Dejo este videoclip de “La Rabia” para aliviar un pelín
Macropost respuestas (segunda parte)
9 de Noviembre.- Y aquí estamos otra vez.
La Aspirina C va haciendo su efecto. Eso, y una tarde completa de documentales en Arte (esa cadena que nos alivia del aburrimiento de existir) hacen que hoy, a dos días de que empiece el carnaval, esté uno mucho más en forma.
(Lo del Carnaval lo explicaré el día 11).
Seguimos pues a vueltas con la emigración:
A Alberto: uno de los problemas de los inmigrantes de aquí (turcos, generalmente) es que no comparten señas culturales con el país de acogida. O sea, que se sienten doblemente extranjeros. Los aborígenes austriacos me dicen que, si por lo menos sus inmigrantes fueran como los que van a España, que hablan el idiomal y son de la misma religión (aunque España sea cada vez menos religiosa) otro gallo les cantara. Supongo que es más fácil integrarse cuando hablas la lengua y supongo que cuando tú llegaste era otra época. No sé si has notado algún cambio a ese respecto en los últimos tiempos.
Por cierto, aquí también tienen una imagen de los españoles (de la gente del sur en general) como personas desinhibidas, fogosas y risueñas. Y, sobre todo, que el sol nos encanta y el calor no nos importa. Lo cual, en mi caso, no es así para nada.
En cuanto a tu anécdota de Moscú, aquí un hombre me intentó comprar una docena de huevos. Como decía Marguerite Duras “No hay errores, sólo actos extraños” (Il n´y a pas des erreurs, seulement que des actes bizarres)jajajaja.
A Noema: creo que cuando Anónimo se refería a que somos “invitados” era una manera de decir que no podemos acudir al argumento de que “estoy aquí porque me han traido y me tenéis que aceptar”; sino que tenemos que comportarnos con tacto como cuando te invitan a una casa que no es la tuya.
El fenómeno de los “Gastarbeiter” se dio también en Austria (y aún se da) y ya forma parte de la cartera de estereotipos sociales que están en el inconsciente colectivo. Un estereotipo con un matiz un pelín racista, por cierto. Aún así: son personas que son capaces de estar en un país treinta o cuarenta años y no aprender ni una palabra de la lengua. Aquí tienen la reputación de ser el azúcar que se echa en un depósito de gasolina para cargárselo, con respeto a los servicios sociales. Los médicos les temen porque son personas que no se pueden explicar, y los maestros porque no les enseñan alemán a sus niños (entre otras cosas porque no pueden, aunque cada vez hay más casos en que no quieren e intentan forzar la situación para que haya clases en turco).
En cuanto a la crítica o no crítica, yo hablaría también de comparación. Este blog es un ejemplo también de eso: uno compara con lo que tiene de referencia, es inevitable. Y totalmente de acuerdo: la integración es bidireccional. Tiene que haber una disposición del país de acogida a recibir.
A Mar: esto que dices del idioma es muy interesante. En Viena no hay necesariamente ese prejuicio en contra del extranjero aunque si hay varias calidades dentro de los extranjeros. Me explico: cuando yo me echaba las manos a la cabeza a propósito de las soflamas incendiarias de Strache (los inmigrantes esto, los inmigrantes lo otro, etc) los aborígenes me tranquilizaban diciendo que no se estaba refiriendo a mí. Y yo: “¿Cómo que no, si habla de los inmigrantes? ¿Yo qué soy entonces?” y ellos me explicaban amablemente que yo era de la UE y occidental (vaya: que no era turco). A mí el argumento no me convencía, y sigue sin convencerme. Porque yo he visto La Lista de Schindler y, si la cosa se pone fea, a ver si van a preguntar de dónde vienes tú jajajajaja.
No: en serio. Con los turcos tienen un problema y con los inmigrantes eslavos de nueva generación tampoco está la cosa muy clara. Los que vinieron tras las guerras yugoslavas están ya integrados y no supusieron ningún reto para la sociedad austriaca (más que nada porque hasta antes de ayer por la mañana habían sido parte de la monarquía).
