que yo digo siempre, y la tierra del toro de Osbore, un paraíso de sol, siesta, sangría y olé, esto del fútbol ya hace que seamos para ellos la repanocha. O sea, que parecen decir:
-No sólo es que sean simpáticos, que lo son más que unas castañuelas es que, además, los jodíos, hasta juegan bien al fúmbol.
Y es que ya lo decían las folklóricas, con inspiradísima letra de Toni Leblanc, por cierto:
Si comparas un alegre pasodoble
Con canciones de cualquier otra nación
Verás que en el mundo entero,
Lo que vale es lo español.

(Diga usted que sí).

NOTA: Pido perdón a mis amables lectores porque, últimamente, no he tenido tiempo de contestar los comentarios. Otras ocupaciones urgentes me lo han impedido. Intentaré hacerlo esta noche y, si no, mañana. Lo digo sobre todo por mi amiga montrealense y por Mar, las pobres. Gracias a las dos.

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Comentarios

6 respuestas a «»

  1. Avatar de Marona

    Vaya, pues si tú eres hereje por no haber visto el partido a nosotros nos van a quitar la nacionalidad, que en vez de quedarnos en casita animando a nuestra selección estuvimos de fin de semana enamorándonos del país rival 😉No te preocupes por lo de contestar los comentarios… no hay prisa 😉Besos.

  2. Avatar de con Ka

    Pues yo sí me lo tragué entero, y en la pizzería-sucursal italiana de Laufen, que menos mal que les caemos bien 😉Al terminar el partido nos dijeron ‘Kein Problem’… vamos, que nos dejan volver 😉¡Ah, te me imagino corriendo con la camiseta roja mientras te aplauden los vieneses en bolicas y me parto! XD

  3. Avatar de Anonymous
    Anonymous

    que guapo esta mi niño, heeeeeeeeeeeeee un beso cielo

  4. Avatar de Paco Bernal

    Hola! Ya estoy aquí otra vez. Muchas gracias por vuestros comentarios. A Mar: ya he visto las fotos y me ha dado mucha envidia vuestro viaje. El país rival mola, ¿A que sí? Es como estar en España…Pero de otra manera. Besotes.a Karmele: ya le he puesto el carrussel a mi compañero y lo ha flipado bastante jajaja -algo de traducción ha hecho falta- y hombre, los italianos de Laufen seguro que llevaron la derrota de su equipo con deportividad, tampoco sería para tanto jajaja.Besos tambiénY por último: mamá, cortate, hombre, que se nota quien eres jajajaja.Besos

  5. Avatar de RBD

    Hey, Viena directo ya tiene una cara, jeje. No digo que no la tuvieras, pero ahora me será de mucha utilidad conocer tu foto para que la comunicación parezca más una conversación. Un abrazo,Rafa

  6. Avatar de Paco Bernal

    Hola!Y ahora sabrás después de ver la foto por qué no he publicado ninguna antes jajajajaja. Brad Pitt no tiene nada que temer jajajaja. Bueno, pues me alegro mucho de que esto se vaya pareciendo, cada vez más, a una conversación.Un abrazo fuerte,P.

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