Vivir en Viena
25 de Septiembre.- Un amable corresponsal, desde un punto desconocido de España, me ha hecho una pregunta que, por repetida, se está mereciendo un post.
La formulación ha sido algo así:
-Nos vamos a ir a vivir a Viena, ¿Cómo es el nivel de vida allí?
En primer lugar, me gustaría aclarar que mis referencias se refieren a España y, más concretamente, a la Comunidad de Madrid (Madrid Distrito Federal y Provincia). Quizá otras partes de España son más baratas, pero bueno: tomemos Madrid como un estándar.
Cuando vine aquí, y abandoné la última empresa en la que estuve trabajando, aquellos de mis jefes que habían viajado algo, con media sonrisa me dijeron:
-¡A Viena! Con lo caro que es eso…
Es un tópico que ha calado mucho en las meninges patrias y parece que decir Viena y decir caro es todo uno. Mi primera misión es desmentir este tópico. Es más: Viena es mucho más barato que Madrid en muchas cosas. Particularmente en la vivienda. El mercado del alquiler de pisos vienés es muy dinámico, y un alquiler de una casa de noventa metros en donde yo vivo (zona céntrica, pero no necesariamente pija) anda por los setecientos euros (cincuenta arriba, cincuenta abajo). Los precios se abaratan enormemente si uno se acoge a la opción WG –Vivienda Compartida-; a partir de los doscientos cincuenta se pueden encontrar cosas muy aseadas. La cosa ya es elegir a unos buenos compañeros y a tirar millas.
El transporte en Viena es, asimismo, bastante apañado. Aquí no hay enormes diferencias con Madrid. Mi abono mensual (que da derecho a usar el tranvía, el autobús y el metro, en los límites de Viena) cuesta poquísimo menos de cincuenta euros.
Nivel de vida: comer en Viena es caro si se come fuera de casa –como en todas partes-, pero llenar la cesta de la compra es igual de caro en Viena que en Madrid. Naturalmente, los productos específicos españoles son un poco más caros que en España, aunque no siempre (Madres y Padres de España: en Austria hay aceite de oliva, buenísimo; chorizo, lomo y todas esas cosas que llenan un buen bocadillo; los chicos no se mueren de hambre).
Otra cosa: hay muchos lugares (museos, cines, teatros, etc) que ofrecen descuentos a estudiantes y desempleados.
Si tienes más preguntas, no te cortes ¡Mándame un correo!
POSTDATA: Si alguno de mis lectores vieneses quiere enmendar algo o dejar algún comentario, bienvenido es.
Deja una respuesta