En cuanto a la crítica: la verdad es que, cuando uno no se siente a gusto, la válvula de escape es darle a la sinhueso. Y eso es internacional, claro que sí. Tomo nota de la infusión.
A propósito de la sexualidad de Haider:
A Alberto: a mí lo que me indignó del texto fue que se hubiera podido resumir en “!Pero señores! ¿Cómo íbamos a decir una cosa tan fea de este señor? Que fuera racista, vale ¿Quién no lo es un poco? Pero gay…!No, hombre, eso no, eso es pasarse!”. A veces hay cosas que veo en Austria que, en España, tal como yo la conozco, provocarían las iras de colectivos más o menos tocados –pongo el caso de las últimas, polémicas delcaraciones de la reina- y que aquí…Ni plin. Otro ejemplo: al principio de venir yo, se organizó en Viena un salón internacional del automóvil y el anuncio era una mujer disfrazada de hombre ¡Para poder asistir! Yo lo flipé. Me pareció un concepto tan machista…Por si acaso me había equivocado, me hice traducir el eslógan. Y nada, es que era eso. Era así.
A mí, como dice El Pobre un poco más abajo, que Haider fuera o no homosexual, o bisexual, me parece que, sencillamente, debería ser una información no relevante a la hora de evaluar su figura política. Como no debe serlo, en el futuro, la raza de Barack Obama para evaluar si saca a los Estados Unidos del pozo en el que están metidos. Gracias por los deseos de mejoría. Ahí vamos. Jejeje.
A Amelche: mi madre todavía Frenadol no, pero mi abuela sí que me mandó calcetines de lana y una bufanda para las olas de frío polar de 2005. Saludetes.
A Pyro: me reafirmo: que a este señor fuera homosexual, en mi opinión, no es una información relevante y, en su caso, no más que una razón para tenerle lástima. Por la tragedia personal de haber tenido que vivir su vida fingiendo y, como decían en el artículo, presionado por el miedo que tenían en su partido a que salieran artículos o reportajes que destapasen la verdadera situación. Por no hablar de su señora, obligada a hacer el paripé. O sea, que en el pecado llevó la penitencia.
A el Pobre: la forma en que está evolucionando la UE y el evidentísimo déficit de participación ciudadana que tienen sus instituciones merecería no ya un post, sino un blog entero. No tengo tan claro que Haider fuera un visionario y pienso más bien que fue un hombre listo que se aprovechó de la (interesada) hipocresía de los otros para destacar en un entorno político que, hasta entonces, era turbio y grisáceo. Es lo mismo que está haciendo Strache hoy en día con pavorosos buenos resultados –a mí ese tipo me da mucho miedo-; en cuanto a los votos de Strache. Un día, paseando por los barrios de gemeinde wohnungen que hay cerca de la Millenium Tower, le decía yo a un paisano: “Aquí tienes el vivero de votos de la ultraderecha: esta gente que ha terminado el colegio y que antes, sin inmigración, tenían trabajo en sectores que exigen poca cualificación; pero ya verás en cuanto abran las fronteras del este” (y no me he equivocado, como era fácil de ver). En España ha sucedido igual, como sucedió en Alemania en los sesenta, en donde no había un solo camarero alemán. Todos eran españoles.
En algún momento, quizá, también tendríamos que hablar de algo que a mí me parece el cáncer de la política actual: ante la incapacidad de los políticos de resolver efectivamente los problemas de los ciudadanos, los políticos profesionales inventan “serpientes de verano” para llenar tiempo de noticiarios. Un caso paradigmático en España: ante la pavorosa crisis económica (independiente de la internacional: lo nuestro es la debacle de un modelo productivo) surgen a cada rato cosas como lo de la apertura de las fosas del franquismo. Un chicle mental peligrosísimo.
A Joako: la verdad es que los periodistas son la milk…(has dejado el comentario justo cuando estaba escribiendo el post jejeje).
En fin, amables lectores, mañana volveremos al ritmo (y a la extensión) normales. Saludos a todos y gracias otra vez por vuestros comentarios.
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