Lo verdaderamente importante

Detalle del anuncio publicado hoy por Heute (texto: Solo el FPÖ- Strache dice: la cruz debe quedarse donde está!)

 

9 de Noviembre.- Esta mañana me he levantado temprano y me he llevado una agradable sorpresa al ver que, tímidamente, con esfuerzo, el sol se abría paso entre las nubes. Al llegar al metro, una voz ha anunciado por la megafonía que mi línea estaba cortada y nos ha rogado a los viajeros que acudiésemos a otros medios de transporte. Total: que me he subido a un autobús y, en el asiento de al lado, reposaba un Heute. Lo he cogido, lo he hojeado y casi se me cae de las manos cuando he visto un anuncio a toda página en el que Strache se revolvía contra la reciente decisión del tribunal de Estrasburgo para los derechos humanos que recomendaba que se quitasen los crucifijos de las aulas.
Como creyente, tengo que decir que la visión de semejante pájaro junto a un par de cruces de regular tamaño me ha resultado, como poco, desasosegante. Y lo cierto es que me ha  dado muchísimo que pensar.
Si tengo que decir la verdad, el hecho de que haya o no crucifijos en las clases me resulta completamente indiferente. Quizá porque, personalmente, me siento más movido al rezo por las imágenes a las que, al fin y al cabo, es mucho más fácil dirigirse de tú a tú. O también porque para mí, por pura costumbre visual, el signo de la cruz pasa completamente desapercibido.
Por otra parte, por lo menos en España, sólo hay crucifijos en las aulas de los colegios religiosos (corríjame el lector si me equivoco). De todas formas, entiendo que, cuando unos padres llevan a sus hijos a un colegio dirigido por alguna congregación deben de estar informados de que van a recibir determinada formación en esta dirección; por lo cual tiene todo el sentido que en las clases haya crucifijos o corazones de Jesús o lo que se tercie según la religión que profese la gente que dirige el colegio; y pretender que no estén es, en mi opinión, un poco contradictorio.
Tengo la suerte, por otra parte, de estar firmemente convencido de que Dios no es católico; por lo cual creo que Él, si es como yo creo que es, debe de estar bastante por encima de estas tonterías. 

Además, creo que los no creyentes no tienen nada que temer (en cuanto a perversas influencias iconográficas): pienso que la espiritualidad -o debería decir la religiosidad- es una llamada interior; o sea, que el creyente lo sería aún en una isla desierta y el no creyente, si no escucha esa llamada en su corazón, no creeria ni en El Vaticano (no lo digo porque El Vaticano me parezca un lugar que mueva especialmente a la piedad –más bien al contrario– sino por la acumulación de símbolos por metro cuadrado –de mármol-).
Además, y aunque resulta bastante arriesgado sacar conclusiones a propósito de lo que pensaría hoy un hebreo que murió hace casi dosmil años creo que, si Jesucristo viviese hoy, y se le plantease el caso de ofender a alguien de una manera tan imbécil, estaría totalmente de acuerdo con que se elminase el símbolo de la discordia y a otra cosa (o sea: a lo importante: a remediar a pobres y tristes, a resultar útil a los demás, a ser compasivo, etcétera etcétera).
Pues eso.

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Comentarios

3 respuestas a «Lo verdaderamente importante»

  1. Avatar de Te de llimona

    La verdad es que, a mí, esa foto que has puesto me dá miedo. Tal como te lo digo.

  2. Avatar de Landahlauts

    Yo he visto cruces en aulas de la Universidad, en Centros de Salud, en Comisarías de Policía…

    Y no hace 20 años… hace cuatro o cinco como mucho.

    Saludos.

  3. Avatar de Paco Bernal

    Hola!
    Gracias a los dos por vuestros comentarios.

    A Te de Llimona: la foto da miedito y, si hubieras leido el texto que la acompañaba, te hubiera entrado todavía más…:-S

    a Landahlauts: yo es que no tengo esa experiencia: fui a una universidad pública y no había nada religioso a la vista, hice la PSS en un hospital público en el que había una capilla que estaba netamente separada del resto, y en las comisarías de policía, la que me correspondía era moderna, así que…
    Pero por mí, ya lo he dicho, si quitan las cruces de los lugares públicos tampoco será trágico, eh?
    Creo que la religión debe ser algo privado.
    Saludos,

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