La tormenta perfecta


20 de Agosto.- Como no habíamos tenido bastante “Hasta siempre, rey del pop”, pues toma tres tazas. Nadie sabe qué pito toca Viena en este asunto (salvo el monetario, claro, que los jEur son golosos) pero el caso es que un promotor austriaco va a organizar un macro-concierto homenaje en los jardines de Schönbrunn para honrar-recordar-lo-que-sea al enfermo de vitíligo más famoso de la historia de la cultura (que no tiene cura).
Las entradas se han puesto hoy a la venta pero, salvo Jermaine, hermano del finado, no se sabe (aún) quién va a interpretar en el concierto todos esos greintes jís que, a día de hoy, generan 1,2 millones de machacantes al día en concepto de derechos.
En fin. Yo sigo explorando la lista de los cincomil y pico blogs que se presentan al concurso del periódico 20 Minutos. Durante mis sesiones de escaneo he visto absolutamente de todo (y voy por la letra L). Desde el blog de un sacerdote especializado en exorcismos (que, afortunadamente, no cuenta nada de sus tiras y aflojas con Belcebú) al de una asociación –compuesta por una sola persona, me temo- que preconiza el contacto con los extraterrestres dado el presuntamente próximo final del mundo.
Por el camino, devotos hijos que escanean las poesías de su madre difunta y las publican, o blogs utilizados como regalo de primera comunión (!). También diarios electrónicos dedicados a personas con enfermedades raras (santísimo pretexto para entrar en contacto con otros afectados) o insufribles –pero insufribles, de verdad- bitácoras políticas.
Para lo que sí me ha servido lo que llevo leido (aparte de para encontrar unos cuantos blogs interesantísimos que enlazaré próximamente) es para preguntarme sobre mis métodos de escritura, y para cuestionar cosas que yo daba por supuestas.
Rascándome la coronilla, mirándome al espejo del cuarto de baño, he pensado: Paco ¿A qué se parece escribir un post? Y me he respondido: escribir un post se parece bastante a la labor de esos calígrafos japoneses que se ponen delante del papel con la brocha que utilizan, la mojan en tinta, meditan, meditan otro poco más y luego, pam: trazo. Para descubrir luego que, por algún motivo, se han alejado de la perfección que imaginaron. O como los saltadores de trampolín: lo intentan mil veces y siempre se quedan a unas décimas de la máxima calificación. En mi caso, y aunque no esté seguro de que mi opinión le interese a alguien, cada día intento que mis post tengan estas cosas (y, naturalmente, las busco en los posts de otros que leo):
1.- Un buen tema:
es la columna vertebral de una buena entrada. Hay días en que no es fácil encontrarlo pero generalmente viene solo y lo da la actualidad (ya sea la de mi vida o la de Austria). Intento, y me gusta cuando soy yo el lector que, al terminar, quien haya tenido la paciencia que leerme sepa algo más que al principio de lo que quiero tratar.
2.- Una primera frase que mole (a mí, personalmente, me gusta empezar con un chiste). La primera frase es fundamental: establece el tono del post, engancha al lector, le hace querer leer más, crea una expectativa…En fin.
3.- Extensión: mi entrada ideal para mi lector ideal –alguie que dispone de entre tres y cinco minutos de tiempo- no debería sobrepasar un folio escrito con letra Times a tamaño 12. Desafortunadamente, a veces me emociono mis entradas son un pelín más largas. Pero procuro contenerme porque soy consciente de que un folio es el límite de lo razonable.
4.- Estilo: la entrada ideal debe ser para el lector tan fácil, cómoda y rápida de leer como un viaje por el tobogán del parque es para un niño. Este es el punto más difícil para mí porque, como a Fraga le pasa al hablar, yo pienso más rápido de lo que escribo y las ideas se me atropellan en los dedos. Así pues es muy importante para mí conseguir la sencillez en la expresión sin dejar de decir nada importante. Aquí no hay otra que tachar, tachar y tachar. Y, muchas veces, reformular.
5.- Humor: la risa es el humo que denuncia la existencia del fuego de la inteligencia. Por eso, aunque uno no es todo lo inteligente que querría, trata de disimularlo incluyendo en cada cosas graciosas que obliguen al lector a pensar, a ver las cosas desde otro ángulo.
Hoy, no sé si he conseguido que este post, tan técnico, tenga todo eso. A tí te toca juzgarlo.

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Comentarios

Una respuesta a «La tormenta perfecta»

  1. Avatar de Jorge

    Paco, no soy amigo de leer blogs con post eternos, mi lista de feeds es larga y el tiempo no me da para todo lo que me gustaría leer, además, hay que admitirlo, esto de los blogs cada vez se va convirtiendo mas en microblogging, y las entradas, mas breves.

    Dicho esto, he de decirte que el tuyo es uno de los blogs de obligaba lectura para mi, creo que cumples todos los puntos que has nombrado. Un placer leerte todos los días.

    Un saludo.

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