El actual ocupante de las sandalias del pescador no tiene el más mínimo tacto y, seguramente asesorado por gente que le dice sólo lo que él quiere oir, no deja de tomar decisiones que están comprometiendo seriamente el futuro de la empresa que dirige.
A la poco acertada de revocar la excomunión de un tipo ultra que niega el holocausto ( y que ha motivado un rosario tan interminable como inútil de declaraciones de reparación) se ha unido ahora la disidencia a la remanguillé que le han propinado los obispos austriacos reunidos en capítulo. Se ventilaba la elección del arzobispo de Linz y, por treinta votos contra veinte, el candidato papal fue rechazado; la Conferencia Episcopal Austriaca consideró que el candidato vaticano era un representante de la línea dura (y eso que el cardenal de Austria no es que se vaya de copas tampoco con el coordinador del Partido Comunista). Sin embargo, un candidato con la manga más ancha resulta imperativo en una región en la que, en un cortísimo espacio de tiempo, sietemil católicos se han pasado a las filas del protestantismo. No con estas palabras, pero casi, lo explicó ayer el cardenal austriaco en el informativo de la noche. Hay que aclarar que, en Austria, los jerarcas de la Iglesia Católica aspiran también a ser jerarcas de la Iglesia Catódica, y que aprovechan la mínima para sacar unos minutos de pantalla. En esto no se parecen a sus colegas españoles, que dan la imagen de estar enrocados en una negación permanente.
Preguntado por el presentador, que entresacaba con bastante mala leche trozos de la última pastoral del purpurado, el Príncipe de la Iglesia hasta dijo, con una beatífica sonrisa, que el papa Benedicto era un ser humano y que, como tal, estaba expuesto a cometer errores y que el deber de los curas austriacos era decirselo; “por el bien de todos”, le faltó.
Llovía sobre mojado. Durante los últimos tiempos han menudeado las declaraciones polémicas de miembros del clero de desigual importancia. Desde aquel que dijo que Harry Potter era un invento del maligno, hasta el otro bobales ensotanado que anda por ahí diciendo que la homosexualidad tiene cura. En verdad los medios han citado las declaraciones de este insensato no poniéndolas en solfa sino de una forma que, a los jerarcas de la Iglesia, les ha tenido que fastidiar más: cachondeandose de ellas. No es para menos a estas alturas.
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