Desde el plató, la presentadora empieza a hacer preguntas al reportero, el cual señala a una balsa de agua que termina un kilómetro más allá, a los pies de la torre de una iglesia. El hombre serio es el alcalde del pueblo (situado en la parte sur de Burgenland). Visiblemente afectado, explica que el río se ha desbordado porque no se han tomado las medidas de protección acordadas con el Gobierno tras la riada de 2002. La crisis, problemas financieros, un fenómeno climatológico agravado por el cambio climático…En fin: un cuadro de comedor.
La presentadora vuelve al estudio. Sentado junto a ella, el ministro de infraestructuras austriaco. Espalda recta, manos cruzadas encima de la mesa. Traje gris, cara gris, aspecto general marengo.
Seria, la presentadora saluda a su invitado y, acto seguido, le invita a explicarse. El ministro, que trae los deberes hechos, relata que ha estado aquí y allá, que las lluvias han sido tan rápidas y copiosas que incluso las medidas de protección no hubiera conseguido paliar sus desastrosos efectos…La presentadora, educada pero firmemente, le pregunta al ministro si el alcalde del pueblecito inundado tiene razón al asegurar que se han incumplido los acuerdos alcanzados en 2002. El ministro, visiblemente incómodo, trata de echar balones fuera:
A la misma hora en Televisión Española (versión internacional). Retransmisión en falso directo de la dizque Gala de Entrega de los Premios de la Academia de las presuntas Ciencias y las presuntas Artes de la Televisión española, desde el Casino de Aranjuez (Madrid).
Iluminación de quirófano, invitados poniéndose ciegos (hasta los presentadores hacen bromas al respecto), guión inexistente (daba la sensación de que cada cual introducía su premio como Dios le daba a entender), sal gorda, atuendos ab-so-lu-ta-men-te inenarrables. Momentos de vergüenza ajena: un presentador que pide un aplauso para la selección española por un premio conseguido hace un año, en Viena, por cierto (silencio en el patio de butacas); un tipo llamado Pitingo cantando –mal- en playback; el presidente de la Academia en cuestión, Sr. Manuel Campo, desgañitándose diciendo que “en España se hace una televisión de calidad” (será desde el punto de vista de los chimpancés); chistes de bajo vientre (Juan Ramón Lucas le entregó un receptor de TDT a Julia Otero al tiempo que hacía bromas sobre el doble sentido del adjetivo “digital” relacionado con las hembras de la especie humana); “ejques” variados (a la vigésima vez perdí la cuenta de las veces que a Concha Velasco la habían llamado “Concha Velajko”). En fin.
El “conceto” está claro¿Verdad?: televisión y mier…Digo, “televisión”. Ejem.
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