Essen oder Fressen


6 de Julio.- Los transportes públicos vieneses serían paradisiacos si no fuera por algunos de sus usuarios. Hay días, como hoy, en los que uno tiene que tirar de toda su paciencia para no darle una toba a algún compañero de viaje. Por ejemplo: en estos momentos estoy sentado espalda con espalda con un tipo cuajado de piercings, famélico, y con pinta de terrorista checheno muerto de hambre que nos atorra con un chisme móvil del que sale una música chicharrera. No quiero pensar en los tiempos de aquellos loros que enrarecían el aire madrileño con música de Los Chunguitos o del Michael Jackson recién muerto, pero debía de ser una cosa parecida.
En fin.
Este preámbulo tan largo porque corre por las calles vienesas el rumor de que la compañía de transportes tiene la intención de prohibir comer (y beber) en los medios públicos. Con ello, harían feliz a una conocida mía que se queja siempre de todos los que se montan en el mentro pertrechados con kebaps y otras fuentes de pringue. Ella utiliza el término “Fressereien”, que es de difícil traducción. Aunque baste decir que en alemán, los bípedos implumes comemos (essen) y las bestias fressen. Mi amiga, que es una fervorosa creyente en la religión del civismo, jura en sánscrito a propósito de las tufaradas que emiten estos comistrajos de procedencia americana o sarracena. Por no hablar de que, como a todo el mundo se le alcanza, son fuente potencial de churretones.
A pesar de esto, también tengo que decir que los austriacos tienen una actitud mucho más desenvuelta que los españoles con esto de la comida ambulante. Por ejemplo, a las tiendas de ropa se puede entrar comiendo helados y otras cosas potencialmente peligrosas para el género. Algo que, en España, sería impensable (aunque no ponga en ningún sitio que no se pueda hacer). Del mismo modo, los aborígenes se echan las manos a la cabeza, como si les estuvieras tocando un derecho fundamental, si les indicas, aunque sea diplomáticamente, que te parece una guarrería que los perros entren a los restaurantes (del fumeque de los amos ya ni hablamos). No es raro tampoco que un camarero obsequioso le traiga al can un cacharro con agua; e, incluso, en algunas tiendas grandes (Leiners) incluso hay a la puerta cuencos con golosinas para canes. Todo esto ante el flipe de quien nos hemos criado en entornos en los cuales los bichos y la comida no entran nunca en contacto.
Volviendo a los metros y autobuses, yo no estoy en contra de que se coma, siempre y cuando se observen las normas elementales de la limpieza. Es más, yo mismo soy muy de comer por la calle lo que se me tercia, porque resisto muy mal el hambre (mis amigos que me lean, pueden dar fe). De momento, las últimas encuestas aseguran que un 66% de los usuarios de los transportes públicos están a favor de la prohibición (y correspondiente multazo, por cierto, a los infractores).
Un treinta y cuatro aún preferimos que nos dejen “fressen”.

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Comentarios

5 respuestas a «Essen oder Fressen»

  1. Avatar de Te de llimona

    Me hace gracia, no es la primera vez que leo esto de la permisividad con los perros en tiendas, bares, etc. Y, claro, las otras veces que lo he leído ha sido por parte de españoles que viven en Austria. Curioso. No deja de sorprenderme viniendo de un país que es mucho más pulcro que el nuestro.
    Un abrazo.

  2. Avatar de Pablo Salzburg
    Pablo Salzburg

    Fressereien = comistrajos? Ya sé que no incluye la idea de devorar, pero no deja de ser comida asquerosa. Siempre me ha dado mucha pena de los que atienden los puestos de salchichas, con todo el calor y la grasa entre los que viven. Por no hablar de los vendedores ambulantes de Berlín que llevan el hornillo en plan bandeja de cigarrera colgado del cuello. Lo de comer por la calle y en el bus es bastante asqueroso, pero reconozco que es práctico

  3. Avatar de Paco Bernal

    Hola!
    Gracias por vuestros comentarios y perdón por haber tardado unos días en contestar.
    A Te de Llimona: es cierto que hay más permisividad, pero también es cierto que los perros están todos educadísimos y los seres humanos también (aunque siempre hay excepciones). Aquí, por ejemplo, en el metro no fuma nadie (no sé si en España está ya prohibido o qué, es un ejemplo). En fins…
    A Pablo: no he ido a Berlín, pero los de los Wurstlstand sí que deben de terminar con una peste…Yo trato de cortarme de comer guarrerías, pero de vez en cuando una buena Käsekrainer te entona, la verdad…jejeje.
    Saludetes a los dos 🙂

  4. Avatar de JOAKO

    Estoy con tu amiga, y lo haría extensivo a la contaminación acustica de la música emitida por móvil y/o radiocassete.

  5. Avatar de con Ka

    Pfff… yo también estoy con tu amiga. El olor a kebab sólo resulta agradable cuando tienes hambre. Si acabas de desayunar te revuelve el estómago cosa fina.

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