El final del verano


29 de Agosto.- Hacía años que no veía estas imágenes y que no podía escuchar esta canción sin que se me pusiera un nudo en la garganta (maledetto Mercero). Pero es una de las cosas que no se le pueden explicar a los aborígenes y uno de los terrores de la emigración: uno pierde las referencias comunes. Cómo explicarles a los centroeuropeos que, antes de que hubiera botellón, cuando la rebeldía de los jóvenes españoles se reducía a llamar telerriba a barrilete (un policía municipal que no estaba para perseguir atracadores adolescentes en supermercados) triunfó en la tele española en la que un solterón de voz aguradentosa que vivía en un barco varado y una pintora pseudo-hippy traumatizada por la muerte de su marido y de su hija en un accidente de coche, pastoreaban un grupo de siete niños siete que pasaban por las turbulentas etapas de la adolescencia. Cómo hacer que entiendan que España se paralizó cuando se murió Chanquete y que la primera menstruación de Beatriz fue el hecho más comentado de las revistas, o que el chaval moreno que aparece en las imágenes estuvo a punto de partirse la crisma por las cuevas de Nerja para descubrir la Cueva Beatriz. O que, por fin, cuando el verano se terminó, el director de la serie recicló una vieja canción de los sesenta y España entera se despertó con carne de gallina.

Por ciero, para ver el potencial reciclador de Antonio Mercero, compárense estos dos momentos:

(a partir del minuto tres)

Y de Nerja a Austria…


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4 respuestas a «El final del verano»

  1. Avatar de Marona

    Pues mira, una cosa más que tengo en común con los austríacos, ni idea de Verano Azul (mis padres eran muy modennos y no teníamos tele, igualica que Mafalda, oyes). La escena de Sonrisas y Lágrimas me da escalofríos porque se ven cosas de la ciudad que están exactamente igual (desde los 60), y no digo monumentos, no… digo carteles de peluquerías & co… brrrr 😉

  2. Avatar de amelche

    Curiosamente, yo también he escrito sobre el final del verano, con el mismo título y todo. Me acordé de la canción, aunque no la pusiera en el post. Será la influencia inconsciente de Verano azul…

  3. Avatar de Kagu

    Uffff… Pues no ha cambiado Nerja ni nada, madre mía… (yo vivo muy cerca y paso de vez en cuando por allí). Y Verano Azul, madre mía… aunque yo en verano a penas veía la tele porque me lo pasaba haciendo más o menos lo mismo que los niños de la serie, es decir, montando en bicicleta con mis amigos, y viviendo pequeñas aventuras.

    En aquella época todo era más inocente y los niños podían ser niños en la calle sin que a sus padres se les pusiesen los pelos de punta imaginando mil peligros. Hoy hay un miedo a la calle que lo tiene recluidos en sus casas, y eso me parece muy triste.

    Como todo lo relacionado con las series y libros de pandillas de niños y niñas de esa época, pensar en Verano Azul también me recuerda ese pellizquito de disforia (de género) que sentía en la boca del estómago y que persistía cuando luego salía a la calle a jugar como… un niño normal y corriente, para asombro de todo el mundo, aunque nadie le daba mucha importancia.

    Con el paso de los años, yo también he ido asociando el final del verano con ese “Verano Azul” y ese pellizquito disfórico que en el fondo, me hacía sentir que yo era alguien especial.

  4. Avatar de Paco Bernal

    Hola!
    Gracias por vuestros comentarios.
    A Mar: mi amigo Javi dice que Austria es como Far Far Away, el parque de atracciones de Schreck; demasiado perfecto todo. Ahora, que por no tener tele leiste muchos libros pero no viste por ejemplo Norte y Sur, que era un punto. Yo, por ejemplo, ahora sí que no me compraría tele en Espana. Tendría el monitor para ver pelis, pero tele…Uggg. Muy listos tus padres. Ya veían lo que se nos venía encima.
    Saludetes, guapa.
    A Amelche: vi tu post. Es que el dúo dinámico es mucho dúo dinámico. Por cierto que, ayer, me enteré de que el compositor de Resistiré (otro jitazo) también hizo la música de Oliver y Benji (arrrgggg). Qué pequeno es el mundo.
    Saludetes.
    A Pablo: no tengo el gusto de conocer Nerja pero ahora, los chavales de la edad de Pancho, Javi, Desi y Bea, saben latín con todas las declinaciones.
    De nino raro a nino raro, te digo que los que no hemos jugado al fúmbol ni cambiado cromos hemos aprendido cosas que mucha gente se muere sin saber. Por ejemplo, la empatía y a ver las situaciones desde fuera.
    Saludetes.
    P.

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