Llevar cuidao

Un hombre intentando refrescarse con una manga de riego esta tarde, junto al Donaukanal


28 de Agosto.- Según la prensa local, hoy será el último día del verano. Adiós, calores. Hola otoño.
Ya están en las estanterías de los supermercados los botellones verdes de Sturm. El Sturm es una modalidad local de desatascador intestinal que se obtiene del mosto a medio fermentar. Está rico, pero si se quiere probar hay que darse prisa, porque el proceso de la fermentación anaerobia es imposible de parar. Exactamente como el calendario.
En Austria, estos últimos días del verano están siendo muy tranquilos aunque, en la sombra, se producen algunos movimientos cuya importancia no se puede desestimar. Aprovechando la relativa calma agosteña, los políticos austriacos se han puesto de acuerdo para aprobar una serie de medidas que aflojarán el secreto bancario. Un conjunto de sigilos que convertían a Austria en lo que se conoce como “paraíso fiscal”. Concepto que ahora, en este tiempo de austeridad postcrisis (¿?) tiene muy mala reputación. Por lo poco que yo tengo oído a este respecto, se levantará el secreto de las cuentas bancarias pero sólo de los ciudadanos extranjeros. O sea, aquellos no residentes en Austria que son los que se supone que guardan aquí sus caudales para que el fisco de sus países no les ponga la mano encima.
Por lo demás, los periódicos tiran de lo que pueden a la espera de que los políticos vuelvan de los lagos Salzburgueses.
La revista Profil exhumó el otro día el cadáver del padre de Haider para descubrirle un pasado de soldado en la Wehrmacht (ejército alemán de la Guorld Guar Tú). Vamos, nada del otro donnerstag si consideramos que, en aquel momento, todos los mozos tenían que combatir por la cruz gamada por obligación legal.
Los periódicos gratuitos se tiran a lo que pueden (en sentido metafórico, claro). Y lo que pueden es el caso Natascha Kampusch (qué cruz, la pobre).
También se comenta la reconstrucción que se hizo días ha de la muerte de Florian P. en el supermercado de Krems que estaba asaltando con la pimpante energía de sus recién estrenados catorce años (ver post alusivo).
Los dos agentes que truncaron la prometedora carrera delictiva de Florian e hirieron a su partner in crime –otro chaval que, afortunadamente, aún tiene una vida de mangancia por delante– sostienen que los dos chicos se les avalanzaron armas en mano –utensilios de jardinería en mano- y que ellos, sin poder evitarlo, tuvieron que abrir fuego con los tristes resultados que todos conocemos. El chorimangui superviviente afirma que, cuando notaron la presencia de los policías, intentaron huir y que los agentes los cazaron como a conejos. Es la palabra de unos contra la palabra de otros, claro. Y la fortuna de los vendedores de periódicos que, en estos tiempos difíciles, también también tienen niños que les piden pan.
En las páginas de sociedad, y con mucha mala uva, se hacen eco los periódicos –Kurier inclusive- de los emolumentos que percibe la nueva churri del millonario Lugner por demostrar amor (!) ante las cámaras. Parece ser que esta mujer, de profesión oficial diseñadora de joyas, recibe de Herr Lugner un sueldo mensual de 6000 Eur a los que se suman 1000 por salir en televisión con él –a mí, me parecen más bien pocos habida cuenta del daño irreparable que habrá sufrido la imagen de ella cuando la historia se acabe: a ver quién sobrevive a una entrevista de trabajo después de contar que Lugner le llamaba Bambi en la intimidad-.
Al turrón: si mi abuela, que era una señora que le llamaba al pan pan y al vino sturm fermentado, hubiera vivido aún, hubiera dicho que la profesión principal de esta señorita no era precisamente el diseño de alhajas (para alhaja ella). Pero ya se sabe que mi abuela era una anciana extremeña y, como yo ayer con el amor por microondas, no entendía de ciertas modernidades.
En fin: desde aquí, quisiera mandar un cariñoso saludo a mis paisanos (y a los de Penélope) que se encuentran en fiestas desde hace días. Los toros y los pises corren por las calles (la mitad del pueblo está borracho y la otra mitad próxima al coma etílico). Como decía Chus Lampreave en Volver: Llevar cuidao, josmíos.
-Pos fíjate, liebling, he oido yo que hay por ahí un chico español que nos va a sacar en su blog…
-Echt? Hay gente pa´to, Schazti.

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